Mariachi Real Axixic, durante su homenaje el lunes 30 de noviembre.
Sofía Medeles (Ajijic, Jal.)- Pese a la pandemia, los ajijitecos no dejaron pasar desapercibido los festejos del santo patrono de la población, San Andrés Apóstol, aunque la celebración fue mucho más modesta que años anteriores.
Y es que, este año no se instalaron juegos mecánicos ni puestos de vendimia, además de que no se quemó el tradicional castillo de pirotecnia, durante los nueve días de fiesta del 22 al 30 de noviembre.
Sin embargo, sí se llevaron a cabo las ceremonias eucarísticas, la cuales estuvieron concurridas, pero respetando las medidas sanitarias recomendadas por las autoridades; a las 7:30 am se le llevaron mañanitas al santo, además de que cada día se celebraron tres misas y a las 6:30 pm se rezó el rosario.
Las procesiones por parte de los diferentes gremios estuvieron restringidas, para evitar concentración de personas en un solo punto, no obstante, tanto el gremio de los músicos (22 de noviembre) como el gremio de la Construcción & Asociados, y Ministros Extraordinarios de la Comunión (28 de noviembre) sí realizaron sus procesiones tomando las medidas sanitarias adecuadas.
El párroco y cura del pueblo, Javier García Orozco, durante la misa del 30, día del gremio de los Hijos Ausentes, dio un informe acerca de las donaciones y gastos de la celebración del santo patrono.
El gremio de los Carpinteros donaron dos mil pesos, Trabajadoras Unidas 4 mil 500 pesos, Construccion y Asociados cuatro mil pesos, Agricultores mil pesos, y Misioneros mil pesos, dejando un total de 12 mil quinientos pesos para cubrir los gastos de los insumos usados para las celebraciones eucarísticas, que ascendieron a un total de 18 mil pesos, incluyendo la compra de cortinas, arreglos y velas.
La notaría de la parroquia de San Andrés Apóstol, informó que el resto del gasto fue completado por donaciones del pueblo y fondos de la iglesia.
Durante toda la semana, cada gremio se encargó de comprar sus “cuetes”, siendo una manera de suplantar la falta del tradicional castillo. Los cohetes se aventaron durante la misa de ocho de la mañana y a las siete de la noche.
Finalmente, el día 30 después de la misa de siete de la tarde, el Mariachi Real Axixic ofreció un homenaje musical al Santo Patrono en la plaza de Ajijic.
El fundador de la agrupación musical, Daniel Medeles declaró que la idea de su participación era transmitirla por internet, sin embargo, durante la presentación, varios habitantes se reunieron a escuchar la interpretaciones del popular Mariachi Axixic.
Lona donde marcan las misas del novenario en la parroquia de San Andrés Apóstol.
Sofía Medeles (Ajijic, Jal)- La pandemia, aunado a la falta de economía por parte de los gremios (encargados de organizar las fiestas patronales), dejarán muy probablemente sin fiestas al santo patrono de Ajijic, San Andrés Apóstol.
Y es que a decir del delegado de Ajijic, Juan Ramón Flores, días atrás les propuso a encargados de los gremios entrevistarse con las autoridades eclesiásticas con la intención de que por lo menos se celebrarán las misas y procesiones, pero ante la economía, los organizadores prefirieron declinar la oferta.
“Les mencioné ( a unos de los encargados de los gremios) que podían ir a ponerse de acuerdo con la parroquia, para ver si los dejaban continuar con procesiones, fuegos artificiales e incluso castillos, y me dieron una negativa, ya que se encontraban en una situación económica muy apretada”.
Por su parte, personal de la notaría de la parroquia de San Andrés, informaron que ningún gremio se ha acercado a preguntar o sugerir nada, sólo el de Hijos Ausentes, sin embargo, no regresaron.
No obstante, las misas se celebrarán de forma normal durante el novenario, haciendo mención de cada gremio durante ellas, pero esto es por iniciativa propia de la Parroquia de San Andrés.
