Estero El Salado. Foto. Cortesía.
Redacción. — La Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial del Gobierno de Jalisco (SEMADET) interpuso una denuncia penal ante la Fiscalía General de la República (FGR) por delitos contra la biodiversidad, luego del hallazgo del cadáver de un cocodrilo en el Parque Estatal Estero El Salado.
El reptil, de aproximadamente dos metros y medio de longitud, fue encontrado sin cabeza ni cola el pasado 4 de julio tras un reporte ciudadano. De acuerdo con Helios Hernández Hurtado, titular del equipo multidisciplinario del parque, se estima que el cocodrilo llevaba entre 18 y 24 horas sin vida al momento del hallazgo. Las partes mutiladas no fueron localizadas, lo que hace suponer que fueron retiradas del sitio.
Según la investigación preliminar, se presume que los responsables ingresaron ilegalmente al Área Natural Protegida por la zona de la Galería El Triunfo, rompiendo la malla perimetral y accediendo al manglar, lo que implica un riesgo considerable tanto para la fauna como para las personas.
El ejemplar fue sepultado en el estero por personal del parque, mientras que el equipo jurídico de la SEMADET también prevé presentar la denuncia correspondiente ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA).
Hernández Hurtado, experto en cocodrilos, expresó su preocupación ante la animadversión que persiste hacia esta especie. Señaló que cada año se registran al menos dos ataques mortales cometidos por humanos contra cocodrilos adultos en Puerto Vallarta, además de un número indeterminado de crías afectadas por su vulnerabilidad.
Actualmente, se estima que en la región de Bahía de Banderas —que abarca zonas de Jalisco y Nayarit— existen cerca de 300 cocodrilos, de los cuales solo 45 son adultos. El Estero El Salado alberga 60 ejemplares de diversos tamaños. La lenta recuperación poblacional se debe a factores como la intervención humana y la acción de depredadores naturales.
Como parte de los esfuerzos de conservación, se espera que pronto se reanuden las mesas de trabajo y talleres educativos enfocados en la coexistencia entre humanos y cocodrilos, en coordinación con la Universidad de Guadalajara y autoridades municipales y federales.
“El respeto a la vida silvestre es fundamental. Todas las especies cumplen una función ecológica y, en el caso de los cocodrilos, son indicadores de ecosistemas saludables”, subrayó Hernández Hurtado.
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