La señora María Hilda Robledo Vázquez ha seguido con esta tradición por alrededor de 50 años
Niños pidiendo posada en la casa de la señora María Robledo. Foto: Sofía Medeles.
Sofía Medeles.- Año con año se ha registrado un aumento en la participación de niños y adultos en las posaditas del Barrio de Guadalupe en Ajijic, según compartió una de las personas que ha participado desde el inicio de éstas, la señora María Hilda Robledo Vázquez, que lleva ya 50 años con esta tradición.
La señora María Hilda Robledo Vázquez, de 74 años, es conocida en Ajijic por su negocio, “Cenaduría Memo”. Ella cuenta que ya tenía un tiempo con el negocio cuando le ofrecieron tomar un día de la posadita del Barrio de Guadalupe «Tengo con el negocio 55 años, al inicio de las posadas ya lo tenía. He de llevar unos 50 años que tomé un día de posada», compartió.
Posadita cuando salió del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, que es el punto de reunión. Foto: Sofía Medeles.
Recordó que siempre ha tenido un gusto por las festividades decembrinas y que ella recuerda haber asistido a las posaditas cuando era niña «cuando yo tenía siete u ocho años iba a las posadas, pero antes era una sola que se hacía aquí en el centro y era una cosa exagerada de niños, todos los niños de Ajijic», mencionó.
María Hilda dijo que fue el fallecido Manuel España, conocido catequista y participante de muchas tradiciones de Ajijic, quien se encargó de repartir las posaditas por barrios y que puede elegir un día diferente cada año, pero este día eligió el primero.
«Fueron muchísimos niños, pensé que se me quedaría el pozole por ser primer día, porque hice dos ollas grandes y dije, se me va a quedar, pero si se acabó, porque hubo mucha participación. Cada año vienen más y más. Cuando queda, le doy a los mayores para que se lleven, pero este año apenitas alcanzó. Siempre se les da preferencia a los niños. Además, el muchacho de a un lado ayudó y les regaló pelotas y bolos a los niños, yo pozole y agua fresca».
Señora María Hilda Robledo Vázquez, quien ha colaborado con las posaditas del Barrio de Guadalupe por 50 años. Foto: Sofía Medeles.
No solo en Navidad, también le gusta la época de reyes y candelaria, según compartió. «Es tradición para mi hacer un nacimiento chiquito, también pongo cuando llegan los pastores y el 2 de febrero levanto al Niño Dios. Ese día doy tamales. La gente que sale de misa ya sabe y cuando salen de misa les regalo tamales. Hago 300 o 350 y así vamos repartiendo, como nos ajuste para todos. Es una costumbre de nosotros».
Aseguró que continuará con esta costumbre hasta que ella pueda. «Voy a seguir hasta que Dios me lo permita. El pozole para la posada yo lo hago, lo preparo y sobra quien ayude a repartir y en un ratito se hace, con trabajitos, pero ahí andamos. Últimamente me he sentido bien, primero Dios a ver como llegamos, pero mientras yo pueda, voy a seguir. Cuando me vaya, les digo, yo quiero que sigan haciendo mi nacimiento. A mi si me gustan estas fiestas», compartió contenta.
Finalmente, agradeció a Jaime Ibarra Rameño, quien la apoyó con los bolos y pelotas, a todos los que ayudan y siguen con la tradición de las posaditas del Barrio de Guadalupe y al encargado de despacho Timoteo Aldana, quien les dio permiso de cerrar la calle para poder disfrutar de la posadita con seguridad para los niños.
Los comentarios están cerrados.
© 2016. Todos los derechos reservados. Semanario de la Ribera de Chapala