Plaza de Ajijic en la antigüedad. Foto: Google, Jacq. Van Belle.
Sofía Medeles (Ajijic, Jal.)- Para los adultos mayores de Ajijic, el principal cambio que han sufrido las fiesta patronales, es en el ámbito religioso; es decir, las personas ya no van a misa y ni participan en las entradas de los gremios.
“Ya después de la misa, tocaba ir a la plaza en familia. Primero era cenar, y luego, los más grandes, como papá y mamá, o abuelitos, se quedaban sentados en la plaza comiendo botanas, y los niños o los adolescentes, ya nos íbamos a dar vueltas con nuestros amiguitos, o que, a los juegos, las canicas, a entretenernos hasta la hora del castillo, ya quemándose el castillo, las familias se empezaban a recoger, todos juntos”, aseveró una entrevistada.
Asimismo, se comentó que no había día fuerte, si no que todos los días estaba llena la plaza, todos disfrutando de la convivencia con sus amigos, y los mayores bailando, o sólo escuchando la agrupación que tocaba sobre el quiosco, ya que, aseguraron que era muy raro que los grupos trajeran escenario.
Los entrevistados también compartieron que los fines de semana, se tornaba un ambiente más de chavos, terminando el festejo más tarde de lo normal. “Los sábados y a veces los domingos, nuestros papás nos dejaban más rato, pero, casi siempre, sólo a los que vivíamos cerca de la plaza –ríe-, era cuando los chicos nos sacaban a bailar, o nos daban flores mientras dábamos vueltas en la plaza, pero eso de tomar no se veía, ni aunque fuéramos mayores de edad”, recordó Blanca, avecindada de Ajijic, desde hace más de 30 años.
Por otro lado, una entrevistada recordó cómo hace al menos 35 o 40 años, el último día de la fiesta –el 30-, todos querían estrenar, e incluso lo tomaban como una tradición. “Todos íbamos a la tienda de Quica, que estaba cerca del consultorio del doctor Germán, y teníamos que llegar temprano porque se acababa la ropa muy rápido. Además, ese día la gente se iba muy temprano a la plaza, casi después de comer, y se quedaban los niños jugando, y los adultos sentados comiendo cacahuates, churritos y esas cosas”, compartió Angela.
Finalmente, varios de los entrevistados, concordaron en que las fiestas de este año, les recuerdan un poco a las de antaño, no obstante, consideran que las nuevas generaciones se centran más en la borrachera, que en el verdadero sentido de las fiestas patronales.
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