Algunos de los integrantes del gremio de Músicos, platicaron a LAGUNA que hasta este momento, no tienen nada organizado, ya que tenían entendido que no se iba a poder realizar ningún tipo de festejo, además de que su economía en este momento no es la mejor.
Los entrevistados manifestaron que” si acaso” llevarán mañanitas a la misa, el Día que les corresponde (22 de noviembre), pero no hay nada planeado.
Representantes del gremio de los Hijos Ausentes, informaron que no tienen nada planeado, pero»Si sale algún plan, se pondrá dinero, si no, estaremos desde nuestros hogares compartiendo oración con nuestros seres queridos en Ajijic.»
Finalmente, el gremio de la Construcción -uno de los gremios con más recursos económicos- al igual que los otros grupos, no tienen nada planeado y están esperando a que se acerque la fecha para ver si algo sale espontáneamente.
Samuel y Néstor buscan dejar un registro digital de la tradición oral del municipio.
Miguel Cerna.- Para rescatar la tradición oral de sus comunidades y fomentar el interés de las nuevas generaciones en la historia del municipio, los jóvenes Samuel Alejandro Reyes Inclán, de San Juan Cosalá y Néstor Isaac Serrano Ruiz, de San Cristóbal Zapotitlán, crearon “Trivialidad del Misterio”.
La inquietud por contar los relatos que se cuentan en las calles, especialmente por los adultos mayores, fue lo que motivó a este par a investigar, producir y compartir mediante la plataforma de YouTube, los mitos y leyendas que han forjado la vida del municipio.
Para Samuel Reyes, de 22 años, reproducir la tradición oral es un salto a su infancia, pues fueron los cuentos que le contó su madre a corta edad lo que le despertó el interés por conocer y compartir los saberes que se transmiten de generación en generación.
“Mi mamá siempre en las mañanas lluviosas ponía una olla con hojas de limón, compraba unas piezas de pan y nos las repartía (entre 11 hijos), luego nos decía ‘vénganse hijos, les voy a contar unas historias’; y ahora a mí me gusta contarlas y estar platicando sobre esto por los recuerdos que me trae”, compartió el cosalense.
Por su parte, para Néstor Serrano, quien ya había estado involucrado en proyectos audiovisuales en la zona, rescatar las historias de los adultos mayores y dejar un testimonio digital que sea accesible para todas las personas en cualquier parte del mundo, fue lo que lo enganchó al proyecto.
“Trivialidad del Misterio” fue creado a finales de abril, y en apenas seis meses, ya cuenta con decenas de videos hablando de leyendas, mitos, datos curiosos y enigmas que envuelven a Jocotepec y a la Ribera de Chapala; hasta el cierre de esta edición cuentan con 448 suscriptores y más de 58 mil reproducciones en total.
Aunque originalmente el canal estaría dedicado a buscar lo banal de las historias o buscarles una explicación, sobre la marcha el par de jóvenes decidió transmitir las leyendas tal cual se las cuenta la gente, con la finalidad de perpetuar la tradición oral.
“Nosotros no lo hacemos con el fin de decir ‘esto es cierto’, sino para que conozcan nuestra cultura y cómo la gente de antes intentaba explicar las cosas de una forma fantástica”, aclaró Samuel.
Sus espectadores no solamente radican en el municipio, sino que su alcance se ha extendido a la región y Estados Unidos, en donde hay un gran público de paisanos interesados en conocer y recordar su cultura, situación que los alienta a ampliar su contenido a otros municipios y estados del país.
“Estamos transmitiendo parte de la cultura de la Ribera y de México, con todo esto que estamos haciendo me doy cuenta de que las leyendas no nacieron porque a alguien se le ocurrió, sino que tienen su historia en épocas de la conquista, como La Llorona y algunas otras nacen desde épocas prehispánicas; la satisfacción que me trae esto es que estoy aprendiendo”, concluyó Néstor Serrano.
