Habitantes de San Cristóbal frente al palacio municipal de Jocotepec. Foto: Armando Esquivel.
Armando Esquivel.- Salieron a las calles. Un grupo de habitantes de San Cristóbal Zapotitlán, localidad de Jocotepec, realizaron una manifestación la mañana del 13 de abril, en la que pidieron ser escuchados, ante la posición del municipio, que califican como “autoritaria».
Desde las 10 de la mañana, mujeres, hombres, jóvenes, niñas y niños, comenzaron a llegar a la calle Hidalgo al cruce con Vicente Guerrero, frente a las instalaciones de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Fueron alrededor de 40 los habitantes que llegaron con pancartas en las que se recriminaba a autoridades la falta de atención a las invasiones, así como la aprobación de un desarrollo inmobiliario que aseguran se encuentra en zona federal.
“Las playas no se venden, el pueblo se defiende”, y otros gritos de la gente acompañaban el sonido de un tambor y una trompeta. Los manifestantes arribaron a la plaza para colocarse un momento frente a la fachada del palacio municipal y después dar un mensaje desde el quisco, donde aseguraron que no hay un interés político sino ciudadano.
“Somos una representación de la comunidad de San Cristóbal Zapotitlán que no ha sido escuchada ni atendida en los problemas que le aquejan, tampoco hacemos o decimos ocurrencias y mucho menos generamos desinformación, como también así se comenta de nuestro presidente municipal, que con mucho respeto me dirijo a él, no buscamos reflectores, como se ha dicho, ni tampoco hacemos politiquería o andamos en cuestiones políticas”, dijo José Luis.
Otto Morán Flores, el activista que fue detenido y golpeado, también hizo uso del micrófono. “En los servicios médicos municipales, el día que fui a solicitar mi parte médico, el cual ellos me levantaron, me dijeron que era imposible que me lo entregaran, argumentando el director, Ricardo Alvarado Guzmán, que según le daría mal uso a ese documento”, contó en su intervención.
Luego de hacer uso de la voz con unas bocinas que apuntaban al palacio municipal y de rodear el quiosco con las pancartas, los manifestantes concluyeron con su movilización, con la esperanza de haber hecho eco y de ser escuchados por sus gobernantes.
Esta es la primera manifestación popular ciudadana que ha tenido la administración actual y la pasada, que también fue presidida por José Miguel Gómez López.
A unos metros de la orilla del lago se construye lo que será un colector de aguas negras, los trabajos comenzaron desde noviembre de 2022 según los vecinos. Foto: María del Refugio Reynozo.
Por: María del Refugio Reynozo Medina
Mi amigo Héctor del Muro que en gloria esté, decía que el Lago de Chapala no es hombre, es mujer -es laguna- decía. Es una mujer que se renueva, que resiste, que da vida y protege a los habitantes de esta Ribera. La abuela de Antonio López Vega, pintor de Ajijic, le contó de niño la historia de la Michicihualli, la deidad del lago, la mujer guardiana y protectora de las aguas.
Cuando niños, mis hermanos y yo al salir de clases solíamos bañarnos en sus aguas, nuestros abuelos también la llamaban la laguna y los que nacieron por los años de 1917 contaban que tomaban de sus aguas, luego de ir a recolectarla en cántaros de barro. Bastaron cien años para que la especie humana convirtiera en amenaza las aguas que representaron vida.
Hoy por la calle Labastida de San Cristóbal Zapotitlán, corre un río pestilente. A unos metros de la orilla del Lago de Chapala se ha formado un surco forrado de una nata grisácea por el paso incesante de aguas residuales que brotan del suelo como una fuente que despiadadamente desemboca en el antes cristalino vaso lacustre.
Ahí también a metros de la orilla hay una construcción a medio terminar que según algunos informantes es un colector que en un futuro no sé si cercano o lejano, conducirá las aguas negras hacia la planta tratadora. Los trabajos según los vecinos comenzaron desde noviembre y nadie sabe cuándo se culminarán. Algunos dicen que hace mucho no ven trabajadores.
Mientras tanto, encontramos ahí un hoyo profundo por donde han llegado a caer perros que merodean por el lugar y que se convierte en zona de riesgo para quienes piensan caminar por ese sitio.
Unos metros adelante se encuentra un registro cuya función parece haber desaparecido, la tapa está tirada y las aguas al borde. Así pasan las horas, los días mientras se obliga a tragar interminablemente las bocanadas de aguas negras al majestuoso Lago de Chapala.
