Una tradición que se comienza a arraigar cada año en Ajijic, es ofrecerse para cargar a la Virgen del Rosario en sus diferentes procesiones
Cargadores durante la procesión de la Virgen del Rosario del año pasado. Foto: Sofía Medeles.
Sofía Medeles.- Durante las procesiones en honor a la Virgen del Rosario, algo que nunca falta en Ajijic son los cargadores: hombres y mujeres que, con fe y profundo cariño, se ofrecen para llevar sobre sus hombros la imagen de quien muchos consideran la patrona del pueblo. Ya sea por una manda, por tradición familiar o simplemente por devoción, la figura de la Virgen nunca camina sola. A lo largo de los años, esta expresión de fe se ha convertido en una manifestación viva del amor que Ajijic le guarda a la Virgen del Rosario.
Uno de los principales impulsores de esta tradición es Mauricio Higuera, quien lleva más de 15 años participando como cargador y fue pieza clave en el regreso del anda, la plataforma en la que se lleva la imagen durante los recorridos, “Hace como 15 o 16 años veía que se perdía mucho la devoción. A veces la llevaban en un carro, así nomás, y no me gustaba ver eso. Un día hablando con mi mamá se lo conté, le dije que me parecía triste. Platicó con +Manuel España (un catequista muy querido en la comunidad) y fueron con el señor cura. Se nos dio permiso e hicimos el anda entre su hermano – De Manuel España- y yo. Desde entonces, la devoción ha crecido”.
Para Mauricio, cargar a la Virgen es más que una tradición: “Mi mamá murió y un poco por ella sigo. También enfermé y lo hice como manda. Es regresarle un poco de lo mucho que nos ha dado”. Sobre el cuidado de la imagen, considerada histórica, con más de 500 años, según algunos, comparte que se diseñó una base que la abraza con seguridad y se protege con una toalla para evitar daños. Además, recomienda a los nuevos cargadores estar atentos al caminar por las calles irregulares o por los cables bajos. “Es una experiencia muy padre. Todos pueden participar, solo pedimos respeto y disposición para turnarse. Quien quiera ayudar, puede presentarse el mero día, con pantalón de mezclilla y camisa blanca”.
Salvador Medeles es un cargador más reciente, pero no menos entusiasta. Participó por primera vez este año y su experiencia lo marcó profundamente. “Vi que no había mucha gente y me nació apoyar. Soy devoto y decidí hacerlo. Al principio me sentía nervioso, pero en el recorrido todo cambió. Sentí alegría, emoción… es algo que no se puede describir. Se te pone la piel chinita”. Su consejo es claro: “No les dé pena, háganlo. Es algo muy bonito y ayuda a conservar la tradición”.
Recientemente, también se han sumado nuevamente las mujeres cargadoras, retomando una costumbre que había quedado en pausa. María Marela Castellanos es una de ellas, con dos años de participación. “Me invitó Blanca, encargada de la Guardia actual de la Virgend el Rosario. Para mí ha sido un privilegio caminar cerca de ella. Es una bendición. El mirarla imponente, rodeada de la gente del pueblo… no hay palabras”.
La procesión principal de la Virgen del Rosario es el día 31 de octubre, día en el que se realiza su festejo con música en la plaza de Ajijic, culminando con el mes de celebraciones y actividades. La procesión, normalmente inicia a las 5:00 de la tarde, y toma las calles Hermenegildo Galeana, después tomar Guadalupe Victoria hasta la calle Aldama, dando vuelta en Constitución, continuando por Ocampo hasta Álvaro Obregón, donde se integrará a la calle Hidalgo, para finalmente llegar a misa, que se realiza en la Parroquia de San Andrés Apóstol.
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