Una multitud despidió al fanático “chivista” como a quien acaba de librar una batalla. El cajón del joven fue llevado…
Jazmín Stengel (Chapala, Jal).- Después de tres semanas de haber sido diagnosticado de leucemia, el portero del equipo de fútbol de Charales de Chapala, José Ramón Ibarra Ayala “Joserra”, falleció el lunes 28 de abril dejando un vacio en la comunidad deportiva ribereña.
El martes 29 de abril, desde las 5:30 de la mañana el portero de 18 años ya descansaba en paz luego de su gran lucha acompañado de fotografías, uniformes deportivos, medallas, una camiseta con firmas de sus colegas y pétalos de flores blancos y rojos.
El joven deportista, quien era el menor de cuatro hermanas y único hijo varón de la familia Ibarra Ayala, fue velado durante dos noches y despedido por autoridades municipales y amigos.
El 30 de abril, compañeros y familiares despidieron al estudiante del Instituto Tecnológico Superior de Chapala (ITS) con un conmovedor homenaje en el campo municipal.
La banda de guerra tocó, las gradas estaban llenas y “Joserra”, como era conocido por sus amigos, entró por última vez al campo de juego, donde autoridades municipales, jugadores y directores lo esperaban formados en el centro del campo.
Durante el emotivo homenaje, resaltó el discurso de una de las hermanas del jugador, quien con voz cortada agradeció a la gente que la acompañaba y a su hermano le dedico un mensaje reconociendo la gran persona que para ella había sido. Uno de los directivos del club, Erick Martín, tocó el corazón de los presentes al despedir a uno de los mejores del equipo.
Los jugadores de Charales de Chapala, al igual que en el comienzo de cada partido, nombraron el alineamiento, rezaron y gritaron a todo pulmón la porra que en esta ocasión decía: ”¡1,2,3, Joserra!”. José Ibarra (padre), que acompañó a su hijo en todos los partidos desde los 8 años, recibió de las temblorosas manos de Eduardo Cervantes “Masquin” y, del gerente apoderado del club, Alberto Trejo el balón y la playera oficial del equipo.
Entre sonidos de tambores y sirenas de ambulancia el cuerpo de José Ramón salió del campo municipal. El cortejo fúnebre recorrió la avenida Francisco I. Madero escoltado por los futbolistas rojiblancos hasta la parroquia San Francisco de Asís en el centro de Chapala.
A las 3:15 la iglesia decorada con flores blancas y los presentes esperaban con caras acongojadas el cortejo fúnebre.
Minutos antes de finalizar la misa el padre de José Ramón recordó a su único hijo varón. Familiares y amigos hicieron guardia parados a un costado del ataúd blanco con la mirada perdida y con una expresión de incredulidad acerca de la muerte de joven.
Camino al cementerio, después de la misa, decenas de sombrillas desfilaron por la avenida principal de la cabecera municipal hasta postrar la blanca caja sobre el altar del panteón. Allí, Ibarra recibió el último adiós de sus familiares y amigos.
Dos litros de agua bendita santificaron la tierra donde ahora se encuentra “Joserra”. Sus padres y hermanas arrojaron ramos de flores, una playera del Club Chapala y el primer puñado de tierra. Los asistentes se retiraron con el mejor de los recuerdos: “Dios conmigo y yo con él”.
Después de pronunciar los últimos rezos, los padres de José Ramón recibieron más abrazos de los que podían imaginarse. Entre los personajes destacaban el alcalde de Chapala Joaquín Huerta Barrios, los ediles Gerardo Degollado y Amador Torres Romero, entre otros miembros del cabildo en el municipio ribereño.
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