Será que en los próximos años o décadas el lago se convertirá en un espejo pestilente ante la irresponsabilidad de algunos ciudadanos y la negligencia de las autoridades, aunque por ahora algunas constructoras o restaurantes hablen convincentemente de “vista panorámica al Lago de Chapala”.
San Cristóbal se ha convertido en un lugar de calles donde ríos de agua sucia y negra, se derraman volviendo nauseabundo el paisaje. Y también un lugar donde pululan fugas de agua potable que hacen brotar de los empedrados, los chorros a veces cristalinos a veces blancos. Resiste Michicihualli.
Momento de la detención del activista, Otton Morán Flores, la cual califican de arbitraria e ilegal. Foto: Captura de pantalla.
Armando Esquivel.- Fueron 36 horas las que el activista de San Cristóbal Zapotitlán, Otto Morán Flores, permaneció encarcelado en los separos de Jocotepec, por presuntamente oponerse a un desarrollo inmobiliario que se construye en zona cercana al Lago de Chapala.
La detención se realizó la tarde del martes 14 de marzo, luego de que algunas personas inconformes con la obra, que aseguran se autorizó en propiedad federal, bloquearon un camión cargado de material para construcción; situación que fue notificada a las autoridades viales y policía municipal, quienes hicieron el rápido arribo para defender el paso de la unidad pesada.
A la llegada de los elementos de vialidad, una camioneta oficial se atravesó a uno de los vehículos, chocando ligeramente por el frente, cosa que molestó a los uniformados pese a haber sido los causantes del percance.
Luego de una discusión por la situación, elementos de la policía esposaron por la fuerza al activista Otto Morán Flores, acusándolo de daños al patrimonio municipal y llevándolo a la comisaría, en un acto que ciudadanos calificaron como de prepotencia y abuso de autoridad, inclusive, quedó grabado el momento en el que un agente municipal intimida a un ciudadano para borrar un video.
Pese a que la molestía por el actuar de la autoridad fue generalizada, el Gobierno de Jocotepec, se refirió a la inconformidad social como un “capricho” y “politiquería”.
Ante la presión mediática y social, Otto fue liberado luego de permanecer 36 horas privado de la libertad, donde dice no fue golpeado, aunque aseguró hubo comentarios intimidatorios por parte de uno de los oficiales.
“Los que me apoyaron gracias, estoy en casa, estoy bien, gracias por sus buenos deseos y vamos a echarle con todo. No pensábamos que todo esto se iba a suscitar, pero desgraciadamente este personaje, el presidente municipal, pues trae la misma escuela de Enrique Alfaro, son lo mismo, tienen los mismos intereses, defender intereses económicos altos de sus cuatachos. ¿Para qué? para llenarse los bolsillos de dinero. La verdad no nos vamos a dejar. Ya estamos enfadados. No queremos que el pueblo sea un negocio sobre todo. Defender la zona federal”, dijo Otto luego de su liberación el jueves 16 de marzo por la mañana.
El tema se tocó en medios estatales y hasta nacionales, por lo que el municipio dio la cara y por medio de un video en el que aparece el síndico, Carlos Albero Zúñiga Chacón, se explicó del tema, pero no como los afectados esperaban.
La detención, según Zúñiga Chacón, fue por insultos a las autoridades, daños al patrimonio municipal y obstaculizar el trabajo de oficiales. En un video dejado en la página de Facebook del Gobierno de Jocotepec, el síndico trató de justificar la acción, asegurando que es pura desinformación.
“El tema es meramente desinformación lo que se está generando en redes sociales, algunos actores políticos pretenden capitalizarlo y generar una victimización. No lo es, es totalmente falso lo que está circulando en redes sociales”, dijo el funcionario.
“No vamos a permitir que por ocurrencias o meros caprichos de algunas personas, pretendan dañar obras que están siendo apegadas a derecho”, aseguró Zúñiga Chacón en el video.
Los comentarios de la gente en la “aclaración” del gobierno en Facebook fueron negativos, pues la enorme mayoría realizaba el reclamo a la autoridad y dejando algunos calificativos contra los funcionarios y la forma de responder ante el tema.
El síndico mostró un documento emitido por la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (PROFEPA), en el que se realiza una inspección en materia de impacto ambiental y en donde se lee que se determina que el terreno donde se realiza la construcción “no se encuentra ubicado en Zonas Federales”. El documento tiene la orden de inspección PFPA/21.9/2C.27.5/002(23)00196.