Cuenta la historia que fue el 7 de noviembre de 1715 cuando se apareció el Señor del Huaje.
Miguel Cerna.- El Señor del Huaje no solo es el más grande e imponente, también es el más longevo con más de 300 años de historia, siendo el iniciador del culto a los Cristos de Jocotepec.
El siete de noviembre el “El Señor del Dulce Nombre” o “El Santo Cristo de la Expiración”, como fue conocido al principio, cumplirá 305 años de su aparición en un árbol de huaje en un predio de lo que hoy es la localidad de San Pedro Tesistán.
Hasta el siglo XVII, como herencia colonial, en Jocotepec se seguía venerando como patrono a San Francisco, de hecho el pueblo se llamaba San Francisco Jocotepec, nombre que cambió con la aparición del Señor del Huaje en el año 1715, en el potrero conocido como El Monte.
Aunque varios relatos, tanto coloniales como contemporáneos, dan cuenta de su aparición milagrosa, fue la narración de Pedro Andrés, indio principal y sacristán de la iglesia realizada en 1748, la más exacta sobre el prodigio.
“El año de mil setecientos y quince, por el mes de noviembre, habiendo ido al Puesto nombrado El Monte, como a las once del día, en busca de sus bueyes, andando en esta diligencia por el dicho Monte, y lugar, vio que de un árbol grande llamado Guaje destilaba agua; al parecerle bastante y que con esa curiosidad se llegó a él y no había tal agua ni señales de ella y retirándose otra vez advirtió en que volvió a destilar más agua y entonces lo volvió segunda vez a reconocer y no hallando como la primera señal empezó a ver a dicho árbol y vio y reconoció en él la forma de un crucifijo en cruz, a quien adoró y reverenció…”.
Un día después, la imagen milagrosa de tres varas y media de altura, fue cortada y trasladada el ocho de noviembre de 1715 a la iglesia de Jocotepec, iniciando así el culto a este Cristo que es venerado y querido hasta nuestros días, 305 años después.
Para 1748, el Señor del Huaje ya se encontraba colocado en el altar principal, desplazando así la imagen y la veneración a San Francisco, que actualmente se encuentra casi en extinción, de no ser porque aún existe la Orden Franciscana Seglar de Jocotepec.
Ahora, tres siglos después de su aparición, la fe a este Cristo está cada vez más viva y extendida fuera de los límites municipales, pues con la migración de paisanos a Estados Unidos, también se ha ido la idolatría hacia el Señor del Dulce Nombre.
Aunque se discutía la posibilidad de bajar la imagen del altar para celebrar un triduo en su honor, con la activación del botón de emergencia en Jalisco, se canceló la posibilidad por el cierre de las iglesias durante los fines de semana.
Así lució el kiosco el primero de noviembre, día de su inauguración.
Miguel Cerna.- “El pueblo unido jamás será vencido”. Ciudadanos de la delegación de San Juan Cosalá, montaron y reconstruyeron su Altar Mayor de Día de Muertos tras el incendio que lo consumió.
Momentos después de ser inaugurado el pasado primero de noviembre, como a las 19:30 horas, una veladora originó un incendio en una de las columnas, propagándose en segundos por las cientos de flores de papel que adornaban el quiosco de la plaza ante la mirada atónita de los pobladores.
En total, en menos de cinco minutos el fuego devastó el 65 por ciento de la mega ofrenda, devorando más de cinco mil flores. Aunque pudo haberse dejado así, fueron los mismos ciudadanos quienes inmediatamente se organizaron para rehacer el altar.
Agustín Vázquez Calvario, uno de los coordinadores del proyecto que se realizó por segunda ocasión, destacó la solidaridad de los habitantes, comerciantes y residentes de la localidad, pues voluntariamente aportaron mano de obra, materiales o dinero para redecorar el quiosco.
“En momentos buenos festejamos, pero en momentos malos ahí está la ayuda de todos, la solidaridad de todos, ya nos han pasado tragedias y hemos salido adelante”, dijo orgulloso en entrevista.
