El taller de motocicletas en Jocotepec fue consumido junto con su herramienta de trabajo
Adán junto a su hijo afuera del taller que fue consumido en un incendio. Foto: Armando Esquivel.
Armando Esquivel. – El trabajo de 20 años fue consumido rápidamente por el fuego. Adán observó humo negro y percibió un fuerte olor a plástico quemado, sin imaginar que sería su taller de motocicletas el que se incendiaba. “Salí y al abrir las puertas del taller, ya estaban las llamas”, contó Adán López Álvarez.
Eran aproximadamente las 2:30 de la tarde del domingo 30 de marzo cuando el fuego comenzó dentro del taller mecánico especializado en motocicletas, ubicado en la zona de El Chante, justo en la entrada a Jocotepec por la vía Chapala y casi a un costado del libramiento carretero. Aparentemente un corto circuito fue lo que inició el fuego, expandiéndose rápidamente ante los aceites y gasolina dentro del lugar.
El propietario, Adán López Álvarez, de 39 años de edad, vive muy cerca del local afectado y al llegar descubrió que su negocio se quemaba, por lo que rápidamente ingresó para sacar las motocicletas de sus clientes, pero solamente pudo rescatar cuatro unidades, lo que le costó una lesión en el brazo derecho al sufrir quemaduras.
“Se te viene todo a la mente, se acabó todo, herramienta, trabajos, motos, todo” dijo Adán en entrevista a Semanario Laguna.
Dentro del taller se quedaron 12 motocicletas que acabaron en pérdida total, que Adán y quienes lo apoyaron ya no pudieron rescatar, algunas de trabajo y dos cuatrimotos, la más costosa entre 70 mil a 90 mil pesos y las demás entre los 20 mil y 25 mil pesos.
“Tratamos de sacar lo que se pudo, fueron cuatro motos que se salvaron, lo demás fue cuestión de segundos” contó Adán, añadiendo que toda su herramienta quedó inservible.
También se suman los daños en la infraestructura del inmueble, ya que el lugar quedó completamente dañado. En la segunda planta del taller hay una vivienda, habitada por familiares de Adán, ellos alcanzaron a salir antes de ver afectada su integridad física. La segunda planta quedó marcada con el negro del humo y con el piso reventado por el intenso calor, dejando inhabitable el lugar.
Duró de media hora a 40 minutos. Inició alrededor de las 2:30 de la tarde, pero fue hasta pasadas las cinco de la tarde cuando pudo dar un vistazo y ver los daños.
Aunque aún no tiene una clara idea del monto total que se tiene que cubrir, Adán estima que por lo menos será un cuarto de millón de pesos, es decir, 250 mil, la cantidad que tendrá que desembolsar derivado del incendio.
Los clientes han sido empáticos con la situación y están en proceso de llegar a un arreglo. “Ha habido mucho diálogo y ha estado bien, estamos llegando a acuerdos”, comentó el entrevistado. Su hermano, que tiene su taller de motos a un costado, le ha estado ayudando para facilitarle la herramienta.
En los casi 20 años de emprender, Adán dijo jamás haber vivido un siniestro de ese tipo o de esa magnitud. En compañía de su hermano fue como se inició el taller de motocicletas, ya que les gustaba la mecánica, capacitándose para poder emprender en un poblado en el que hace años no había tantas motos en circulación, pues recibían tres motos por semana y ahora son entre seis y ocho, pero por día.
“Era muy chiquito todo y aparte eran muy poquitas motos aquí en el pueblo, después se fue haciendo más grande”, recordó Adán.
El dueño del taller tiene dos hijos, una niña de siete años y un varón de 10, este último siempre acompañando y ayudando en lo que puede a su padre en el taller. “No me deja para nada”, compartió.
Ante los fuertes gastos, el mecánico popular en Jocotepec, mencionó que ya ha recibido manifestaciones de solidaridad. “Nos han estado apoyando, clientes y amigos”, dijo Adán agradecido.
En el Ayuntamiento de Jocotepec también hubo quien realizó una rifa para recaudar fondos y ayudar. Las personas que estén interesadas en apoyar al afectado pueden comunicarse vía llamada o mensaje por WhatsApp al 3313508936.
Sus hijos han sido un gran apoyo ante el percance, confesando que fue una gran tristeza el ver como el trabajo de 20 años se quemaba en instantes. “Los niños han sido un apoyo, ellos dicen que vamos a salir de esta, que no estemos tristes que hemos salido de peores y sí, hemos salido de peores”, finalizó Adán con los ojos entre mojados pero con la mirada hacia arriba y con el ánimo de levantar de nuevo su taller.
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