Disputa familiar por asesinato en Nayarit
Familiares en conferencia de prensa. Foto: Cortesía.
Redacción.- Jalisco. Casi dos años después de que la empresaria canadiense Ángela Louise Birkenbach fuera encontrada asesinada en el enclave turístico de El Limoncito Hills, en Nayarit, su familia afirma que su dolor se ha visto agravado por una dura batalla legal, mala praxis judicial, una creciente disputa por la custodia de sus hijos y el control de su multimillonario patrimonio.
Birkenbach, empresaria canadiense y nacionalizada mexicana, fue asesinada en octubre de 2023. Las autoridades locales de Nayarit implicaron rápidamente a su expareja, Sergio “N”, como el autor intelectual del asesinato. Sergio “N”, padre de sus tres hijos menores, enfrenta un juicio por feminicidio en Tepic, capital del estado de Nayarit.
El dolor emocional por la muerte de Birkenbach se extiende ahora a dos estados y a varias generaciones. Su familia sobreviviente —su madre, Virginia Ann Hemingson; su hijo mayor, Albert, de 28 años, fruto de un matrimonio anterior; y sus tres hijos menores, de 18, 15 y 12 años— imploran a las autoridades que tomen medidas ante lo que alegan es un flagrante tráfico de influencias y corrupción en el sistema judicial de Jalisco.
Según los abogados de la familia, el caso penal en Nayarit avanza a buen ritmo. La fiscalía ha admitido con éxito todas sus pruebas y la defensa de Sergio “N” presentó a sus últimos testigos en una audiencia celebrada en julio. Sin embargo, casos civiles paralelos en Jalisco, relacionados con la herencia y la custodia, han expuesto, según la familia, profundas deficiencias en el sistema judicial mexicano.
«No se trata solo de la violencia de perder a Ángela», declaró un portavoz de la familia, «sino de la violencia institucional que persiste mientras intentamos, sin éxito hasta ahora, proteger a sus hijos y su legado». En el centro de la disputa se encuentran las acusaciones de que los familiares de Sergio “N” manipularon metódicamente el proceso judicial para obtener la tutela de los menores y la administración del patrimonio de Birkenbach. Los registros judiciales indican que, tras un breve periodo en el que los menores vivieron con su abuela materna, fueron entregados a la familia del acusado, quien posteriormente, mediante dudosas maniobras procesales, logró nombrar a la hermana del presunto asesino, Primavera “N”, como tutora legal y albacea testamentaria.
Los abogados de la familia lo califican de «un conflicto de intereses clásico». En diciembre, el juzgado civil de Tlajomulco despojó a su hijo Albert de su cargo de albacea provisional, otorgando a Primavera “N” un amplio control sobre el patrimonio familiar. Esta decisión se encuentra actualmente en apelación, pero la familia afirma que los ha dejado prácticamente al margen.
Mientras tanto, los menores han sido trasladados de nuevo, esta vez a Ciudad Niñez, un albergue estatal en Guadalajara. Los abogados afirman que los hermanos han enfrentado intimidación, trauma y manipulación durante meses de disputas legales, que culminaron en visitas supervisadas a la prisión con su padre, a pesar de las órdenes de protección vigentes.
Para complicar las cosas, Albert cumplió recientemente 18 años y anunció su intención de tomar la custodia de sus hermanos, en lugar de Sergio N, quien permanece encarcelado.
Las circunstancias provocaron intervenciones sin precedentes: se emitieron dispositivos de protección y notificaciones internacionales; las autoridades canadienses están monitoreando los procedimientos y la familia, junto con asesores legales, exige reformas radicales, incluyendo la destitución de Primavera “N” como albacea testamentario y garantías de apoyo psicológico para los niños.
Finalmente, en medio de amplios reclamos por cambios legislativos urgentes —incluida la aprobación de la llamada “Ley Monse” en Nayarit, que castigaría a los familiares de presuntos asesinos que encubran a sospechosos—, la familia Birkenbach insiste en que su lucha forma parte de una lucha más amplia por la justicia en los sistemas legales mexicanos, entrelazados y a menudo opacos.
Traducido y editado por Patrick O’Heffernan
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