Silicosis
La silicosis es una enfermedad incurable de los pulmones que es provocada por la inhalación de polvo de sílice. La sílice es un componente orgánico abrasivo que se usa para la fabricación de materiales de construcción como los ladrillos, el yeso, la cerámica, el concreto, el granito, el hormigón y el vidrio. Se encuentra también en formas rocosas en la explotación y extracción de la minería, la cantera y la arena.
La enfermedad de la silicosis crea un impacto en la salud de decenas de millones de personas que trabajan en la construcción y otros oficios peligrosos en todo el mundo y cada año. En la mejor de las circunstancias, esta enfermedad tiene el potencial de causar una discapacidad física progresiva y permanente. En lo contrario provoca la muerte a unos cuantos miles.
Existen tres cuadros clínicos de la enfermedad de la silicosis: la primera siendo del tipo de exposición crónica con más de 20 años que causa inflamación en los ganglios linfáticos del tórax y los pulmones.
La segunda, o silicosis acelerada, involucra un tiempo de exposición a la sílice en cantidades mayores que en la anterior, pero con un periodo más corto de entre tres a 10 años y en la que los síntomas aparecen rápidamente. Tercera, la silicosis aguda con menos tiempo, inmensas cantidades de exposición y en la que la inflamación aunada a la acumulación de líquido pulmonar causa problemas respiratorios graves y bajos niveles de oxígeno en la sangre. Para los tres tipos los síntomas en común son tos, dificultad para respirar, pérdida de peso y fatiga.
Para que su médico pueda realizar un diagnóstico apropiado será indispensable que usted como paciente responda a todas las preguntas del cuestionario de la hoja clínica e incluya todos los trabajos, pasatiempos y actividades que haya realizado en los que probablemente haya estado expuesto a la sílice; después será indispensable un examen físico y otras herramientas clínicas como radiografías, tomografías, pruebas de tuberculosis, análisis de sangre y exámenes para evaluar la función pulmonar.
Aunque no hay cura para la silicosis, es fundamental evitar estar en contacto con la fuente de exposición a la sílice para prevenir que la enfermedad progrese y empeore. Adicionalmente, si es necesario, como parte del tratamiento se incluirán la toma de antitusígenos, broncodilatadores, oxígeno, antibióticos para evitar infecciones respiratorias y por supuesto si fuma deberá de dejar de hacerlo. Además, continuamente deberá a someterse a pruebas cutáneas para verificar la exposición a la tuberculosis ya que las personas que en su momento hayan estado expuestas a la sílice tienen mayor riesgo de contraer la enfermedad ya que se cree que la sílice merma la respuesta inmunitaria ante la bacteria de la tuberculosis. Y en casos más graves podría ser necesario un trasplante de pulmón.
Así que si usted desempeña alguna actividad o trabajo en el que se encuentra a riesgo de exposición a la sílice, asegúrese de seguir en todo momento medidas de protección como usar cubrebocas y mascarillas de protección respiratoria, respiradores con máscara facial y por supuesto no fume.
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