En el documento también se señala que el interesado en el desarrollo inmobiliario mostró un mapa de delimitación de las Zonas Federales emitida por la Comisión Nacional del Agua (Conagua); sin embargo, en el mapa de localización REPDA de aguas nacionales, zonas federales y descargas de aguas residuales, aparece el predio como propiedad federal, con una concesión otorgada y vencida en el año 2008.
Zona de construcción de viviendas de lujo en la zona cercana al lago, en San Cristóbal Zapotitlán. Foto: Armando Esquivel.
Armando Esquivel.- Ante lo que consideran la falta de acciones por parte del Gobierno de Jocotepec, un grupo de habitantes de San Cristóbal Zapotitlán, ha pedido ayuda de las dependencias ambientales a nivel federal para ponerle un freno a lo que aseguran son claras invasiones al Lago de Chapala.
Fue el 15 de enero cuando la Procuraduría General de Protección al Ambiente (Profepa) y la Comisión Nacional del Agua (Conagua), recibieron un escrito por parte de vecinos de la localidad, en el que anexando fotografías, dan aviso de las invasiones por particulares, en especial la de un muro que llega hasta la orilla del lago, así como la construcción de una torre de departamentos autorizada por el municipio.
“La inconformidad de la ciudadanía y vecinos de la población de San Cristóbal Zapotitlán, versa sobre la falta de acciones por parte de las autoridades locales del Municipio de Jocotepec, se excusan en que no es su área de intervención. Es por eso que recurrimos a esta representación y la esfera de acción de estas autoridades con carácter federal”, es parte de lo que se puede leer en el documento entregado.
En el documento también se solicita aplicar la ley y revisar el caso, así como obtener una pronta respuesta sobre el estudio e investigación que realicen las autoridades federales.
Fue durante la tarde del tres de diciembre cuando los ciudadanos se reunieron al fondo de la calle Morelos con autoridades municipales, sin embargo, pese al asegurar que todo estaba en orden y que se llevaron la promesa de atender el tema, la construcción de las viviendas siguió su curso, es más, ya hay una lona en la que se ofertan las viviendas aún no concluidas. En tanto, la población ya había advertido que escalaría su protesta en caso de no ser escuchados.
Otro de los problemas con el desarrollo inmobiliario aprobado por el municipio es la invasión de la banqueta, pues es visible la apropiación del espacio público, algo que en su momento fue notificado a la dirección de Desarrollo Urbano, e inclusive el personal de esta dependencia aceptó que sí es visible la apropiación del espacio público.
Mientras tanto, quienes sufren son los vecinos, pues en la parte final de la calle Morelos, el empedrado se deterioró con el paso de los camiones, por lo que la constructora colocó tierra sobre el camino, algo que sólo trajo más molestias por parte de los ciudadanos.
“Un terregal cuando pasan los camiones, una trozadera de cables cuando pasan, del internet, ya ve que están más delgados, muchas molestias. Según eso es un avance para el pueblo pero yo no lo veo como tal”, comentó la señora Rosalía García.
Y aunque a la gente le dicen que la instalación del desarrollo inmobiliario es un progreso para su comunidad, ella comenta que ve todo menos eso, y que habrá más afectaciones que beneficios para los locales.
“Ya me van a tapar la vista, ahorita todavía medio se ve y antes de aquí veíamos los pescadores, cuando salía el pescado. Ya ahorita ya no vas a ver nada, pues mal. A nosotros no nos parece, yo creo que si me quisiera ir a la ciudad, me iba a la ciudad, y aquí queremos que siga siendo un ranchito”, finalizó la vecina entrevistada.
Eloisa Torres Rito originaria de San Cristóbal Zapotitlán guarda memorias de hace más de ochenta años. Foto: María Reynozo.
Por: María del Refugio Reynozo Medina.
Detrás de las gafas, hay una mirada vivaz. Unas ligeras líneas se dibujan en su rostro luminoso y apacible.
El año de 1932 la vio nacer con el nombre de Eloisa Torres Rito, un 21 de noviembre, en San Cristóbal Zapotitlán, en el municipio de Jocotepec. Sus días de juventud fueron consagrados a las actividades de catequesis, del coro de la iglesia y a los acontecimientos en torno al templo. Ella perteneció al coro dirigido por don Daniel Cervantes, recuerda que cantaban Los misterios; Daniel les enseñó una misa completa en latín. Los ensayos eran acompañados por la orquesta.