Aunque la meta se vislumbró complicada por el poco tiempo, ya que este proyecto lleva hasta dos meses de organización y realización de las flores en las que están involucradas más de 200 personas, se hizo en tan solo un día.
Desde las 10:20 de la mañana y hasta las cinco de la tarde, decenas de personas de todas las edades y condiciones socioeconómicas, se dieron cita en la plaza para ayudar en los trabajos de reconstrucción, unos haciendo flores, otros colocándolas en las estructuras mientras que otros limpiaban los daños del fuego.
Finalmente, con un esfuerzo doble por parte de los ciudadanos de San Juan Cosalá, la ofrenda monumental se re-inauguró terminada y mejorada con iluminación el pasado dos de noviembre, recalcando el trabajo en conjunto que distingue a la localidad.
El proyecto, que además de crear un atractivo busca rescatar las tradiciones y leyendas de la comunidad, nació el año pasado por iniciativa de las agrupaciones sociales “Viva México”, Colectivo “Pata de Puerco”, Ballet Son de México, “Top Model” y el espacio cultural “Voz al Viento”; así como las aportaciones económicas de paisanos en Estados Unidos y de la comunidad extranjera.
Los panteones cerrados no impidieron que las personas de Ajijic recordaran a sus seres queridos a través de los distintos altares que se elaboraron. Foto: Luilli Varón
Sofía Medeles.- Pese a la actual contingencia y el recién activado «botón de emergencia» con el que se han cerrado los panteones, pobladores de Ajijic decidieron sacar a relucir sus tradiciones a las calles, donde varias familias participaron colocando altares de muertos afuera de sus casas.
Independientemente de la situación económica de las familias, en sus ofrendas destacó la creatividad y el cariño hacia sus difuntos, por lo que la festividad se realizó desde sus hogares y no en los panteones como en otros años.
A continuación te presentamos algunas de las muestras de altares que se apreciaron por las calles de la delegación.
Por las noches, esta alma en pena sale a recorrer el camino. Su capillita colinda con el Panteón Municipal y es poco visitada.
Miguel Cerna.- Existen caminos en nuestro pueblo que se vuelven intransitables al caer la noche, y no porque exista una barrera física, sino más bien sobrenatural; con la oscuridad, criaturas que ya no son de este mundo, se manifiestan para buscar consuelo.
Es el caso de la calle del Ánima Sola, ubicada en la barda norte del Cementerio Municipal, y que en la época colonial sirvió de Camino Real para el transporte de mercancía y viajeros. Hasta la actualidad, la soledad sigue imperando por la falta de habitantes en esta ruta bordeada por frondosos y sombríos árboles.
En un pequeño y frío cuartito, adornado con flores empolvadas y velas extinguidas, reposa el Ánima Sola o Ánima Desesperada, imagen católica con la que se representa un alma en el purgatorio, que por los días es testigo del tránsito de los vivos; mientras que por las noches es ella quien recorre el camino en busca de consuelo o compañía.
Son pocos los jocotepenses que se animan a recorrer esta calle por las noches, sea por ignorancia o por valentía, pues siempre existe el riesgo de toparse con esta ánima solitaria. Según el testimonio de quienes la han visto, y que nunca han vuelto a cruzar por ahí, este espectro se manifiesta como una mujer vestida de blanco, cuyo vestido se funde con la palidez de su piel, dándole una apariencia transparente.
Cabizbaja, recorre el Anima Sola su calle apenas iluminada por las llamas de las veladoras que de vez en cuando algunos buenos cristianos llevan a su altar para ayudarla a llegar a su destino, acompañadas siempre de la oración que dice “ánimas benditas, que en el purgatorio estan, que de penas pasarán qué de tormentos tan crueles…”.
*Con información proporcionada por Diana Machuca, encargada del Archivo Municipal y coautora de la investigación titulada: “Entre Tumbas y Leyendas de Jocotepec”.
