Director de Cultura Jocotepec.
Héctor Ruiz Mejía.- El Paralibros apostado sobre la cabecera municipal de Jocotepec regresará a sus actividades, afirmó Noé Reynoso, director de Cultura Jocotepec.
El programa fue uno de los tantos proyectos municipales afectados por el coronavirus, pero “ya nos dieron luz verde para abrirlo”, dijo Noé Reynoso. Después de un año y medio, a la estructura fija de acero inoxidable que recuerda los parabuses urbanos -con un costo que oscila los 350 mil pesos-, se le comenzó a dar mantenimiento para su reapertura.
Poco a poco se están retomando las actividades culturales, entre ellas el regreso del Paralibros de Jocotepec – es importante señalar que el sector cultural y artístico fue de los más afectados por la pandemia-. Todavía no se determina el horario para el uso de la sala de lectura fuera de la biblioteca, pero el funcionario aseguró que cuando llegó a la administración, el Paralibros contó con mucha afluencia, haciendo cuentacuentos, lecturas y diferentes actividades de integración cultural.
Además, señaló que mantener el Paralibros no genera ningún gasto, pues lo mantiene el mismo personal de Cultura Jocotepec y los libros son donados. Agregó que, «se está buscando que pase a la coordinación de bibliotecas, a pesar de que bibliotecarios se abstienen de hacerse cargo, por el momento sigue bajo el resguardo de la coordinación de cultura”.
Por último, Noé Reynoso señaló que, pese a que el programa tiene una función importante para el fomento a la cultura, consideró que debió contemplarse la posibilidad de llevarlo a comunidades como Zapotitán, que no cuentan con una biblioteca pública.
El Programa Salas de Cultura es una iniciativa que promueve la Secretaría de Cultura del Estado y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA), fue implementada con el propósito de incentivar la lectura entre niños, jóvenes y adultos en diferentes zonas de Jalisco; el Paralibros de Jocotepec cerró desde marzo del año pasado a causa de la pandemia, aunque realmente núnca fue usado.
Solo 12 municipios de Jalisco fueron beneficiados con las bancas centrales que cuentan con dos libreros laterales con paredes transparentes y puertas que, cuando se abren, sirven al mismo tiempo como exhibidores. La propuesta para incentivar la lectura perdió la continuidad después de cuatro años que se inauguró el proyecto.
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