Foto: Archivo.
Por Daniel Jiménez Carranza.
Una de las características esenciales en la vida, es el cambio, es el acondicionamiento y adaptación a las nuevas condiciones y estructuras que la propia dinámica del tiempo nos va señalando, esto lo podemos observar en múltiples manifestaciones, como es el caso de nuestra propia persona, pues conforme crecemos, la ropa, la educación, nuestra mente, nuestras relaciones, se van modificando, adquirimos patrones de conducta distintos en cada etapa de nuestra vida, y ello, definitivamente, va perfilando la personalidad en cada uno de nosotros. Como este caso tan inmediato que observamos, los cambios y adaptaciones de todo tipo, también mantienen la misma dinámica en otros tantos fenómenos con los que tenemos relación, muchos de ellos, imperceptibles que sin embargo, mantienen esta misma dinámica, que a pesar de que racionalmente nos rebelamos en contra, la ley del dinamismo evolutivo, termina por imponerse.
Existen grupos que mantienen una posición férrea en contra de los cambios, y que han dado en llamarse “conservadores”, sin embargo, estos grupos, son y adoptan este esquema, porque las condiciones que tienden a desaparecer o modificarse, les beneficiaban con anterioridad, y su modificación, su transición hacia un nuevo status, representa una desventaja que los obliga a buscar alternativas que en muchos casos, son irrecuperables, así podemos ver en el actual enfrentamiento entre grupos políticos en pro y en contra de la reforma electoral, donde exasperan sus posiciones para mantener o negarse a aceptar cualquier modificación a las existentes.
Es menester realizar un agudo y exhaustivo análisis para identificar las propuestas planteadas, pues en ello, va de por medio el modelo de país que deseamos legar a quienes nos preceden, es importante que se formen foros de participación comunitaria en donde se traten y debatan estos temas, situación que a los partidos tradicionales jamás se les ha ocurrido realizar entre sus huestes, las discusiones y acuerdos se dan a nivel cupular en el Congreso, en donde se negocian fundamentalmente las canonjías y prebendas que les afectan, haciendo a un lado, el aspecto medular que es el de elevar el nivel de participación de sus bases en la discusión de temas políticos fundamentales, que arrojen como resultado una mayor y mejor conceptualización de aspectos fundamentales, necesarios en los grupos que liderarán el país en el futuro, no lejano, es importante tornar la actividad política, en una auténtica carrera profesional, en donde se elimine el amiguismo, el oportunismo, y se priorice el conocimiento.
Foto: Archivo Laguna.
Por Daniel Jiménez Carranza.
La vida corre sobre rieles que en ocasiones se bifurcan, provocando confusiones y sorpresas ante la realidad que se nos presenta, inesperada, por no haber considerado esa posibilidad, sin embargo, el acontecer no se detiene, y nos vemos en la disyuntiva de continuar o desfallecer, ambas situaciones que se repiten a lo largo de la vida, y nos plantean reflexiones sobre nuestro propósito como seres humanos, como ciudadanos, como padres de familia, en donde el importante rol de nuestra subsistencia familiar y como país, nos plantea armarnos de valor y fuerza para seguir adelante, y emprender juntos la construcción del país que queremos para los nuestros, es de esta forma, como podemos afrontar los retos que se nos plantean, y también, de participar activamente en la construcción de nuevas alternativas, en donde podamos avizorar condiciones que permitan la continuidad del desarrollo de nuestro país, es así como podemos ver los acontecimientos políticos que se presentan, en donde se dan luchas y descalificaciones verbales entre el grupo gobernante y la oposición, cuyo interminable ataque entre uno y otro, no cesa, la crispación continúa sin que la oposición plantee alternativas políticas válidas, en donde fundamentalmente lo único que queda claramente es la lucha por el poder, por un lado, del actual régimen, que busca continuar con su Cuarta Transformación que ha iniciado desde su inicio, y por el otro, la pretensión de los añejos grupos políticos que han disfrutado las mieles del poder y sus prerrogativas, durante décadas, y que pretenden recuperar.