Juan, Enrique y Marcelo descansan en la parte antigua del panteón de Jocotepec.
Miguel Cerna.- Los relatos de ultratumba, apariciones misteriosas y hazañas inexplicables, forman parte de la identidad de casi todos nuestros pueblos, incluso con historias similares. No es la excepción de Jocotepec, en donde se cuentan numerosos mitos y leyendas que han sobrevivido gracias a la tradición oral.
En esta primera entrega, presentamos la historia de los hermanos Sánchez de León, a quienes la avaricia condenó a la muerte y cuyos restos, se cree, descansan en el cementerio municipal que data del año 1860.
Cuenta la leyenda que los tres hermanos eran hijos de doña Jacoba de León, quien vivía por la calle Morelos oriente a un lado de la casa de don Cándido Pérez; mientras que del padre solo se conocía el apellido “Sánchez”, por lo que respondían a los nombres de Enrique, Marcelo y Juan Sánchez de León.
Los tres hombres encontraron una fuerte cantidad de dinero en relucientes monedas de oro, pero más que una fortuna que les asegurara una vida cómoda y de placer, pasaba sobre ella una maldición dada la manera en que se hizo con ella quien la escondió.
La sentencia era clara: quien llegara a hacer uso de las monedas de oro, sufriría como castigo la muerte repentina e inevitable de tres miembros de su familia. Sin embargo, ofuscados por la necesidad de saberse ricos con tal fortuna a su disposición, los hermanos Sánchez de León desestimaron la maldición.
Meses más tarde, esa fuerza fatal reclamó a cada uno de los jóvenes, cuya suerte en la vida recién había cambiado. El primero en fallecer fue Juan Sánchez de 32 años, a quien un 14 de agosto el Lago de Chapala le arrancó su último suspiro.
Enrique, fue comisionado para reconocer el cuerpo inerte de su hermano Juan y por ende, en seguirlo a la sepultura. Con tan solo 27 años y siete de diferencia, este joven falleció un 14 de marzo de 1929, al parecer en las mismas condiciones, es decir, en las aguas de la laguna.
Finalmente, Marcelino Sánchez de León escapó solamente seis meses de su cruel destino al que la avaricia lo condenó, murió en el mes de septiembre de ese mismo año, pero esta vez no en manos de la naturaleza, sino del hombre: por una herida de arma de fuego.
Poco pudieron los tres hermanos disfrutar del oro encontrado, pues con su vida tuvieron que pagar el verse tentados por el anhelo del poder. Juan, Enrique y Marcelino Sánchez descansan en la parte antigua del Panteón Municipal, en donde hasta nuestros días, se habla de su presencia en este mundo al que ya no pertenecen.
Si ve a un pequeño corriendo y trepando tumbas, asegúrese de que tenga pies, porque podría ser un alma inocente en busca de compañía. A veces, ni la muerte es un impedimento para seguirse divirtiendo.
Miguel Cerna.- Como dice el dicho: “genio y figura, hasta la sepultura”. A veces ni la muerte puede ser un impedimento para divertirse y hacer travesuras, es el caso del niño que se la pasa jugando entre las tumbas del panteón de Jocotepec.
La muerte no hace distinción, lo mismo se lleva a ricos y pobres, a buenos y malos y, por supuesto, a viejos y jóvenes, a veces demasiado jóvenes y con mucho por vivir.
Entre las callejuelas del Cementerio de Jocotepec, descansan prematuramente cientos de almas inocentes, es decir, niños y niñas que han fallecido a edad muy corta. Sin embargo, pasar al otro lado del umbral no es un impedimento para seguirse divirtiendo.
Aunque generalmente los infantes reciben en sus tumbas todo tipo de juguetes, peluches y globos con los que podrían divertirse, algunos prefieren buscar compañía para sus travesuras.
Corriendo, trepando tumbas o escondiéndose, es común ver a un pequeño niño en el panteón, tratando de invitar a quienes van a limpiar las tumbas o llevarle flores a sus difuntos.
