El organizador de la Carrera de la Campanaria, Daniel Urzua, en compañía de familiares.
Armando Esquivel. –La sexta edición de la carrera de montaña La Campanaria, podría cambiar de sede ante la falta de acuerdos monetarios entre el comité organizador y los integrantes de «La Comunidad Indígena de Ajijic”, quienes han negado el permiso para que se lleve a cabo la tradicional competencia que reúne cada año atletas locales y nacionales.
Y es que la Comunidad Indígena de Ajijic que, por decreto presidencial, es propietaria de una parte del cerro por donde pasan la rutas, les ha exigido a los organizadores el pago del 15 por ciento de la inscripción por corredor, además de que mantengan limpia la vereda de 40 kilómetros durante todo el año.
Sin embargo, de acuerdo con el comité, lo máximo que les pueden ofrecer es el cinco por ciento de la inscripción que tiene un costo de 300 pesos por competidor. Es decir, alrededor de 4 mil 500 (entregarían a la comunidad indígena) si se llegan a inscribir los tres centenares de corredores que anualmente corren en la competencia.
El año pasado se les pidió el 15 por ciento de las ganancias además de la limpieza de los caminos. En la reunión de «La Comunidad Indígena» realizada el domingo 26 de mayo en Ajijic, el presidente José Luis Morales Blas y otros comuneros votaron a favor del cobro del 15 por ciento por inscripción, o de lo contrario no se podría realizar la carrera.
A decir del coordinador general de la carrera, Daniel Urzúa, “la comunidad está enfocada en recibir dinero, no tiene otro interés, se olvidan de que en Ajijic se promueve el deporte», por lo que ya busca ejidatarios y comuneros en otros municipios que apoyen el proyecto, por lo que es probable que “La Campanaria 2019” se mude a Zapotitán de Hidalgo, en el municipio de Jocotepec.
“No quisieron poquito, nosotros no podemos mucho”, acotó Caritina Ramírez, mamá de Daniel y quien ya bordaba mochilas para entregar a los corredores.
Otro de los impedimentos para pagar la cuota que les exige la Comunidad Indígena, es que en la carrera se entregan 45 mil pesos de precios en efectivo, además de comida, camiseta, medallas e hidratación.
La inquietud sobre el aumento a la cuota nació debido a que la carrera La Chupinaya, que también pasa por terrenos de la Comunidad paga desde hace años el 15 por ciento, explicó uno de los comuneros. Al preguntarle a Daniel dijo que no estaban en igualdad de condiciones, primero porque no tienen el mismo número de corredores y además de que La Chupinaya tiene mucha más antigüedad que La Campanaria.
La ruta pasa por los cerros de Ajijic, Jocotepec e Ixtlahuacán y ninguno de los ejidatarios de los municipios vecinos han manifestado alguna inconformidad con la carrera, ya que varias de las personas que participan o que pertenecen a clubes de atletismo han estado frente a las llamas cuando llegan los incendios forestales, arriesgando la vida por los cerros, explicó Daniel en entrevista.
Sin la firma de la Comunidad Indígena de Ajijic, la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial no otorgará el permiso y si se realiza sin autorización, los comuneros amenazan con parar la carrera, señaló el entrevistado.
Con una actitud contraria a la de los comuneros de Ajijic, los ejidatarios de Zapotitán de Hidalgo en el municipio de Jocotepec mostraron interés en el acontecimiento y además de no cobrar el permiso, se dijeron dispuestos a ayudar a limpiar los senderos y regalar agua a los participantes.
Por su parte, Celso Hernández, director de Deportes del Ayuntamiento de Chapala, dijo que buscará una reunión con el presidente de la Comunidad Indígena de Ajijic para intentar llegar a un acuerdo, ya que «realmente los cerros no son de ellos, se han adueñado de las rutas, de los cerros, y tristemente no se ha podido rescatar la tradición de caminar sin ningún problema».
La carrera tiene un sentido social pues a pesar de que se realiza con escasos recursos, hay jóvenes a los que se les condona la inscripción y hasta se les cubre el gasto para la compra de calzado apropiado.
Además, tiene como objetivo el cuidado de los cerros y el desarrollo de conciencia para su preservación entre las nuevas generaciones, quienes se han dedicado a proteger los senderos que cruzan diversos atletas y que son utilizados para acceder de una manera más rápida en caso de alguna contingencia forestal, según lo expresado por algunos de los organizadores de la carrera que agradecieron todo el apoyo recibido durante los cinco años que se ha realizado en la pintoresca población.
Pese que la Comunidad les negó el uso del cerro, Daniel dijo que seguirán subiendo en caso de otra eventualidad con fuego o cualquier emergencia: «A fin de cuenta son nuestras montañas, aunque digan que son de ellos seguiremos luchando por ellas, si se está quemando el cerro vamos a ir, ahí estaremos siempre… y si la Comunidad Indígena prendió el cerro pues vamos y lo apagamos nosotros», dijo.
El costo de inscripción para La Campanaria, que inició en el 2014, es de 300 pesos y cuenta con alrededor de 250 participantes con inscripción pagada; de lo recaudado se cubren permisos municipales, servicios de emergencia, bebidas, comida, camisas, premios en efectivo con una bolsa de más de 40 mil pesos, entre otros detalles de logística.
La carrera cuenta con tres rutas: una de nueve (Copal-chino); 14 kilómetros (La Campanaria) y la categoría de 43 kilómetros, recientemente añadida, que es la ruta del Tecúan y llega hasta el cerro de Ixtlahuacán de los Membrillos.
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