Cómo matar a los peces del lago de Chapala
Este mes de mayo, residentes y pescadores de Jocotepec y Ajijic se alarmaron al descubrir decenas de peces muertos a orillas del lago de Chapala. Si bien ya se han registrado muertes masivas de peces (en 2015, 2019 y 2022, generalmente durante la temporada seca), la de este año fue particularmente grave, lo que motivó inspecciones por parte de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y la Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente (Proepa). Los inspectores, en colaboración con el Ayuntamiento de Chapala, también encontraron casi una docena de tilapias muertas en avanzado estado de descomposición a lo largo de la orilla del barrio de las Seis Equinas.
Las causas inmediatas de estas muertes de peces siguen siendo inciertas. Biólogos sugieren que los bajos niveles de oxígeno, la contaminación, la proliferación de algas y los cambios repentinos de temperatura podrían ser los responsables. Los pescadores locales, por su parte, culpan a las prácticas de pesca ilegales, la pesca furtiva por parte de foráneos y la depredación de la lobina. Si bien estos factores pueden contribuir al problema, son síntomas de problemas sistémicos más profundos: la avaricia y la mala planificación.
Empecemos con la avaricia. Un informe de 2008 de la CONAGUA, “Diagnóstico de la Cuenca del Río Santiago”, identificó más de 4,000 fuentes de contaminación —principalmente de granjas y fábricas— que fluyen sin control hacia el río Santiago, que alimenta el lago de Chapala. Es probable que ahora haya muchas más. El informe también destacó cómo poderosos intereses agrícolas e industriales presionaron a los legisladores para que relajaran las regulaciones sobre contaminación, legalizando de hecho gran parte de sus vertidos. Como resultado, las empresas y las granjas no están obligadas a invertir en un tratamiento adecuado de residuos. Sus ganancias aumentan, los peces mueren y los niños contraen enfermedades renales.
En lugar de regular a quienes contaminan, el gobierno ha construido o modernizado 19 plantas de tratamiento de aguas residuales, incluyendo importantes instalaciones como Agua Prieta y El Ahogado, lo que en esencia ha permitido que los contribuyentes subsidien a quienes contaminan. Sin embargo, numerosos estudios han demostrado que estas plantas han tenido poco impacto, ya que se ven rápidamente desbordadas por el gran volumen de nueva contaminación impulsada por el rápido crecimiento poblacional e industrial.
La falta de una planificación coordinada agrava esta situación. Los permisos para nuevas fábricas, desarrollos habitacionales y centros comerciales a menudo se otorgan sin garantizar una capacidad adecuada de tratamiento de aguas residuales. Los promotores prefieren conectar los nuevos proyectos a sistemas de alcantarillado ya sobrecargados en lugar de construir plantas para gestionar los afluentes de sus desarrollos. O recurren a campos de lixiviación más económicos que se desbordan durante las fuertes lluvias, contaminando aún más el lago. El resultado es un ciclo de vertidos tóxicos incontrolados al río Santiago y al lago de Chapala, lo que provoca la mortandad recurrente de peces y problemas de salud.
La solución a largo plazo requiere cambios fundamentales en las leyes contra la contaminación, que exijan que todos los contaminadores traten sus aguas residuales con altos estándares y vinculen las aprobaciones de nuevos desarrollos a una capacidad verificada de tratamiento de agua y aguas residuales. La aplicación estricta de estas regulaciones, junto con la prohibición de las prácticas de pesca ilegal, es crucial. Sin embargo, faltan voluntad política y financiación para estas medidas. Si bien la presidenta Sheinbaum se ha comprometido a sanear el río Santiago, es improbable que su enfoque en la construcción de más plantas de tratamiento resuelva los problemas subyacentes sin marcos legales y regulatorios más sólidos. Puede inaugurar obras, pero no tendrá sentido a menos que la contaminación se controle en su origen.
Los desafíos del lago de Chapala no son únicos; existen luchas similares en todo el mundo. Algunas regiones han rehabilitado con éxito sus lagos y ríos, mientras que otras continúan enfrentando un deterioro ambiental. Sin cambios significativos, el lago de Chapala caerá en esta última categoría y habrá más peces muertos en la orilla.
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