Daniel Jiménez Carranza.- Sin duda, Chapala y particularmente Ajijic, se han convertido en un interesante punto atractivo a nivel regional e internacional, por sus características naturales que incluyen su vegetación, fauna y sobre todo, su clima, que de acuerdo a National Geographic, es el segundo sitio en el mundo con el mejor clima.
Dicho atributo se debe a la gran extensión de su lago, que es el mayor de México con 1,112 km2, su temperatura y humedad, propiciadas por las montañas que lo cobijan, lo que lo ha convertido en un gran atractivo para muchos que pretenden vivir en un entorno lejos de la contaminación de la ciudad con estrepitosos congestionamientos vehiculares, sobrepoblación.
Todo ello, también ha generado una proliferación de negocios mercantiles de todo tipo, que implica, asimismo, el suministro de servicios públicos para los cuales la administración municipal no se encuentra con la capacidad e infraestructura necesaria para atenderlos, con la consecuente deficiencia en su cantidad, calidad y oportunidad de los mismos.
En base a estas consideraciones, se torna inaplazable, reorganizar y regular su crecimiento, previo a continuar con proyectos de ampliación urbana (habitacional, comercial), como punto de desarrollo turístico, evitando contribuir al desastre ecológico y medioambiental que acusa actualmente nuestro planeta.
Sin duda el mayor reto lo representa el propio lago, pues el alto grado de contaminación y azolve derivado de las descargas de desperdicios industriales, agrícolas y urbanos de los ríos que en él desembocan (Lerma y Río Grande de Santiago) representan un alarmante fenómeno que debe ser atendido sin mayor dilación.
Su crecimiento urbano sin duda representa otro de los aspectos indispensables a resolver, no es posible que se dé un desarrollo anárquico que sature los espacios públicos, arrase con flora y fauna, que afecte gravemente el ecosistema del Lago, así como la adecuada gestión de plantas de aguas residuales que contribuyen a su deterioro.
La calidad de vida se ha deteriorado considerablemente para la ciudadanía, el congestionamiento vehicular pasa a agravar la situación, ahora, el tráfico vehicular se ha desorbitado, particularmente en la zona de Ajijic y a la entrada de Chapala, en donde se llegan a formar hileras de vehículos por kilómetros, con personal del departamento de tráfico operando semáforos sin ningún conocimiento ni responsabilidad, pues en muchos casos se encuentran atendiendo su celular.
Es menester tomar conciencia de la problemática que tiende a desbordarse e iniciar un exhaustivo análisis maduro y responsable de planeación y previsión de su crecimiento en la actual administración municipal, aportando elementos clave a mediano plazo que contribuyan a la óptima conservación medioambiental y sano desarrollo de su comunidad.
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