Foto: Cortesía.
Ernesto Perea (Ciudad de México) . – Investigadores del INIFAP documentaron el registro de 42 variedades de arroz y frijol, que como institución han desarrollado, con lo que refutaron los dichos del diputado federal Eraclio Rodríguez, quien para justificar la iniciativa de Ley Federal de Variedades Vegetales, -que él promueve- ha señalado que en México se tiene de 15 a 30 años de no generar estas tecnologías.
De acuerdo con el Catálogo Nacional de Variedades Vegetales 2019, del Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas (SNICS), el INIFAP cuenta con 35 variedades de frijol registradas ante este organismo, de las cuales 18 tienen Títulos de Obtentor, cuya vigencia va desde los años 2010 o 2019 hasta 2027 o 2033.
El documento indica que de 2011 al 2016, el INIFAP (Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias) también ha registrado siete variedades de arroz, de las cuales seis tienen Título de Obtentor, con vigencias que van desde 2011 o 2016 hasta el 2031 o 2033.
Entre las variedades de frijol están Albicampo, Sangre Maya, Mayomex, Bayo Azteca, Negro Comapa, Pinto Bravo, Pinto Libertad, Flor De Mayo Dolores, Azufrasin, Primavera 28, Rarámuri, Negro Tacaná, Frailescano y Altiplanomex. En las variedades de arroz están Morelos A- 2016 , Choca A05Aztecas, Iniflar, Pacifico Fl15 y Golfo Fl16. Todas cuentan con su número de inscripción y cumplen los requisitos del SNICS, además que están adaptadas a diferentes condiciones de clima, suelo y temperatura para diversas regiones del país.
Cabe recordar que el legislador por el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) defendió la iniciativa de Ley Federal de Variedades Vegetales y señaló, el 22 de junio pasado en Aristegui Noticias, que: “en el caso del arroz tenemos 30 años que no se genera ninguna semilla, según estudios que ha hecho, incluso, el Estado mexicano tenemos un disminución del 46% en la capacidad productiva de las semilla de arroz; en el caso del frijol tenemos más de 15 años que no se genera ninguna nueva variedad, lo cual nos hace totalmente inviables y nos posiciona ante el mercado internacional en una total desventaja, porque tenemos tecnologías mucho más atrasadas”.
El secretario general del SIIINIFAP, Ramón Garza García, refutó lo dicho por el diputado, ya que los datos del SNICS ahí están, son públicos y refieren lo contrario.
Hizo hincapié en que a pesar del desmantelamiento institucional que se vino haciendo por los gobiernos neoliberales, las bajas presupuestales, el escaso apoyo a la investigación y las limitaciones tecnológicas, “es un gran mérito que los investigadores del INIFAP sigan desarrollando semillas para los agricultores mexicanos, las cuales no se han multiplicado y desarrollado aún más debido a los factores mencionados”.
Los investigadores nacionales –subrayó– requerimos el apoyo de los diputados y senadores para promover mayor presupuesto para la investigación agropecuaria y forestal, con miras a hacer un país autosuficiente en alimentos y otras tecnologías e insumos para el campo.
Diversos sectores, productores, investigadores, legisladores y hasta funcionarios públicos han criticado severamente a Eraclio Rodríguez porque argumentan que la iniciativa del diputado responde a los intereses de las grandes corporaciones, a lo establecido en la firma del T-MEC y, además, “criminaliza” a los campesinos, que tienen prácticas ancestrales con el intercambio de semillas, lo cual el legislador rechaza.
Pie de foto: Mariguana. Foto: cortesía.
Por: Pascacio Taboada Cortina
Los tiempos actuales se caracterizan por proponer políticas y estrategias absurdas o totalmente fuera de lógica. Esto, a propósito de declaraciones de Bosco de la Vega, dirigente del Consejo Nacional Agropecuario, en el sentido de que “el cultivo y procesamiento de la mariguana, pueden ser la solución para la crisis del agro mexicano”.
El dirigente del CNA, que representa a más de 200 organizaciones estatales y regionales, no sólo de productores
de granos, hortalizas y frutales, sino de alimentos pecuarios de todo tipo, desde huevo, leche, carne para consumo nacional y de exportación, dice que “la única garantía es que –el cultivo de mariguana—va a ser mucho más exitoso que producir granos”.
En pocas palabras, cuando un niño o niña tengan hambre, si ya no se produjera maíz, frijol, arroz y trigo en este país, sólo se les podrá ofrecer “una tortilla de mariguana”. Pero, personas con este criterio, deberían dar la recomendación completa. Si hablamos de mariguana en tiempos actuales, para el futuro tendrían que ir pensando en la “receta del Fentanilo”. Es decir, no se hablaría de un cultivo agrícola, sino de un producto químico de efecto letal.
No deja de inquietar una declaración formal de esta naturaleza, sobre todo del dirigente de la única organización privada de productores, industriales y exportadores de alimentos, capaz de poder llevar a la práctica una recomendación “de bote pronto”, cuando las organizaciones campesinas del sector social, “duermen el sueño de los justos” en espera de oportunidades, o de que las cosas cambien.
La única sugerencia para estos productores y futuros mercaderes de enervantes, es que deberían reflexionar si estarían dispuestos a convivir con personas dependientes o consumidores consuetudinarios de enervantes, como actualmente ocurre en Tepito, en Polanco o en la Guerrero, en condominios de muchos pisos o en zonas habitacionales donde por abajo, por arriba y por todos lados y a todas horas, hay que respirar el clásico aroma de la mariguana y otros embrutecedores.
HAY MÁS HAMBRE QUE GANAS DE SER MARIGUANO
El espíritu de desterrar el hambre de los mexicanos, parece que se dejará para otra ocasión u otra administración. Se sabe que en México el 50 por ciento de los habitantes padece, en algún grado, por desnutrición. Sin embargo, para el Gobierno Federal esta situación no parece preocuparle.
En la actualidad, México importa alrededor del 40 por ciento de los alimentos que consume. Estos volúmenes son crecientes cada año y esta tendencia va en contra de las sugerencias y recomendaciones de Naciones Unidas y de la FAO, en el sentido de darse un límite máximo de dependencia alimentaria, del 25 por ciento, con la advertencia de que, de no corregirse, habría problemas sociales.
Esto recuerda un pasaje de la historia de la Revolución Francesa, en 1789, cuando la reina María Antonieta preguntaba a sus súbditos a qué se debían las protestas gritos del pueblo en las calles, le contestaron: “el pueblo tiene hambre”. Y ella contestaba con dejadez: “que les repartan pasteles”.
En el mundo hay 821 millones de personas pobres y desnutridas, de acuerdo con información de la Organización de las Naciones Unidas y, como van las cosas en nuestro país, el problema de la falta de alimentos continuará, sin esperanzas de que, en el corto plazo, mejoren las condiciones socioeconómicas y alimentarias; de productividad agrícola y de distribución de granos alimenticios.
© 2016. Todos los derechos reservados. Semanario de la Ribera de Chapala