¿Es Sheinbaum el cambio?
Presidenta de México Claudia Sheinbaum
Existe una máxima en la ciencia política llamada «crisis, elección y cambio», que afirma que las sociedades solo progresan cuando se enfrentan a crisis que exigen decisiones difíciles y que las sociedades avanzan cuando surge un líder transformador que las afronte y convoque a la gente a apoyar esas decisiones difíciles.
Nos encontramos en esa crisis ahora, provocada por la élite multimillonaria global que quiere devolver el mundo democrático a un sistema mercantilista y servil. Esta es una crisis para el 38% de la población mundial que vive en algún tipo de democracia y para las personas de todo el mundo que aspiran a la libertad individual.
La personificación de esta crisis es Donald Trump en Estados Unidos. Creo que la líder transformadora que emerge para enfrentar esta crisis es la presidenta Claudia Scheinbaum de México. Su visión abarca no solo la Cuarta Transformación de México, sino también de la región y del mundo. En su discurso del domingo, lo explicó:
Desde la firma del tratado entre México, Estados Unidos y Canadá, se concibió que esta era la única opción para afrontar con éxito la competencia que representa el avance económico y comercial de los países asiáticos. Nuestra propuesta ha sido, incluso, integrar no solo a América del Norte, sino también, posteriormente, la integración económica y comercial de todo el continente, convirtiéndonos en la región más poderosa del mundo sin exclusiones, con prosperidad y con respeto a la libertad, la independencia y la soberanía de todos los pueblos y naciones.
Su visión es estratégica y global. Busca no solo reconstruir y fortalecer la integración de las economías mexicana y estadounidense —que ha creado una sólida fuente de empleo y dinero—, sino también crear un bloque de poder en América Latina que sirva de contrapeso a China y Asia.
Estados Unidos es una economía madura basada principalmente en las importaciones y el consumo. México es una economía de mercado emergente. Tiene retos estructurales para crecer, pero a medida que estos fallan —y han ido disminuyendo— tiene espacio para crecer y convertirse en un líder en industria, ciencia y tecnología (ya es líder en arte y cultura).
Mientras Estados Unidos se desacelera, México avanza a toda velocidad. Mientras el pueblo estadounidense está dividido y desvinculado de su gobierno y líderes, México está unido (¡con un índice de aprobación del 85%!). Como enfatizó Scheinbaum en su discurso del domingo ante 350,000 personas:
…aquí hay un pueblo entero que nos apoya, porque no hay divorcio entre el pueblo y el gobierno. Siempre estaremos juntos, y juntos, siempre avanzaremos con calma, serenidad y mucho amor por el pueblo de México.
El Centro de Encuestas sobre la Vida Estadounidense reveló recientemente que el 58% de los estadounidenses cree que el mejor momento del país ya pasó. En contraste, una encuesta de Gallup en México reveló que el 73% de los mexicanos siente que su nivel de vida está mejorando y el 57% cree que la economía local está mejorando.
Mucho puede suceder en los próximos seis años de la presidencia de Scheinbaum y los próximos cuatro años de la de Trump. Y México tiene un largo camino por recorrer para siquiera acercarse a Estados Unidos en términos económicos: un PIB de 1.18 billones de dólares frente a los 27.72 billones de dólares de Estados Unidos. Pero su visión va mucho más allá de México; es continental y estratégica. Como dijo el domingo: “Estamos en el mejor momento para convertir nuestra región en la más importante del mundo y así competir con otras regiones”.
La humanidad enfrenta una crisis y ha surgido un líder que está tomando decisiones difíciles. Creo que el cambio en los próximos seis años será transformador para México y el mundo.
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