Grupo de activistas en colaboración con el Ayuntamiento de Chapala realizan la siembra de árboles.
Manuel Jacobo (Chapala, Jal).- Pese a las adversidades que ha generado la pandemia por Covid-19 en el municipio de Chapala, el Ayuntamiento realizó la segunda plantación de árboles en lo que será el mini bosque inducido, en la zona conocida como el Jagüey.
En total se tienen 95 árboles sembrados en la zona, pues en la primera etapa se plantaron 10 pinos, mientras que en la segunda 85; sin embargo, se tienen hasta 250 árboles en stock, los cuales, a decir del Director de Ecología, José Guadalupe Jaime Ibáñez, fueron conseguidos “fiados con un proveedor”.
Durante la primera plantación realizada el pasado 18 de marzo, se tenían que plantar 350 árboles, lo que significa que le restan 255 para cumplir con la meta, eso si se consideran las estadísticas presentadas por el Presidente, Moisés Alejandro Anaya Aguilar.
Además en los meses de marzo, abril y mayo se acumularon por lo menos otros 300 árboles, pues según -las estimaciones- en Chapala nacen mil 300 niños anualmente, lo que significa que se tiene un aproximado de por lo menos 100 nacimientos por mes.
Ante la falta de recurso y de coordinación entre el Registro Civil del municipio, quienes no han dado la información adecuada de los nuevos nacimientos a los padres, la dirección de Ecología se ha visto obligado a buscar donadores para que los árboles sembrados estén acorde.
Se plantaron 95 árboles.
Para solucionar este inconveniente, se ha buscado solicitar el pago de la “deuda ecológica” que presenta la empresa Walmart -ubicada en San Antonio Tlayacapan-, pues al momentos de la construcción no contaban con el pago de la manifestación de impacto ambiental y a la que ahora piden realizar una donación en especies para ser plantadas.
“Ahí era una huerta de aguacates y tumbó árboles y no han pagado un solo centavo por esa afectación al medio ambiente; cuestión de que nosotros ya le hicimos saber a ellos y les estamos pidiendo que maduramente aporten lo que tenían que aportar para aprovecharlos en el bosque”, espetó Jaime Ibáñez.
Aunque la manifestación de impacto ambiental puede que ya no esté vigente -pues ya tiene más de 10 años-, la empresa tiene una deuda moral con los habitantes que son quienes compran los productos de la cadena comercial.
A pesar de que el bosque tiene un espacio de casi cuatro hectáreas y a futuro será un terreno insuficiente por la cantidad de nacimientos, los ejidatarios dieron permiso de ampliarse en la zona en caso de que a futuro falte espacio para sembrar más árboles.
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