A este respecto, ambos grupos están imposibilitados de acceder al poder por su cuenta, pues para ello es menester la aprobación de la ciudadanía en las próximas elecciones presidenciales, y en este sentido, el elemento fundamental que decidirá sobre esta disyuntiva, será el voto del pueblo, que deberá realizar un balance sobre las condiciones en que se ha desarrollado el país en el actual y sexenios anteriores, sobre las condiciones en que las familias han evolucionado, así como los servicios públicos, educativos y de salud, todo ello, deberá ser ponderado para decidir qué grupo continuará gobernándonos, si es el que hemos tenido durante décadas con un sinfín de nefastos gobernantes que han utilizado al país como instrumento para cometer sus tropelías sin importar la condiciones y circunstancias en que vive su población, o por otro, la pretendida Cuarta Transformación que no acaba de materializarse, cuando aun existen condiciones que no se han superado, como es el tema de la inseguridad que aún continua agobiándonos, en donde la figura presidencial se ha magnificado, que sin embargo, también se ha instaurado el programa de apoyos a la población vulnerable, con lo cual se ha dado un paso firme hacia un problema medular, sobre unos recursos que otrora, representaban jugosas cantidades que incrementaban la fortuna de gobernantes y representantes populares; se ha logrado mantener un control de la economía, a través de la eliminación de consideraciones fiscales que disfrutaban grupos empresariales privados, lo que representaba un déficit considerable en los recursos del Estado, y que ha permitido el incremento de sus ingresos, evitando con ello, endeudamientos para todos los mexicanos, y hasta ahora, se ha logrado sacar adelante al país, a pesar calamidades como la pandemia, inflación y crisis energética, que han golpeado seriamente a otros países.
Estamos viviendo un cambio sustancial en donde el fiel de la balanza, se dará por la participación masiva de la población en los comicios, este es el momento en donde nos debemos constituir como auténticos árbitros del destino de nuestro país, fuera de manipulaciones electorales que antaño se compraban con tarjetas de soriana, o con dádivas de los candidatos y grupos que acostumbraban detentar el poder en su provecho.
Foto: Archivo Laguna.
Por Daniel Jiménez Carranza.
Los recientes acontecimientos vividos el pasado fin de semana, pertenecen a la sinrazón, derivada por la falta de información y conocimiento de la forma en que opera el órgano electoral, pues aquí no se trata de eliminar al Instituto Electoral cuya función es notablemente imprescindible en la vida democrática del país, sino que como cualquier institución, es susceptible de ajustes que afloran en la práctica de su operación, y en base a ello, adecuar su funcionamiento, para que cumpla con la función para la cual fue concebido; en atención a estos ajustes requeridos, es que se plantea la propuesta del ejecutivo, habiendo considerado definitivamente, aspectos que se han dado en elecciones pasadas, en donde se han presentado anomalías que han quedado sin resolver y que han incidido a favor del candidato triunfador, cuando no ha quedado esclarecido con amplitud, las faltas en que ha incurrido, como ejemplo de ello, tenemos el rebase de los gastos de campaña que se dio en las elecciones de 2006 y 2012; asimismo, existen tantos otros aspectos que notoriamente, se dan en el ejercicio del financiamiento a los partidos políticos, en donde políticos desaforados, incursionan en la formación de partidos políticos para mantenerse vigentes, sin que ello represente un avance democrático para el país, pues los principios sociopolíticos en los que se escudan, carecen de toda coherencia, así podemos ver alianzas de partidos como el socialista PRD, con el PAN y el PRI.
Del mismo modo, podemos ver a los “representantes populares” en el poder legislativo, particularmente los llamados plurinominales, quienes han sido designados para favorecer con su voto las propuestas de su partido, o para hacer negocios personales, favoreciendo la aprobación de un determinado proyecto, como se dio en la Reforma Energética del pasado sexenio, en fin, sin duda, existen temas que deben ser revisados y rectificados, pues las condiciones y tiempos constantemente van cambiando, por lo que es imprescindible su adecuación a la actualidad.
El hombre y su circunstancia se mantienen en una dinámica permanente de cambio, por lo que sus instituciones, legislación, costumbres, deben ajustarse al momento presente, lo que implica una observación y adecuación constante que evite el desfasamiento con la actualidad, y que éste sea aprovechado por inescrupulosos personajes en su beneficio personal.
La manifestación del pasado fin de semana, sin duda es ejemplo de gran valor en nuestra Democracia, sin embargo, es importante mantener en mente la unidad del país, haciendo a un lado la polarización, acercando posiciones y encontrar conjuntamente soluciones en beneficio del país, y no utilizarla como actos de confrontación y descalificaciones personales.
Vista hacia el Lago de Chapala. Foto: Archivo Laguna.
Por Daniel Jiménez Carranza.
