El doctor José Arturo Gleason Espíndola criticó la visión pragmática con la que las autoridades han tratado este ecosistema lacustre
D. Arturo Ortega.- En el marco del Día Mundial de los Lagos acontecido el 27 de agosto, especialistas de la Universidad de Guadalajara (UdeG) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) hicieron un llamado urgente a establecer una “Agenda verde” que articule esfuerzos científicos, sociales y gubernamentales para mejorar la gestión del agua en el Lago de Chapala, fuente vital para municipios de Michoacán y la Zona Metropolitana de Guadalajara.
Durante una conferencia de prensa, el doctor José Arturo Gleason Espíndola, jefe del Laboratorio de Tecnologías para la Arquitectura y Urbanismo Sustentable de la UdeG, criticó la visión pragmática con la que las autoridades han tratado este ecosistema lacustre. “El Lago de Chapala no es un tinaco al que se le pueden sacar tubos o popotes. Es un cuerpo vivo, estratégico para la vida y el medio ambiente”, advirtió, en referencia a los planes de construir un acueducto desde la presa Solís, en Guanajuato, sin estudios científicos que respalden su viabilidad.
La doctora Alicia Torres Rodríguez, responsable del Cuerpo Académico Agua, Medio Ambiente y Sustentabilidad de la UdeG, subrayó que el manejo actual de la cuenca Lerma-Chapala-Santiago está al borde del colapso. “El agua debe ser gestionada como un derecho humano, no como un recurso sujeto a intereses industriales que contaminan cauces y mantos freáticos”, afirmó.
Por su parte, la doctora Adriana Sandoval Moreno, investigadora de la UNAM, reveló que el Lago de Chapala se encuentra al 50.1% de su capacidad de almacenamiento, lo que evidencia una falta de coordinación entre los gobiernos de Jalisco y Michoacán. “Las decisiones se toman de forma fragmentada, sin una política pública conjunta que proteja el territorio hídrico”, señaló.
El maestro Eduardo Juárez Carrillo, director del Instituto de Limnología y Sustentabilidad de la UdeG, recordó que Chapala fue declarado sitio Ramsar en 2009 por su importancia ecológica y social. “Este lago regula el ciclo hídrico, alberga biodiversidad y sostiene actividades humanas como la pesca y el turismo. Su deterioro pone en riesgo a comunidades enteras”, advirtió.
Los especialistas coincidieron en que es indispensable incorporar estudios técnicos y científicos realizados desde las universidades para proyectar la capacidad hídrica de la cuenca, identificar los actores contaminantes y tomar decisiones informadas que garanticen agua de calidad para toda la población.
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