También ensayaban zarzuelas, aún recuerda Choza y palacio, así se llamaba una representación en la que ella interpretó a una española.
“…Tiene fama Sevilla con su giralda…”- canta un trozo de lo que recuerda.
Muchas veces presentaron las zarzuelas en el curato de Jocotepec sobre un escenario de tablas.
La vida cotidiana estaba sujeta a las actividades religiosas. Durante el mes de mayo, mes de María; cantaban los misterios a diario, mientras que las encargadas de velar pasaban todo el día haciendo oración. Por eso antiguamente era común referirse a las responsables como cabeza de Vela porque era ese su cargo, velar durante todo el día asignado.
En el mes de junio, cantaban también los misterios todos los días, dedicados al Sagrado Corazón.
En los días de cuaresma, especialmente el viernes de dolores cantaban a la dolorosa:
Oh, madre dolorosa, paloma del desierto que aun después de muerto miraste al salvador.
Vertiendo del costado, purísimos raudales para curar los males del pobre pecador.
Por tantas amarguras y por congojas tantas postrados a tus plantas venimos a ofrecer no ya las frescas flores, ni alegre y dulce canto, solo copioso llanto que arranca el padecer.
Para la celebración del Corpus Christi cantaban el himno Pange Lingua. Lo hacían en latín, mientras que el sacerdote daba la bendición con el santísimo.
En aquellos años no había una escuela primaria como la hay ahora; Eloísa recuerda que venía una maestra y en un cuarto que rentaban y que pagaban con la cooperación de los padres tenían las clases. Ahí aprendió a leer con la maestra Tomasita y la maestra Alicia Gaspar y luego Elvira Torres que venía de Tizapán el Alto. Recuerda que solo estaba designado a impartir primero y segundo de primaria.
-De favor nos dio hasta tercero-, Eloísa era alumna destacada, le ayudaba a la maestra a poner frases en el pizarrón.
-¿Cómo hace el niño asustado?- Preguntaba la maestra.
A una sola voz los niños respondían -Aaaaa-
¿El sordito? Eeee; ¿y el que anda arando? Ooooo
Una mujer que no sabía leer, le pedía que le leyera libros de oraciones.
Una de las festividades que no se podían perder era la fiesta en honor del Señor del Monte en Jocotepec cada tercer domingo de enero. Recuerda que era un verdadero desafío.
Se iban en un camioncito con el techo descubierto, desde muy temprano y regresaban de noche luego de haber participado en la procesión y ver la quema del castillo. Allí en el patio de algunas amistades les permitían hacer fogatas para cocinar.
De chica, en las navidades esperaba junto con sus hermanas la llegada del Niño Dios colocando un plato en el nacimiento. A la mañana siguiente lo encontraba rebosante de colaciones, garapiñados y a veces un globo. Recuerda en una ocasión que a una niña le trajeron un corte de tela para que le hicieran un vestido. Eran unos dos metros de una tela llamada cabeza de indio; la tela traía rastros de una pequeña quemadura.
-Yo creo que en el cielo hubo un incendio-, dijo la niña tomando entre sus manos el retazo de tela.
En la memoria de esta mujer, están presentes los pasajes que le tocó vivir; ella conoce muy bien la memoria de los pobladores y las historias como la de la pareja que está sepultada bajo la palmera doble del atrio del templo.
Allí debajo de esa planta que tiene al menos 80 años de vida, está sepultada una pareja; Julio de la Rosa y Lola Aceves.
Julio era comisario. Fue la noche del Jueves Santo cuando llamaron a su puerta, Lola iba adelante y atrás Julio que iluminaba el camino con el aparato de petróleo.
Al abrir la puerta, un disparo de arma les quitó la vida. Algunos decían que fue por intereses de política.
Cuando los sepultaron, colocaron una pequeña palmera.
No se sabe en qué momento uno de sus troncos brotó otro brazo más que creció hasta completar dos palmeras prendidas de un solo tronco que las sostiene.
Refugiana, Franciscana, religiosa; esta mujer que aprendió de las letras y la música, lleva consigo sus recuerdos a través de su transparente mirada.
Caritina García Velasco es promotora de las letras y de la música originaria de San Cristóbal Zapotitlán. Foto: Teresa Medina Cervantes.
Por María del Refugio Reynozo Medina.