Sin duda el desplazamiento de la población, es una condición ineludible en la vida de los individuos, sea por cuestiones de trabajo, mercantiles, de compra, de ocio, de visitas, etc. Este es un elemento que no puede perderse de vista para las autoridades en cualquier núcleo humano, debiendo considerarse, para ello, la infraestructura existente y necesaria, tipo de transporte, población usuaria, horarios, etc., y en este sentido, es ineludible la responsabilidad de las autoridades para que ese núcleo de población pueda desarrollarse íntegramente.
En Ajijic, con una diversificada población, localizada en las inmediaciones entre Chapala y Jocotepec, que año con año amplía su conurbación con otras Delegaciones del Municipio de Chapala, se ha convertido en un nudo del afluente vehicular en la vía de comunicación de éste con otros sitios, incluyendo el de Guadalajara, pues la demanda de servicios de la población residente, además de su característica como “pueblo mágico”, provoca una saturación cada vez mayor, sin que se vislumbren medidas para solucionarlo por parte de las autoridades municipales, formándose prolongadas hileras de tráfico, que van de poniente a oriente, desde el panteón de Ajijic, y de oriente a poniente, prácticamente desde San Antonio Tlayacapan.
Dentro de las medidas que podrían ayudar a solucionar este problema, sería la implementación del servicio de transporte público, que en el presente únicamente lo presta una línea de transportes, cuya irregularidad en el servicio, da mucho que desear, además de la total arbitrariedad con la que imponen los precios, sin previo aviso por parte de las autoridades, ni de la compañía transportista, estableciendo tarifas al arbitrio de los conductores, sin que exista información alguna respecto al precio autorizado por la autoridad respecto a los tramos que recorren, cayendo en una anarquía completa en donde la autoridad se muestra totalmente complaciente con tales arbitrariedades.
Es momento para que las autoridades correspondientes, asuman su responsabilidad respecto al tránsito vehicular, donde gran parte de los usuarios desperdician tiempo considerable en el atorón vehicular que desgasta y agobia la condición humana, particularmente cuando existe una limitación temporal para cumplir con un compromiso, ello no se debe soslayar por las autoridades, debido a que ello implica el deterioro del ser humano como tal, provocando situaciones de estrés y desgaste emocional; por otro lado, también es inaplazable, se tomen medidas para normar la adecuada prestación del servicio público del transporte de pasajeros, ampliando el servicio, regulando y supervisando el precio del transporte, así como que las unidades se encuentren en buen estado, limpios y que el espacio de asientos destinado a pasajeros, sea realmente así, y no se utilice como almacén de bolsas o maletas personales de los conductores.
Foto: Archivo.
Daniel Jiménez Carranza
Los acontecimientos internacionales, no cesan su avance hacia la polarización de posiciones, en donde la guerra en Ucrania-Rusia, toma un curso mucho más radical, afectando la hegemonía mundial, cuyas consecuencias se verán reflejadas en todos los aspectos de la convivencia mundial, como consecuencia del desajuste oferta-demanda provocado originalmente por la Pandemia, y la actual guerra, con graves consecuencias, entre otras los costos de movilización de productos y mercancías por el aumento de los precios del crudo que han acarreado una escasez mundial de materias primas, cimentándose así, la inflación como la gran protagonista, consecuencia de toda esta desestabilización que ha iniciado sus estragos en todo el mundo: en Estados Unidos, en Europa, en donde la escasez de combustible en la industria, particularmente en Alemania, pivote industrial de Europa, y su población en donde se prevé un cataclismo en este invierno, y donde el cierre de empresas, ha iniciado su andar, generando un aumento de la tasa de desempleo, además de la sombra del fantasma bélico en el que se ve envuelto..
Dentro de todo este ambiente desorbitado, nuestro país ha logrado mantenerse de pie, después de la pandemia, en donde gracias a la disciplina desarrollada por la población en general, logró superarse la etapa crítica con relativa rapidez, en comparación con otros países y latitudes, sin embargo, el fenómeno bélico en Europa, ha incidido fuertemente en todas las economías, obligando a tomar severas medidas restrictivas en países altamente dependientes del petróleo; afortunadamente nuestro país ha invertido esfuerzos en la reactivación y rescate del control y comercio de hidrocarburos, incentivando su explotación e infraestructura de las refinerías, que aunque aún no se encuentran en el pleno de su funcionamiento, las condiciones están dadas para que en el corto plazo sea una realidad; asimismo, la política social implementada en el actual gobierno, (pensión para adultos mayores, apoyo económico a las personas con discapacidad, jóvenes construyendo el futuro, incentivos al campo, etc.), han permitido mantener el mercado de consumo en un nivel razonable, donde la población de menores recursos, puede tener aún acceso a los productos básicos; sin embargo, el fenómeno inflacionario, marcha sin tregua, y a medida que avanza, acrecienta sus estragos tanto para pequeños comerciantes, como para los consumidores, para quienes acceder a ellos representa cada vez de mayores esfuerzos para sufragar sus necesidades.
