Tradicionalmente se le conoce como ‘‘La Capilla del Hospitalito’’
Fachada de la capilla de la Virgen del Rosario, al norte de la plaza principal. Foto: Laguna.
Jesús López Vega.- La Capilla del Rosario de Ajijic tiene sus raíces en el lugar conocido como Teopantitlán, mencionado en las crónicas franciscanas como Tomatlán y Tecolotlán, ubicados entre los arroyos Zapota y Alseseca, al poniente del poblado. En 1531, durante la evangelización de Axixic, fray Martín de Jesús construyó allí dos pequeñas capillas de zacate: una dedicada a Nuestra Señora de la Asunción en Tomatlán y otra en San Antonio Tlayacapan. Ese mismo año comenzó la edificación del Convento de San Francisco de Axixic, hoy templo de San Andrés, con ayuda de los indígenas.
La capilla de Tomatlán fue destruida por un huracán, por lo que se levantó otra en Tecolotlán, funcionando hasta la culminación del convento en 1539. Estas primeras capillas serían el origen de la Capilla del Rosario, conocida como “El Hospitalito” o Capilla del Hospital de la Limpia Concepción de Nuestra Señora, que perduró durante los siglos XVI al XVIII bajo la administración franciscana.
Hacia 1544 se fundó el Hospital de la Concepción para atender a los indígenas afectados por las epidemias que azotaban la región, incluida la devastadora peste de 1545 que acabó con cinco de cada seis habitantes locales. La Cofradía de la Limpia Concepción se encargaba de asistir tanto al culto de la Virgen como a los enfermos, recaudando limosnas y destinando parte de sus cosechas al sustento de la capilla y el hospital.
Los relatos de la comunidad indígena de Axixic señalan que antes de la llegada de los españoles, en 1472, gobernaba la princesa Xochitlpilli, cuya hija Xicantzin, conocida como la viejita Zincatzia, reinaba Axixic. Al arribar los misioneros franciscanos y Alonso de Ávalos en 1522, Xicantzin y su grupo acudieron a recibirlos en la piedra china, marcada en la divisoria entre San Juan Cosalá y Ajijic. Durante la construcción del convento, Xicantzin y sus danzantes iniciaron la Capilla del Rosario, bajo la guía de los frailes, quienes llevaron la primera imagen de la Virgen a la región.
La tradición atribuye a Xicantzin conocimientos de plantas medicinales y fundición de metales, contribuyendo a la elaboración de los ornamentos de plata de la Virgen. Desde 1733 hasta 1876, los inventarios de la Cofradía registraron la indumentaria de la Virgen y los bienes del hospital, y documentaron que la imagen recorría otros pueblos como “La Peregrina de Axixique del Santo Hospital”, recibiendo ofrendas de frutos y pan durante las cosechas.
Varias familias de Ajijic, como la de Lina Velázquez Padilla, nacida en 1885 en el Hospital de la Concepción, integraron la Cofradía por generaciones, manteniendo viva la devoción y la memoria histórica del lugar. Hasta el siglo XIX, los habitantes eran sepultados en el cementerio franciscano frente al templo principal, donde también vivió el insurgente presbítero Marcos Castellanos, recordado hoy con la escuela que lleva su nombre.
La secularización franciscana de 1765 y las Leyes de Reforma de 1855 redujeron la extensión de los templos y provocaron el declive del hospital y la Cofradía. Sin embargo, la Capilla del Rosario se mantiene como un testimonio de los primeros pasos de la evangelización en Ajijic, la devoción mariana y la memoria indígena, resistiendo huracanes, epidemias y reformas a lo largo de casi cinco siglos.
Usted debe ser conectado para escribir un comentario.
© 2016. Todos los derechos reservados. Semanario de la Ribera de Chapala