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La acumulación de ácido úrico en la sangre es lo que provoca una forma de artritis comúnmente conocida como gota. Este tipo de artritis causa inflamación en las articulaciones (coyunturas).
Cuando existe un exceso de la acumulación de ácido úrico en el líquido sinovial de las articulaciones, este se transforma de líquido a pequeños cristales; exacerbando la inflamación y provocando entonces dolor, hinchazón y calor (aumento de la temperatura) en el área afectada.
La causa exacta del padecimiento de la gota es desconocida, pero se sabe que es de una alta predisposición hereditaria. Afecta con mayor frecuencia a los varones, pero aparece también en mujeres mayores, en personas que consumen alcohol regularmente, personas obesas, aquellas con leucemia, anemia drepanocítica, enfermedad renal y diabetes.
Las articulaciones más afectadas y con mayor frecuencia son el tobillo, la rodilla y el dedo gordo del pie. Pueden afectarse solo una o ambas articulaciones y los síntomas son: dolor súbito e insoportable y que aumenta particularmente por la noche; la articulación al tacto se siente caliente, esta hinchada, roja y la piel es muy sensible incluso al roce de las sábanas. También puede haber fiebre y dificultad para conciliar el sueño por el dolor.
Loa ataques súbitos de gota, así como aparecen pueden desaparecer espontáneamente pero el alivio solo es por unos días o incluso varios meses, pero le aseguro que reaparecerá y cada episodio sucesivamente permanecerá más tiempo.
Algunos pacientes desarrollan artritis gotosa como resultado crónico de los ataques de gota sin tratar; al paso del tiempo las articulaciones afectadas desarrollarán daño irreversible articular, con limitación de movimiento y en los cuales los síntomas como el dolor aquejarán todo el tiempo.
También pueden desarrollarse tofos los cuales son protuberancias o bultos en la piel de las articulaciones como los codos, las orejas y la punta de los dedos, estas no solo tienen mal aspecto, sino que pueden supurar.
Como métodos de tratamiento para la gota se usan medicamentos como el ibuprofeno, la colchicina, la prednisona y la anakinra. El malestar ante un ataque de gota cede después de la toma de fármacos alrededor de 48 horas después.
Y para disminuir los niveles de ácido úrico en la sangre deberá, adicionalmente tratarse con medicamentos como el alopurinol, la probenecida y el febuxostat.
De igual manera será indispensable que haga modificaciones en su estilo de vida y dieta; tales como rehabilitación en caso de ser alcohólico, acudir a un nutriólogo para disminuir la obesidad y hacer ejercicio regularmente. No espere a tener las rodillas, las manos y los pies deformes, haga lo posible por dejar de tomar cerveza y cualquier forma de alcohol; no se confié porque solo ha tenido un ataque de gota una vez, nada le absuelve de que ocurra de nuevo. ¡Modere el consumo de carne roja y muévase!
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