Aquél pequeño salón que en esos momentos cuando era niña me parecía grande, albergaba apilados en grupos, decenas de libros infantiles ilustrados. Yo comenzaba a leer y esperaba las tardes para que las puertas de ese lugar se abrieran. Éramos muchos los que íbamos a buscar las lustrosas imágenes que ahora no recuerdo con claridad. Hojeábamos por no sé cuánto tiempo cada uno de los libros y recorríamos con la mirada cada página.
Era el máximo momento de gozo con “patas arriba y panza abajo” sintiendo el fresco contacto del mosaico del piso acompañado del inolvidable aroma del papel.
Ahora veo ese local y me parece tan pequeño, ni quien pensara que ahí nos alcanzaba el mundo cuando éramos niños.
Esa fue la primera sala de lectura que hubo en San Cristóbal Zapotitlán; en ese local propiedad de don Heliodoro García Díaz.
-“Don Liodoro”, le decían algunos mayores. Pa Loyo, le decíamos mis hermanos y yo cuando íbamos a comprar a su tienda-.
Pa Loyo no solo era un emprendedor comerciante; su casa fue cuna de músicos, y en ese ambiente, con hermanos músicos; creció Caritina García Velasco, la responsable de aquella sala de lectura.
Cari como la llamamos todos, aprendió desde pequeña a tocar la guitarra, aprendía de todos los que tenía cerca. La primera guitarra que tuvo se la compró a un conocido.
La llegada de las Religiosas del Sagrado Corazón de Jesús y el establecimiento de la Casa Magdalena Sofía en San Cristóbal, trajo para el pueblo progreso y apoyo espiritual para la comunidad. Cari se acercó a las letras por medio de las religiosas. También el avance en las habilidades para la música. Fue entonces que formó la estudiantina, cuyo uniforme formal fue obsequiado por María Yolanda Castillero, esposa del entonces Gobernador de Jalisco, Flavio Romero (1977 a 1983).
Por esos días también, la estudiantina de Cari ganó en un concurso que comenzó en Chapala y los llevó a la final al Teatro Degollado en Guadalajara. Recuerda que había estudiantes del Colegio Cervantes, Colegio México y muchos más.
Alguien les preguntó:
¿Ustedes de qué colegio vienen?
De San Cristóbal, dijeron con orgullo.
Como promotora de las letras y de la música, Cari fue testigo del apoyo hacia la comunidad de San Cristóbal, por parte del diputado en ese entonces, el licenciado Porfirio Cortés Silva, quien colaboró en muchas ocasiones con la estudiantina y los niños de la comunidad a través de los libros.
Cari tenía el impulso de estudiar la preparatoria, que ya podía realizarse en Jocotepec y lo hizo durante un semestre en el que muchas materias las pasó exenta de exámenes. Sin embargo, con la avanzada edad de sus padres, se vio obligada a abandonar su aspiración de estudiante.
-Me pesó mucho-. Dice con nostalgia. La mujer que a pesar de ello no paró en su deseo de progresar.
En algún momento hubo en San Cristóbal una banda de guerra, de la que Cari formaba parte. Con su tío Justino Larios aprendió sobre notas musicales, también aprendió corte y confección con Lupe, esposa de José Duples, que vivía en la comunidad. Recuerda que hizo muchos vestidos para los estrenos de las fiestas. También por medio de las Religiosas del Sagrado Corazón de Jesús, se acercó a la misión de catequesis, en la que continúa en medio de una convivencia con los niños.
Cari está ahí, en muchas partes siempre sonriendo. En el mostrador de la tienda que fuera de su padre, delante del altar en un abrazo de guitarra que precede al canto, o en medio de los rostros infantiles que asisten al catecismo.
-No somos eternos-. Dice cuando se alegra de compartir lo que sabe, para que perdure.
Predio cercano al Lago de Chapala, en San Cristóbal, Jocotepec, donde una constructora pretende construir departamentos. Foto: Armando Esquivel.
Armando Esquivel.- La construcción de departamentos frente al Lago de Chapala, en San Cristóbal Zapotitlán, Jocotepec, ha molestado a los habitantes, quienes denuncian la falta de socialización con la comunidad, problemas generados por el constante paso de camiones pesados y hasta invasión a la vía pública y zona federal por parte de la constructora.
Fue durante la tarde del 3 de diciembre cuando los ciudadanos se reunieron al fondo de la calle Morelos, la bocina local anunciaba de la reunión en la que esperaban a funcionarios de los tres niveles de gobierno, aunque sólo llegó personal del municipio.
