El cortejo fúnebre recorrió las principales avenidas de Montevideo. Foto: Facebook.
Redacción.- El expresidente uruguayo José “Pepe” Mujica falleció este martes a los 89 años en Montevideo, tras una larga batalla contra un cáncer esofágico que le fue diagnosticado en 2023. La noticia fue confirmada por la Presidencia de la República y ha generado una oleada de reacciones tanto a nivel nacional como internacional, donde Mujica era reconocido como una de las figuras más queridas y singulares de la política contemporánea.
El velorio se llevó a cabo este mismo martes en el Palacio Legislativo, donde miles de ciudadanos formaron largas filas desde la madrugada para despedirse del exmandatario. La ceremonia fue de carácter oficial pero impregnada del espíritu austero y sencillo que definió al propio Mujica. Sobre su ataúd, cubierto con la bandera de Uruguay y rodeado de flores silvestres, descansaba su inseparable boina, símbolo de su identidad política y personal.
Pepe Mujica fue presidente de Uruguay entre 2010 y 2015. Militante tupamaro en su juventud, pasó más de una década en prisión durante la dictadura militar uruguaya (1973–1985), y posteriormente se convirtió en un referente de la democracia y la reconciliación. Su estilo directo, su modo de vida austero —renunció al 90% de su salario presidencial y vivía en una modesta chacra en las afueras de Montevideo— y su discurso centrado en la ética, la solidaridad y la justicia social, lo convirtieron en una figura de admiración mundial.
Durante su presidencia, impulsó reformas históricas como la legalización del matrimonio igualitario, la despenalización del aborto y la regulación del cannabis, que posicionaron a Uruguay como un país pionero en derechos civiles en la región. No obstante, su legado trasciende la política. Mujica fue una voz global contra el consumismo, la desigualdad y el cambio climático, y sus discursos ante organismos internacionales como la ONU y la Cumbre Río+20 siguen siendo citados por su profundidad filosófica y su humanismo
“Se va un luchador incansable por la dignidad humana”, declaró el presidente actual de Uruguay, Yamandú Orsi quien decretó tres días de duelo nacional. Personalidades como Gustavo Petro de Colombia; Miguel Díaz-Canel, de Cuba; Gabriel Boric, de Chile y Nicolás Maduro, de Venezuela. Exmandatarios como Alberto Fernández de Argentina y Evo Morales, de Bolivia, también lamentaron el fallecimiento de del exguerrillero en sus redes sociales.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum calificó al político izquierdista como un «ejemplo para América Latina y el mundo entero por la sabiduría, pensamiento y sencillez que lo caracterizaron».
El cortejo fúnebre recorrió las principales avenidas de Montevideo, desde el Palacio Legislativo hasta el Cementerio Central, donde fue enterrado y despedido por su esposa, la exsenadora Lucía Topolansky. Las calles se llenaron de flores, pañuelos, banderas y aplausos. “Gracias, Pepe” se leía en múltiples pancartas sostenidas por jóvenes y adultos mayores por igual.
Pepe Mujica deja un legado que va más allá de las fronteras de Uruguay. Fue un político atípico en tiempos de desconfianza institucional, un hombre que prefirió la coherencia a la comodidad, la humildad a los privilegios. En sus propias palabras, “el poder no cambia a las personas, sólo revela quiénes son”. Hoy, el mundo despide a un hombre que nunca dejó de ser fiel a sí mismo.
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