Una vez una señora lo vio, creyendo que este pequeño de aproximadamente tres años, se había separado o perdido de sus padres, y al no verlos, se dirigió al niño para ayudarlo.
El pequeño no respondió, más bien avanzó cada vez más presuroso hasta llegar a correr.
La mujer lo siguió con la mirada mientras caminaba a la máxima velocidad que le permitían sus cansados pies, hasta que se percató de que el niño podía avanzar fácilmente por las tumbas, trepándolas sin problemas.
Al ver que el pequeño no tenía pies y más bien flotaba en el aire, la señora quedó aterrorizada, tanto y más cuando vio que el niño se metió a una de las tumbas.
Pese al paso del tiempo, esta mujer no se pudo curar de espanto y nunca regresó al panteón, pues el susto de haber visto a un niño que ya no pertenecía a este mundo, la dejó totalmente aterrorizada.
No es que este pequeño travieso le haya querido causar miedo, en realidad solo buscaba alguien con quien divertirse, alguien que le hiciera compañía. ¿Usted jugaría con él?
*Con información proporcionada por Diana Machuca, encargada del Archivo Municipal y coautora de la investigación titulada “Entre Tumbas y Leyendas de Jocotepec”.
Hasta la fecha, pocas son las almas que se atreven a pasar por este callejón a altas horas de la noche por el miedo de toparse con el jinete misterioso. Aún en la muerte, Toscano siguió asaltando los caminos de la región.
Miguel Cerna.- En la vida o en la muerte, el temible bandolero de la región de la Ciénega de Chapala, Martín Toscano (1754-1803), hizo de las suyas en muchos de los municipios aledaños al lago; Jocotepec no fue la excepción.
Esta leyenda da cuenta de un encuentro de ultratumba, de un joven enamorado con Toscano en uno de los caminos más antiguos y tenebrosos del pueblo: la calle del Ánima Sola, que en la época de la colonia fue usada como camino real por donde se transportaban las mercancías.
Fue una noche de 1935, entre la oscuridad y los murmullos que se apoderan de este callejón. Un muchacho de la cabecera regresaba de visitar a su amada, que vivía en Zapotitán de Hidalgo, como en cuestiones del amor las horas vuelan, lo alcanzó la penumbra de la madrugada.
A lo lejos, con el claro de la luna, este joven distinguió la silueta de un jinete que lentamente se dirigía a Jocotepec. Cuando menos lo pensó, ya había emparejado su marcha con la del hombre misterioso.
Vestido elegantemente de negro de pies a cabeza y montado en un caballo igualmente negro, este hombre, cuya cara era indescifrable, saludó al joven enamorado, mismo que correspondió con amabilidad dispuesto a entablar una conversión para regresar con compañía; sin esperar jamás lo que le pasaría.
Justo antes de llegar al panteón, el hombre misterioso le pidió un cigarro, mismo que el joven le entregó presurosamente.
En seguida, el joven sacó una caja de cerillos del bolsillo de su camisa. Al encender uno y acercarlo a la boca de su nuevo acompañante nocturno, la poca luz que lo iluminó, borró su aspecto de hombre y ante su mirada, apareció una criatura infernal con los ojos de fuego.
Tal fue el susto del jovencito que al ver a semejante espectro, cayó desmayado de su caballo, perdiendo el conocimiento hasta que fue encontrado al amanecer tirado en el camino. Aunque al inicio los que lo ayudaron lo tacharon de borracho, al contarles su encuentro de ultratumba con un jinete, todos quedaron impactados.
Fue así, a la mala, como este pobre joven acató la advertencia de Martín Toscano de no pasar por el Ánima Sola a altas horas de la noche, tal fue su miedo de volverlo a encontrar que jamás regresó a visitar a su amada.
*Con información proporcionada por Diana Machuca, encargada del Archivo Municipal y coautora de la investigación titulada “Entre Tumbas y Leyendas de Jocotepec”.
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