Al predio colindante con el lago, llegaron alrededor de 30 habitantes inconformes con la obra, para leer una serie de peticiones, mientras que por parte del Gobierno de Jocotepec asistieron José de Jesús Gaytan Cuevas, director de Desarrollo Urbano; Francisco Montaño, también de Desarrollo Urbano; el director de Ecología, Daniel Alejandro Garavito Espinoza; el regidor, Hugo David García Vargas y Rogelio Rámos Pérez, Secretario general, en representación del presidente, José Miguel Gómez López.
“Información sobre los permisos de construcción de los desarrollos que se encuentran en los linderos de la zona federal, como todos sabemos, el principal y que nos tiene aquí es este desarrollo”, dijo uno de los habitantes como un punto petitorio.
Al respecto, las autoridades mencionaron que el desarrollo habitacional que contará con 44 departamentos, cuenta con todos los requisitos, asegurando que el desarrollo contará con una planta tratadora de agua y que no se encuentra invadiendo zona federal, por lo que no necesitan alguna concesión por parte de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), cosa que llamó la atención de los pobladores, pues los vecinos de la zona de la construcción, sí cuentan con una concesión federal.
“Ya no podemos cruzar para acá, ya nos quitaron el cerro, ya nos quitaron todo”, gritó una mujer durante la reunión.
El director de Ecología, Daniel Alejandro Garavito, aseguró que en su dependencia no tienen ninguna denuncia de afectación en la zona, mientras que la Dirección de Desarrollo Urbano dijo que la constructora instalará una planta tratadora, que será sustentable y que dará beneficios a las zonas aledañas, y reafirmando que no hay una invasión federal.
“Para dar cumplimiento con lo que compete a la zona federal y el respeto que se le tiene a los niveles de gobierno, se les pide ese delineamiento y efectivamente lo aportaron. Hay una zona de la propiedad privada que se ve diezmada en metros cuadrados, en 375 metros, marcan ellos un poquito más de 400 pero una parte queda fuera, entonces, bajo esa circunstancia, la autorización viene sobre la parte que queda sin esa área afectada. La empresa solicita, la concesión para poder utilizar la zona como un área de amenidades, pero nada más, la zona que queda como propiedad privada es la que va a tener o albergar los módulos de departamentos, pero sí se cuenta con el documento”, dijo Francisco Montaño Asencio, coordinador de Desarrollo Urbano.
Otra de las quejas es que la constructora tomó parte de la calle, quedando muy reducida para ampliar el desarrollo, cosa que confirmaron las autoridades presentes con dar una mirada a la vialidad. Además los habitantes dicen que el constante paso de camiones pesados ha dañado las calles y que hasta algunas casas ya han sido afectadas con cuarteaduras.
Los manifestantes llevaron firmas de la ciudadanía, con todo y huella digital, para comprobar que son varios los habitantes inconformes, mientras que el compromiso de las autoridades fue el realizar una reunión, que aunque los pobladores buscaron que fuera pública, al final quedó en lo privado.
Mientras tanto, los inconformes se dijeron decepcionados y lamentaron la falta de información por parte de las autoridades y la socialización para ponerles en su pueblo departamentos de lujo.
“Realmente me he dado cuenta de varias obras que nunca he tenido la información, al menos no se han hecho públicas, yo que soy muy activo en las redes sociales no tengo esa información, yo que soy jóven; el resto de mis compañeros tampoco tienen esa información por los medios que les tiene que llegar, menos las personas adultas que están más inconformes todavía. Es muy triste y doloroso, da coraje y da rabia”, opinó Aarón Reynoso, de 28 años, al ser entrevistado.
Otros consideran que la zona poco a poco se irá privatizando y ya no podrá ser utilizada por los habitantes de San Cristóbal. “Es nuestra área recreativa, aquí bajan niños a jugar, ahora ya no veo que jueguen, por la obra, también eso están perjudicando, al rato ya va a ser privado para los del fraccionamiento y los del pueblo nos van haciendo a un lado”, dijo una de las pobladoras.
Aunque las autoridades aseguraron que no había ninguna invasión a zona federal, se llevaron el compromiso de hacer las revisiones pertinentes, mientras que los pobladores mantienen la idea de que se está invadiendo el espacio público, amenazando con radicalizar las acciones en caso de no ser atendidos.
“Nos han comentado, si no nos hacen caso, estamos dispuestos a hacer lo que ha sucedido en otras delegaciones, inconformarnos, parar la obra y que el pueblo sea escuchado”, compartió uno de los organizadores.
