El suicidio es la tercera causa de muerte en jóvenes, tanto a escala nacional como en el estado de Jalisco.
En 2021, Jalisco alcanzó el número más alto de suicidios en más de tres décadas.
Redacción.- Jalisco. De acuerdo a la investigación El suicidio en jóvenes de Jalisco, llevada a cabo por la Secretaría de Planeación y Participación Ciudadana, 63 por ciento de intentos de suicidio son cometidos por jóvenes.
El Profesor de la Maestría en Psicoterapia del ITESO, Luis Miguel Sánchez Loyo, señala que el sistema de salud pública presenta carencias graves, como el desabasto de psicofármacos, lo que agrava la problemática. Además destaca el aumento de adicciones (tanto a sustancias como conductuales) y la fragmentación de redes familiares y comunitarias.
En 2021, Jalisco alcanzó el número más alto de suicidios en más de tres décadas. Pero ese impacto no fue igual en todo el estado. Regiones como Altos Sur, Ciénega y Sureste ya habían registrado cifras elevadas desde antes de 2020, lo que muestra que esta situación se relaciona con las dinámicas sociales de cada territorio.
En términos generales, los hombres son quienes más mueren por suicidio, con una proporción de cuatro hombres por cada mujer. Sin embargo, en algunas zonas del norte del estado esa relación se reduce drásticamente, llegando incluso a ser de uno a uno.
El profesor explica que estas diferencias responden a las presiones sociales específicas. “Allí (zona norte) hay un choque muy importante en términos culturales para las mujeres, quienes están en un proceso de transición de estar destinadas a la vida familiar a que su proyecto de vida individual se respete. Y eso las mete en mucha tensión”, dice.
Aunque en términos generales hay más suicidios cometidos por hombres, las mujeres jóvenes presentan más intentos de suicidio y mayor ideación suicida. Los grupos más vulnerables varían por sexo: en el caso de las mujeres el rango más crítico es entre los 15 y 19 años, y para los hombres es entre los 25 y 29 años.
Además de las diferencias por edad, sexo y región, hay otros grupos especialmente vulnerables. Entre ellos se encuentran las personas con condiciones de neurodivergencia, las personas de la comunidad LGBT+, y las personas migrantes, quienes muchas veces pierden sus redes de apoyo.
También aquellos que viven en condiciones de precariedad económica. Finalmente, un grupo de alto riesgo son quienes ya han presentado la ideación o intentos previos de suicidio, pues requieren atención clínica especializada.
Las políticas públicas han sido poco específicas y limitadas, lo que ha permitido que los suicidios juveniles continúen en aumento año con año. “No tenemos la cultura sobre higiene mental. Nuestra cultura, en términos de salud en general, va encaminada a lo curativo. Eso provoca que nos enfermemos y que una vez enfermos busquemos ayuda”, señala Sanchez.
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