Es importante destacar que el advenimiento de estas crisis, afecta invariablemente a aquéllas personas con índices de ingresos inferiores, por lo que es inaplazable desarrollar una disciplina restrictiva en los gastos familiares, priorizando la satisfacción de necesidades alimentarias naturales, nutritivas y destinando el resto en vivienda, vestido, educación, absolutamente necesarias, evitando el derroche, pues nos enfrentamos a condiciones severas de subsistencia, en donde la tónica debe estar enfocada a la racionalización del consumo, solidaridad con aquéllos en necesidad, y apoyando con nuestro consumo a pequeños comerciantes establecidos a pocos pasos de nuestro lugar de residencia, quienes representan el eslabón más débil en la cadena de comercialización.
Vista al Lago de Chapala. Foto: Archivo Laguna.
Por Daniel Jiménez Carranza
Sin duda que la actividad política es una oportunidad única de servir al país, y éste es el único elemento válido que cualquier político deberá mantener en mente; las otroras frases desclasificadas del lenguaje político como “el que no tranza no avanza”, o “no quiero que me den, sino que me pongan donde hay”, forman parte de la cultura oportunista acomodaticia de personajes aduladores, inescrupulosos, que solían abordar el tren presupuestal fuese federal, estatal o local.
Cada gobierno sexenal, se ha ocupado del tema, pero cada uno de ellos, lo ha infringido, y a la fecha, no ha existido un resultado claro de los abusos del poder que continúan dándose, a pesar de las exuberantes manifestaciones de austeridad y modestia en el uso de los recursos públicos, continúa la pandemia de corrupción, aunque el ejecutivo se ocupe de difundir con mensajes y actos, lo cierto es que éste, constituye un fenómeno social practicado y aupado en todos los ámbitos de la sociedad; en este sentido, el ejecutivo ha insistido en que la corrupción se elimina, limpiando de arriba hacia abajo, pero el alcance de sus intenciones, no han tenido efectos satisfactorios, además de que todas estas acciones, se dan en todos los ámbitos de la esfera pública, así podemos encontrar que en el aspecto judicial, muchos de los asuntos judiciales en proceso, se resuelven o se aligeran con aportaciones de los involucrados en forma de propina, mordida, etc.
sin que exista un control de este tipo de abusos; en muchos otros casos, los empleados tienen nexos con gestores ambulantes en el exterior de las instituciones, quienes ofrecen a usuarios sus servicios, para aligerar, arreglar o fabricar documentación o trámites, con la complicidad de empleados dentro de las instituciones, sin que exista un poder que detenga estas reprobables prácticas en perjuicio de la propia ciudadanía, aquéllas personas que no pueden comprar los servicios extraoficiales para resolver algún problema que se les ha presentado y a quienes les hacen dar vuelta tras vuelta.
Todo este tipo de prácticas, también son corrupción, pues existe un beneficio adicional para los empleados que lo hacen a través de sus gestores en el exterior, a quienes atienden y favorecen en perjuicio de aquéllos que cumplen con las normas y el tiempo para resolver sus asuntos.
En definitiva, para erradicar la corrupción, misma que está asociada necesariamente a la educación de los infantes en casa, en los planteles escolares, que constituyen los espacios de formación del individuo en sociedad, es importante que en los primeros años escolares, el pequeño reciba una formación inicial para que asuma su rol dentro de la sociedad, en donde aprenda a respetarse y respetar a sus semejantes en su persona como en sus pertenencias, y no sólo a instruirle de enseñanzas abstractas que a esa edad no encuentran aplicación práctica; asimismo, es fundamental incorporar dentro del sistema educativo a especialistas que apoyen a desarrollar al pequeño como individuo, como psicólogos, pedagogos, que observen y asesoren su desarrollo, al igual que para los padres, se creen entidades para educarlos, pues es importante que el niño esté íntegramente formado desde su inicio.
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