Sobre una plataforma, las estudiantes de secundaria zapatean con música de Jalisco. Foto: María Reynozo.
Por María del Refugio Reynozo Medina.
Desde las ocho de la mañana, por las calles principales de San Cristóbal Zapotitlán, en Jocotepec, se ven venir ataviados con carrilleras terciadas indistintamente niños y niñas. Están confeccionadas de papel cartoncillo negro, con rollos de papel metálico plateado simulando las balas, otras son de plástico. Algunas; las de los más pequeños llevan una fila de cacahuates de cáscara en el lugar de las balas.
Los niños llevan escopetas o rifles; uno de ellos lleva un profuso bigote de negro espesor que se toca en cada momento como para asegurarse de que sigue ahí; otro se acomoda el sombrero y sujeta con fuerza su rifle mientras va arriba de un carro alegórico.
Hay una fila de niñas pequeñas con el pelo trenzado y debajo del rebozo terciado cargan un muñeco de plástico a la usanza de las mujeres de nuestros antepasados que cargaban a los hijos en las espaldas.
Los carros alegóricos van con los estudiantes que representan a las mujeres y hombres de la Revolución. En una plataforma, las jovencitas de la secundaria con vestidos multicolores van sentadas acompañando a los guerrilleros que llevan su rifle a cuestas. En otra plataforma, una estudiante baila un zapateado vistiendo un traje de Jalisco.
El desfile conmemorativo de la Revolución Mexicana, lo encabezan las escoltas de la Escuela Primaria Niños Héroes y su Director Miguel Ángel Gabiño Castillo.
Son poco más de trescientos alumnos de seis a once años los que desfilan, además de los adolescentes de la Escuela Secundaria Foránea 66 Enrique Díaz de León, encabezados por la encargada, Maestra Leivi Diana Ramírez González.
Ellos, los estudiantes de la Secundaria, hicieron del desfile el cierre de un proyecto integrador antecedido por múltiples actividades en las aulas. Durante el recorrido del desfile y a su cierre; mezclaron periódico mural, danza, el diseño de una mojiganga de Francisco I Madero y la caracterización de los personajes de la Revolución Mexicana.
En cada esquina algunos carros alegóricos se detienen para que el público conformado por mujeres adultas en su mayoría les aplauda. Muchas madres de familia van al lado del desfile proveyendo agua a los pequeños que marchan en un recorrido que dura alrededor de dos horas en donde la música, los colores, las tradiciones mexicanas y hasta el fútbol conviven para recordar a Zapata, Villa, La Adelita, la rielera y la Valentina.
Bernardo Rodríguez de la Luz, músico trompetista originario de San Cristóbal Zapotitlán, Jocotepec.
Por: María del Refugio Reynozo Medina.
Bernardo Rodríguez de la Luz, es originario de San Cristóbal Zapotitlán, perteneciente al municipio de Jocotepec. La música ha acompañado su vida; desde pequeño, estuvo rodeado de sonidos de instrumentos y notas musicales. Sus primeras lecciones de violín las tomó con Daniel Cervantes Pantoja, a la edad de 14 años.
Cuando iban a ser las fiestas patronales, don Daniel traía cantores de Guadalajara y de Ajijic; de este último lugar venía un hombre llamado Venancio. También traía un predicador muy famoso al que nombraban Medrano. En ese tiempo había un púlpito; ahí se subían a predicar los sacerdotes en las vísperas.
-Eran unas misas pontificales hermosísimas- recuerda este hombre, que emergió de una comunidad con raíces musicales.
Justino Larios fue un gran músico y compositor, él fue el autor del himno “Viva San Cristóbal”. Así como Ignacio Aréchiga, originario de San Luis Soyatlán, compuso el “Himno a San Luis”. Aréchiga también es autor de los misterios a la virgen que cantaban las mujeres del coro. Blas García, violinista de San Cristóbal, llegó a ser parte del Mariachi México. Salvador Ibarra era cantor, y un sacerdote se lo llevó a San Juanito de Escobedo y allá se quedó. Pancho Macías tocaba muy bonito el trombón. Nardo convivía mucho con Pedro Medina Cervantes, quien tocaba el piano; Pedro Medina estudió en la Escuela de Música Sacra y compuso “Un himno a San Cristóbal”.
Uno de los grandes maestros que Nardo tuvo, fue su tío Francisco de la Luz, con quien estudió trompeta, trombón y cello. A él, junto a su hermano les decían “Los panchos”, porque eran dos hermanos que llevaban el mismo nombre.
