Rodillas, caderas y pies
Leticia Trejo es profesora de Yoga y entrenadora personal.
Por Leticia Trejo.
Desde que el bebé empieza a dar sus primeros pasos DESCALZO, se forma la relación e integración de estas tres importantes articulaciones. Dicen los buenos ortopedistas que NO HAY QUE PONER ZAPATOS a los bebés entre su primer y segundo año sino hasta que empiezan a caminar, ya que esto es lo que fortalece y determina la alineación entre los pies, las rodillas y la cadera y, por supuesto, la columna vertebral.
Otro dato interesante es que la mayoría de los bebés tendrán sus piernas “chuecas” o “torcidas” hasta los cuatro años, en lo que los músculos se fortalecen y se alinean. La actividad física es vital para que los músculos puedan realizar esta alineación y eso ocurre en los primeros siete años de vida.
Pero lo más relevante es que en realidad las rodillas NO SON las que tienen un problema, a menos que hayas tenido un traumatismo, accidente, golpe, caída. La relación de la cadera y la rodilla es muy importante.
La posición de las rodillas depende casi totalmente de la forma de la cabeza del fémur, por un lado, y por el otro lado del tamaño y profundidad del acetábulo que es la cavidad en donde embona la cabeza del fémur; existen más de seis formas y ángulos en los que hacen socket estas dos estructuras, si hay alguna asimetría, debilidad o exceso de rigidez en los músculos circundantes de la pelvis y las piernas las rodillas sufren las consecuencias. Lo mismo ocurre cuando los pies no tienen músculos fuertes.
En mi experiencia, cuando se operan las rodillas sin tomar en cuenta la biomecánica de la articulación de la cadera el problema vuelve a aparecer en los dos o tres años posteriores a la cirugía.
La recomendación es mantener un buen tono muscular y una sana movilidad en las articulaciones a través de la actividad física, el uso moderado de tacones, y el mantenimiento del peso ideal, ya que la obesidad y el sobrepeso son otras de las causas que producen dolor de rodillas.
Es importante que sepas que las piernas están diseñadas para cargas de trabajo intensas, que no se van a romper si las entrenas para fortalecerlas, para eso están hechas. Cada fémur resiste un peso de 250 kilos, siempre y cuando los músculos que lo rodean estén bien desarrollados.
Así que sacude ese esqueleto, ponte de pie y camina.
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