El megaproyecto, abarcaría desde el cerro del Cántaro hasta el cerro del Colorado; es decir, que pasará por el cerro del Junco en Santa Cruz y San Francisco en San Nicolás.
Una vista del cerro del Cántaro, donde IPEJAL pretende construir un mega proyecto habitacional.
Una investigación de Manuel Jacobo, con colaboración de Domingo M. Flores y Miguel Cerna (Chapala, Jal).- Alrededor de ocho pueblos del tamaño de Santa Cruz de la Soledad (de dos mil habitantes) o el total de pobladores que viven en las delegaciones de Ajijic y Atotonilquillo, cabrían en la pequeña ciudad que sueña construir el Instituto de Pensiones del Estado de Jalisco (IPEJAL) en conjunto con la iniciativa privada en parte de los cerros de Santa Cruz de la Soledad y San Nicolás de Ibarra.
Para lograr sus planes crearon Santa Cruz Inmobiliaria de Chapala S. A. de C.V., fundada el 17 de enero de 2012 bajo el folio mercantil 68195, cuya apoderada legal es Adriana Gómez Maciel.
Además del IPEJAL, participan como socios el empresario español Manuel Ramón de Asís Orta con Covasis S de R de C.V. (quien se ostenta como representante legal en el estudio de impacto ambiental), y los dueños de la agencia Motormexa como accionistas de la Administradora JLC S.A. de C.V.
Amparada bajo la corrupción, Santa Cruz Inmobiliaria de Chapala ya logró comprar al ejido 275 de las 450 hectáreas que necesitan para el lujoso desarrollo habitacional que se ubicará en los cerros del Cántaro, el Junco y San Francisco donde tentativamente habitarán 17 mil personas en un total de 4 mil 424 construcciones, según un plano preliminar realizado por la empresa EDSA.
No se sabe el monto total que se requiere para la construcción del megaproyecto; sin embargo, IPEJAL contempló la inversión de 390 millones para la construcción de 3 mil 66 casas unifamiliares, 812 casas dúplex y 396 viviendas asistidas para adultos mayores.
Además, el desarrollo incluye la construcción de un hotel de 150 unidades, una plaza comercial, casa club ladera, una granja, un campo ecuestre, un hospital-clínica y hasta un campo de golf. Todo esto para satisfacer las demandas de los miles de inquilinos que se planea vivan en la pequeña ciudad.
Los humanos sustituirán la biodiversidad animal que se encuentra en la selva baja caducifolia y que es casa de mamíferos como tlacuaches, armadillos, venados, tejones, jabalíes, y los recién avistados zorros grises (quienes necesitan del corredor para poder alimentarse).
También perturbarán la vida de las aves, que según el Área Estatal de Protección Hidrológica Sierra Cóndiro – Canales y Cerro San Miguel Chiquihuitillo, es la más grande con 250 especies, y que en la zona hay una alta afluencia de aves debido a las dos presas que están en el polígono, la presa Santa Cruz y la presa Los Sabinos (presa de San Nicolás), además del sistema de afluentes que los nutren.
Por eso, la Asociación Intermunicipal para la Protección del Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable del Lago de Chapala (AIPROMADES) sugiere en su opinión técnica bajo el oficio AIP-018-2018 emitido el 5 de marzo de 2018, que “Es deseable un estricto Programa de Manejo para la fauna, mamíferos, reptiles y anfibios, que puedan recibir impactos negativos en su hábitat, zonas de refugio, percha, abrevar y alimentación, particularmente las especies enlistadas en la NOM059 o bajo alguna categoría de protección especial, y que se sustente por un Inventario de Fauna” (sic), se lee.
El desarrollo inmobiliario también afectará la diversidad vegetal como son nopales endémicos, maguey cimarrón y otras variedades, árbol de sicua, paloduz, rosa panal, palo bobo, tepame, huizache, zorrillo y matorrales que se encuentran por la zona.
Además, el estudio de impacto ambiental presentado por Santa Cruz Inmobiliaria de Chapala S. A. de C. V ante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), establece que sólo se talarán aproximadamente 4 mil árboles en las 450 hectáreas de dichos cerros, según se percató Laguna en una primera aproximación al proyecto.
Esto equivaldría a que ocho árboles serían talados por cada hectárea, datos poco fiables, ya que en una sierra como a la que pertenecen los cerros del Junco, el Cántaro y San Francisco, la vegetación es mucho más abundante.
Por tal motivo, la AIPROMADES les sugiere “Observar una reposición de arbolado de especies nativas que sea sujeto de remoción o desmonte autorizado en una densidad no menor a 600 individuos por hectárea afectada, de acuerdo con la evaluación de impacto ambiental sancionada por la autoridad competente”.
De acuerdo con el mapa del polígono, el 40 por ciento del proyecto se pretende construir dentro del Área Estatal de Protección Hidrológica «Sierra Cóndiro-Canales y Cerro San Miguel Chiquihuitillo, decretada el primero de febrero de 2018 por el Gobierno del Estado de Jalisco como área protegida.
Y gran parte del proyecto inmobiliario estará sobre la zona de amortiguamiento (adyacente a los límites), por lo que el decreto de Área Natural Protegida (ANP) que incluye a la provincia del Eje Neovolcánico, subprovincia Chapala, restringe “la fundación de nuevos centros de población”.
Para cerrar con broche de oro, la Sierra San Miguel-Chiquihuitillo integrada en parte por los cerros del Junco, el Cántaro y San Francisco, son parte de los seis polígonos del cinturón verde, y que para su protección fue sometida a consulta el 7 de octubre de 2017 por la AIPROMADES, debido a su importancia en la conservación del Lago de Chapala.
Consciente de esto, la Inmobiliaria Santa Cruz de Chapala S.A de C.V. aceleró los procesos de cambio de uso de suelo e impacto ambiental a asentamiento humano, antes de que fuera declarada Área Natural Protegida. Esta acción eximiría a la empresa de sanciones por el aprovechamiento de zonas que deberían ser utilizadas para captar agua al Lago de Chapala.
El reglamento de la ley general del equilibrio ecológico y la protección al ambiente en materia de áreas naturales protegidas establece en el Artículo 81 que “Sólo se podrán realizar aprovechamientos de recursos naturales que generen beneficios a los pobladores que ahí habiten y que sean acordes con los esquemas de desarrollo sustentable. La declaratoria respectiva, su programa de manejo, los programas de ordenamiento ecológico, las normas oficiales mexicanas y demás disposiciones legales aplicables”.
Esto no parece importarle al IPEJAL y sus socios, quienes también han puesto la mira en el cerro de San Francisco, en la comunidad de San Nicolás de Ibarra con la intención de completar las 175 hectáreas que necesitan para hacer realidad la “Pequeña Ciudad” destinada a extranjeros y nacionales con acomodada posición económica.
Pues de realizarse el megaproyecto, abarcaría desde el cerro del Cántaro ubicado en la zona limítrofe con el municipio de Ixtlahuacán de los Membrillos, hasta el cerro del Colorado, que lo dejaría muy pegado al Country Club de Chapala. Es decir, que pasará por el cerro del Junco en Santa Cruz y San Francisco en San Nicolás.
Debido a la amplitud del tema a tratar, este reportaje se presentará en dos partes. Busca la segunda parte de la historia en la próxima edición.
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