Entre el repertorio que Nardo interpretaba, había valses, marchas, óperas para zarzuelas y pasodobles. Así que, sobre esos suelos polvorosos y empedrados del poblado de San Cristóbal Zapotitlán, incontables veces se pudieron escuchar la “Caballería ligera” de Franz von Suppé, “Aires andaluces” de Guillermo Gómez o “Lucia di Lammermoor”, de Gaetano Donizetti.
Las dos grandes bandas que hubo en esos tiempos; la de la familia De la Rosa y familia De la Luz, ejecutaron piezas como Carmen, de Bizet, o los pasodobles Alfonso Gaona y Cielo andaluz.
Con la banda, Nardo recorrió poblados distantes y cercanos: Zamora, Cotija, Jiquilpan, Quitupan el Estado de Veracruz y Tamaulipas, son sólo algunos de ellos. Desde que se pactaba el contrato que la mayoría de ocasiones era verbal, se acordaba la asistencia de los músicos. En una permanencia de hasta doce días, los hombres aseguraban su viaje con ropa, cobijas y su uniforme que algún día fue con boina y chaqueta tipo militar.
En Ocotlán durante dos años consecutivos se transmitieron por radio las serenatas de las fiestas ejecutadas por la banda de San Cristóbal.
Los recuerdos de este experimentado músico están vivos; la época en la que florecieron las bandas y la música en medio de una comunidad con carencias, en donde la instrucción primaria llegaba hasta segundo grado. Ahí aprendió sus primeras letras, en la escuela que en ese tiempo era en la casa de Palemón Osorio, con el maestro Rubén Osorio como maestro de los niños.
-Es muy fea la ignorancia- dice Nardo, al recordar las pocas oportunidades que había.
Lo que la mayoría de pobladores hacían era trabajar en el campo, algunos la pesca, otros hacían trenza de palma, era común ver a algunos hombres platicando en las esquinas, mientras tejían la trenza de soyate que luego llevaban a vender a Sahuayo. Había mucha pobreza en el pueblo, eran muchos los huaraches que se veían con las correas rotas.
-Me debes- se decían unos a otros y se entregaban las rosas o claveles, a veces era la misma flor que iba y venía entre las manos de los enamorados. Para las fiestas, llegaban vendedores de flores. También, había quien las cortaba de sus casas o de un jardín a la pasada. El día que terminaron esa primera fase del kiosco, el padre Pedro Rivera pidió que tocaran las dos bandas para celebrar la inauguración de la obra.
En los tiempos de Nardo, los bailes eran con orquestas, en las bodas se bailaban valses y se servía pipián con pollo y arroz. Cada uno de los pasajes del San Cristóbal de aquellos años, está guardado en la memoria de este músico trompetista que a sus 82 años, vive de escuchar valses, pasodobles y de los conciertos a los que puede ir. Tararea cada una de las piezas cuando está fuera del escenario y su corazón se enciende al sonido de Siboney, Carmen y las notas andaluces.
Los niños realizaron actividades lúdicas de implicaciones matemáticas, conducidos por maestros voluntarios locales. Foto: María del Refugio Reynozo.
Por: María del Refugio Reynozo Medina.
María del Refugio Reynozo.- El pasado domingo 23 de octubre, las matemáticas salieron de las aulas para llegar a la calle. El Departamento de Matemáticas del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI) de la U de G, en el marco del 55 Congreso Nacional de la Sociedad Matemática Mexicana, decidió sacar a las calles algunos principios de las matemáticas y convertirlos en juegos. Unos cincuenta niños y niñas a lo largo de la jornada, que duró unas tres horas, se dieron cita en la plaza principal de San Cristóbal Zapotitlán, del municipio de Jocotepec.
Coordinados por Miriam Bocardo Gaspar, Profesora Investigadora de la Universidad de Guadalajara, un grupo de maestros locales colaboraron para llevar actividades lúdicas a los menores que con curiosidad se acercaron a cada puesto instalado.
Para Miriam, especialista en el campo de las matemáticas, estas no son tan difíciles como se les piensa, el pensamiento matemático está en la cotidianeidad y se puede propiciar y fortalecer a través del juego.
Así, algunos niños pudieron armar rompecabezas apoyados por patrones que visualizaron; otros pudieron soltarse de una cuerda sin desatar el nudo, además del juego del sudoku con fichas de colores, que no solo fue la atracción de los menores, sino también de los adultos.
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