Yoga, ¿deporte o ejercicio?
Leticia Trejo es profesora de Yoga y entrenadora personal. Foto: Archivo.
Leticia Trejo Escobar.- Con toda una carrera en el ambiente del Fitness, dentro de gimnasios y estudios de aerobics y ciclismo bajo techo me costó mucho trabajo encuadrar al Yoga en alguna categoría dentro de lo que conocemos la mayoría de las personas como ejercicio o deporte. A muchos nos pasa lo mismo y como no encaja en una categoría que nos sea familiar, mejor lo evitamos, o en su defecto, nos damos el permiso de ir a algunas clases en las que por supuesto que nos vamos a sentir incómodos ante lo desconocido y generalmente gana la incomodidad en lugar de sus enormes beneficios.
El Yoga, así como el ejercicio físico tiene los siguientes beneficios (entre otros):
Pero el Yoga se separa del ejercicio en el momento en que incluye otras prácticas como la respiración auto – regulada (Pranayama), el mindfulness (Dhyana) y la meditación (Dharana).
Dentro del deporte y el ejercicio también deberían incluirse estas tres herramientas. El campo del Pranayama es enorme, y sus beneficios comprobables, así como el de los ejercicios de atención plena y la meditación, pero el sentido de competencia exige que el esfuerzo físico se destaque y se le dedique más tiempo. Llevo años preguntándome ¿por qué, si el deporte, la actividad física, el Yoga y otras disciplinas tienen tantos beneficios, solo un pequeño porcentaje de la población los practica?
He estado reflexionando mucho en la parte psicológica del concepto de cuerpo que nos forman en nuestras familias una vez hemos nacido: es objeto de crítica, nos juzgan por la forma de nuestro cuerpo, es causa de burla cuando pasamos por una etapa de torpeza motriz, tiene partes “vergonzosas” o partes que le generan aversión a los demás (he conocido personas que sienten asco de sus propios pies y de los demás). Incluso en algunas corrientes religiosas está mal visto que una persona quiera cuidar su cuerpo ya que se considera que se ejerce el pecado de la vanidad.
Y si, hay miles de formas de ver al cuerpo, algunas sanas y otra obsesivas como los vigoréxicos o quienes padecen trastorno dismórfico corporal que nunca están conformes con la estética externa y superficial del cuerpo. Y exactamente este es el punto: la forma superficial en la que se nos enseña a tratar a nuestro cuerpo. Rara vez pensamos en la salud de nuestros órganos, células, neuronas, y si lo pensamos, rara vez hacemos algo al respecto para demostrar nuestro aprecio y agradecimiento por tenerlos y por permitirnos esta vida que tiene de todo, dolor y gozo, alegría y tristeza, bonanza y calamidad, pero un cuerpo sano siempre es mejor que uno enfermo.
Cada uno tomará su propia decisión pero… “no esperes a tenerlo todo para disfrutar de la vida, ya tienes la vida para disfrutar de todo” (solo tienes que cuidarla).
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