Leticia Trejo es Profesora de Yoga. Foto: Archivo.
Por: Leticia Trejo
Te comparto estos cinco consejos que te ayudarán a mantener un estilo de vida saludable y te harán sentir mejor por dentro y por fuera.
Infórmate, aprende, descubre cómo preservar sus funciones y preservarlas. Tu cuerpo tiene algo que se llama instinto de supervivencia, te avisa qué es lo que necesita, por esto de vez en cuando se te antoja irremediablemente un vaso con agua fresca, o una ensalada, o acostarte a dormir más temprano. Dale lo que necesita y la inteligencia natural de tus células te ayudará a salir adelante, tanto en los días comunes como en los días en que haya algún desafío extra para tu organismo.
Tenemos una farmacia dentro de nuestro sistema endócrino que, cuando está funcionando adecuadamente, sabe cuánta serotonina necesitas para estar de buen humor y sentirte feliz, o cuánta dopamina libera para que te sientas estimulado, así como generar suficiente oxitocina para que puedas ser más empático con tus semejantes. También libera endorfinas para que te sientas ligero, libre y seguro. Si duermes lo suficiente, realizas actividad física, te sientes agradecido por los regalos de la vida, si ríes con tus seres queridos y le das abrazos a la gente que aprecias tendrás suficiente de cada hormona.
Dicen algunos sabios que cuando eres capaz de reírte de ti mismo te estás acercando a la sabiduría. Conforme nos hacemos mayores y vamos madurando, nos damos cuenta que las cosas “malas” que te pasan son en realidad lecciones que puedes aprovechar al 100% para tu crecimiento. Recuerdas eventos difíciles del pasado y te das cuenta que las cosas no tenían por qué ser tan dramáticas y que puedes ahorrar mucha energía cuando ves los eventos que te suceden en su justa dimensión sin hacer catástrofes con cada desafío que la vida te presenta, así que sonríe, busca el lado amable o chistoso y has todo lo posible por aligerar tu carga.
Tus dones y capacidades profundas no están en tu cuerpo, ni en tu mente, están en tu alma, o espíritu. La siguiente frase te puede guiar en este tema: “La esperanza es desear que algo suceda. La fe es creer que va a suceder. La valentía es hacer que suceda”. Has hecho cosas que seguramente en algún momento dudaste que ibas a lograr y después de un tiempo te das cuenta que rebasaste las capacidades que creías que tenías y derribaste muros que considerabas inamovibles. Aunque suene trillado: ¡tú puedes!
Deberás soltar la vida que tenías planeada, para recibir la vida que te está esperando. Dicen que nuestra felicidad depende de la distancia entre nuestras expectativas y nuestro nivel de agradecimiento. Cada día es un regalo, cuando realmente lo aprecias cada paso y cada logro se convierte en motivo de orgullo y felicidad. Las expectativas, sobre todo sobre lo que esperamos de los demás, son meras ilusiones que generalmente no se cumplen y te harán sentir desdichado, después de todo NADIE tiene la obligación de cumplir tus expectativas.
Hagamos el esfuerzo por vivir ligeros, por alegrarnos de lo que tenemos y lo que el Universo nos ha regalado, después de todo el único que está obligado a esforzarse por tu felicidad es uno mismo.
Leticia Trejo practicando una postura de Yoga. Foto: Archivo.
Por Leticia Trejo
Una disciplina con más de tres mil años de antigüedad merece tener un día para su celebración. ¿Pero qué es lo que se celebra el 21 de junio? Precisamente el hecho de que este conocimiento milenario ha soportado los embates del tiempo, las polémicas en torno a ella, los mitos, los juicios y cualquier obstáculo que pudiera presentarse.
Según palabras del primer ministro de la India Narendra Modi en Nueva Delhi (mayo 2018), el Yoga es uno de los regalos más preciados de los sabios de la India a la humanidad. En el libro Bhagavad Gita dice: “Yoga es un estado de equilibrio y ecuanimidad”. Yoga no es solo un ejercicio para mantener el cuerpo en forma. Es un pasaporte de garantía hacia la salud, una llave para vivir en bienestar. Yoga no es solo algo que practicamos por la mañana, también realizar nuestras actividades cotidianas con diligencia y completa consciencia es Yoga. Porque Yoga nos enseña a ver a los otros como nos vemos a nosotros mismos, nos hace mejores individuos en pensamiento, acción y conocimiento. Empezamos a entendernos mejor a nosotros mismos, lo que nos hace entender mejor a los demás.
Cuando nos entendemos a nosotros mismos estamos listos para formar un vínculo constructivo con la Sociedad de la que formamos parte. Yoga es el viaje desde “YO” hacia “NOSOTROS”.
Estrés y depresión se han convertido en asesinos silenciosos. Yoga ofrece una solución a esta falta de armonía ya que ayuda a luchar en contra de muchos padecimientos encontrando la paz dentro de nosotros. Es ideal para la relajación de la mente y del cuerpo. El Yoga va más allá de los límites de la edad, género, casta, credo, religión y nacionalidad. Solo necesitas voluntad para practicarlo de forma constante y consciente (fin de la referencia).
Desde el año 2015 se creó el Ministerio del Estado para Ayurveda, Yoga y Naturopatía, que, aunque es un cargo independiente, es sustentado por el Gobierno de la India. La cultura en un país tan grande como India es sumamente diversa, así como los estilos, escuelas e institutos de Yoga, resulta realmente impresionante que hayan logrado ponerse de acuerdo para crear un protocolo internacional para la celebración de este día, que justamente coincide con el equinoccio de verano. Más de 21 expertos y especialistas lograron coincidir en la forma en que se conmemora este día. A través de las embajadas de la India alrededor del mundo se envía a los Consulados un manual con las indicaciones precisas de la clase que se imparte para que sea la misma en cualquier lugar del planeta. Guadalajara no es la excepción y este año el domingo 26 de junio se llevó a cabo una macro clase en la hermosa avenida de Paseo Alcalde frente al Palacio de Gobierno, con la presencia del Embajador de la India en México. Es sin duda, un día importante para los amantes de esta disciplina.
Probablemente suene trillado, pero a mí el Yoga me cambió la vida, siempre me consideré una persona sana pero el arte de observarme, tenerme paciencia, ser gentil conmigo misma, escuchar a mi cuerpo y centrar a mi mente lo aprendí definitivamente practicando y estudiando Yoga. Han sido 22 años de aprendizaje y reconocimiento que no cambiaría por nada. Agradezco este espacio en Semanario Laguna que me permite expresar mi gozo a través de esta columna, y a ti, querido lector, te deseo una saludable y larga vida. Namasté.
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