El Ribereño Solitario
Inauguración de la Presa El Zapotillo. Foto: Cortesía.
Por José Antonio Flores Plascencia. – El pasado 17 de agosto estuvo en Jalisco Andrés Manuel López Obrador (AMLO), presidente de México, para inaugurar la presa El Zapotillo que llevará agua a la Zona Metropolitana de Guadalajara, después de 70 años que se tuvo la iniciativa de llevar agua del río Verde desde mediados de los años cincuenta.
Con la llegada de Guillermo Cosío Vidaurri a la gubernatura de Jalisco se iniciaron los trabajos del proyecto la Zurda-El Salto-Calderón, que consistía en tres etapas, la primera fue la construcción de la presa Calderón en el municipio de Zapotlanejo con capacidad de 70 millones de metros cúbicos, un acueducto de alrededor de 30 kilómetros (sifón) para cruzar el río Santiago.
También se construyó la planta de San Gaspar, en Tonalá, para potabilizar tres mil litros por segundo y un acuaférico desde la parte nororiente de Tonalá ya que en esos momentos no se podía llevar agua a esa zona por ninguna de las fuentes de abastecimiento existentes y terminaba en la colonia Tabachines en Zapopán, cerca del auditorio Benito Juárez.
La segunda etapa consistía en la construcción de la presa El Salto, en el municipio de Valle de Guadalupe, con capacidad de 80 millones metros cúbicos por segundo que quedó concluida desde 1992, pero el acueducto que lo conectaría con el de Calderón-San Gaspar ya no fue construido y desde esa fecha se detiene todo lo relacionado con el agua para Guadalajara; se modificó el proyecto inicial de La Zurda por el de Picachos- El Purgatorio, este último en las colindancias del río Verde con el río Santiago, en la barranca de Huentitán, pero el costo en ese tiempo para elevar el agua 500 metros costaría 34 millones de pesos al mes solamente de energía eléctrica, que haciendo una comparativa con la planta de bombeo de Chapala en ese tiempo costaba 4 millones de pesos, ese proyecto tampoco prosperó.
Otro de los proyectos que tampoco fructificaron fue la presa Arcediano sobre el río Santiago y la oposición fue por las aguas negras de las poblaciones y de la misma zona metropolitana.
Se firma un acuerdo para aprovechar las aguas del río Verde para abastecimiento de León y de Guadalajara y se propone la presa el Zapotillo y ya con eso se tenía que elevar la cortina de la presa a 80 metros, pero en el gobierno de Emilio González se propuso de 105 metros, ello implicaba inundar las poblaciones de Acasico, Palmarejo y Temacapulín, que para los gobiernos no era problema, porque en su mente estaba ¿cómo ese puñado de habitantes se iba a oponer al desarrollo? y digo que así era su forma de ver las cosas porque un día aquí en el Tecnológico de Chapala, funcionarios de la Comisión Nacional del Agua lo dijeron.
La fraternidad implica el derecho de los pueblos y de compartir el agua sin pasar por encima de los intereses de nadie, con la llegada de AMLO se pudo destrabar el problema del agua para Guadalajara y de las poblaciones con amenaza de desaparecer.
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