EL GRITO EN LA LAGUNA
Por Daniel Jimenez Carranza.- Nuestro país, a partir del gran paso que representó su independencia del Reino de España, ha atravesado por un sinnúmero de vicisitudes, de las cuales ha salido adelante, manteniendo una inercia inspirada por su movimiento popular, cuyo propósito siempre ha sido el lograr mejores condiciones de vida, así como el reconocimiento y aceptación de los grupos indígenas y mestizos, auténtico espíritu del país, que en tiempos de la colonia, se mantuvieron explotados y marginados por los grupos criollos (forjadores del movimiento independentista), y los españoles peninsulares.
En la actualidad la explotación y la marginación de los grupos indígenas, continúa, tanto dentro de nuestro país, como en el exterior; en este caso, el vecino del norte y quienes con su esfuerzo y trabajo, han logrado hacer de un estado como California, un ejemplo de logros que ha rebasado sus fronteras y lo ha colocado al unísono de economías globales, por su intensidad económica en un equiparable quinto lugar como país, independiente de su condición como estado y su pertenencia a un país como Estados Unidos.
Ello sin duda, refleja el potencial y fuerza del pueblo mexicano que se manifiesta en contra de las adversidades que pretenden mantenerlos alejados de cualquier reconocimiento, lo cual no impide la floración de los logros obtenidos como pueblo, aunque se vean perseguidos y apresados por absurdos cargos de inmigrantes “sin papeles”.
El argumento de la lucha contra los cárteles y trasiego de drogas en contra de nuestro país, es tan absurdo y tan errático argumento, que únicamente sirve para disfrazar su avaricia por el poder, que otrora, con los pasados gobernantes “neoliberales”, que mejor podrían identificarse como “cárteles vendepatrias”, que formaron su fortuna al amparo del poder, explotación del pueblo y entreguismo hacia el exterior, quienes servían de alfombra para erosionar y explotar la riqueza y la dignidad del país, a cambio de meterse unos chelines en el bolsillo y radicarse en el extranjero.
Afortunadamente el país ha evolucionado y en el presente, este tipo de tropelías desde el exterior, han encontrado un flanco resistente que les ha plantado cara, que ha logrado plantear alternativas sólidas y válidas en contra del apetito insaciable de nuestros vecinos, validando nuestro carácter como país independiente, con visión para sobreponerse a los ridículos reclamos derivados de la actividad comercial, cuando antaño, explotaban y saqueaban nuestros recursos a su antojo.
Nuestro pueblo, además de ser tenaz precursor para el logro de mayor bienestar social, también se ha preparado y en la actualidad contamos con profesionistas bien acreditados, con otra visión de la realidad y alternativas, que unidos a nuestra participación en el día a día y brazo con brazo, podremos colocar a nuestro país, en escalas inimaginables, ya no para estar compitiendo comparativamente con otros países, sino para nuestro propio desarrollo y bienestar.
Es importante estar conscientes de la responsabilidad que cada uno de nosotros debemos asumir, al tomar decisiones que beneficien a nuestro país y respaldar a aquéllos gobernantes que realmente representen nuestros genuinos intereses, apoyar el mercado interno, tanto de fabricación como de consumo, que permitan a nuestra industria fortalecerse y por último, expresar un auténtico sentido de solidaridad y apoyo mutuo, particularmente hacia aquellos grupos que se mantienen al margen y desposeídos de cualquier beneficio. Un país fuerte no lo representan dos o tres multimillonarios, sino la fortaleza de su pueblo.
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