Sheinbaum y su equipo están utilizando una estrategia que consiste en diálogo diplomático, datos económicos y argumentos legales, al tiempo que enfatizan el superávit comercial de metales con EU
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo durante su conferencia mañanera. Foto: Cortesía.
Patrcik O’Heffernan. – El presidente estadounidense, Donald Trump anunció que impondría aranceles del 25% al aluminio y acero de México el 12 de marzo, además de otros aranceles. La presidenta mexicana Claudia Sheinbaum ha dado una respuesta multifacética, comenzando con las negociaciones. El resultado de estas negociaciones podría afectar las economías de Jalisco y Guadalajara y, en pequeña medida, la economía de la Ribera de Chapala.
La exposición se basa en turistas, viajeros y compradores de viviendas de Guadalajara que podrían verse afectados o incluso quedar desempleados. Debido a que Jalisco es un importante centro de alta tecnología y fabricación, los tapatíos de altos ingresos, que se reducen debido a la disminución de las exportaciones o problemas en la cadena de suministro, podrían dejar de gastar en la Ribera.
Sheinbaum y su equipo están utilizando una estrategia de “cabeza fría” que consiste en diálogo diplomático, datos económicos y argumentos legales, al tiempo que enfatizan el superávit comercial de metales de Estados Unidos (EU) con México y el costo de las interrupciones en la cadena de suministro. En lugar de amenazar a Trump, está buscando el diálogo para evitar una escalada, preparando posibles contramedidas y preservando el espacio de negociación, como la suspensión por un mes de los aranceles más amplios sobre los productos mexicanos. También ha logrado un apoyo bipartidista, con líderes de la oposición como Xóchitl Gálvez elogiando su “pragmatismo en defensa de los intereses nacionales”.
Sus iniciativas estratégicas son:
Relaciones directas con la Casa Blanca
La presidenta Sheinbaum adoptó una postura diplomática proactiva, enviando dos cartas formales al presidente Trump, acompañadas de datos comerciales que demuestran el superávit de Estados Unidos en el comercio de acero y aluminio con México y enfatizando que los aranceles dañarían a las industrias estadounidenses que dependen de componentes mexicanos.
Reuniones bilaterales de alto nivel
Sheinbaum anunció las próximas negociaciones entre el secretario de Economía, Marcelo Ebrard y el secretario de Comercio designado de Estados Unidos, Howard Lutnick para resolver la disputa arancelaria antes de su fecha de implementación del 12 de marzo. El ministro de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, también se comunicó con el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, para abordar tensiones comerciales más amplias, incluidos los aranceles suspendidos del 25% sobre todos los productos mexicanos.
Destacar la violación de las disposiciones del T-MEC
La administración de Sheinbaum argumenta que los aranceles violan el T-MEC. El ministro de Economía, Marcelo Ebrard, enfatizó que Estados Unidos no había proporcionado evidencia que justificara los aranceles bajo las excepciones del acuerdo. Los expertos legales señalaron que México podría impugnar los aranceles a través de los paneles de disputas del T-MEC, un paso que Sheinbaum insinuó si las negociaciones fallaban. Dado que el T-MEC está programado para renegociarse en 2026, el equipo de Sheinbaum advirtió que los aranceles unilaterales podrían socavar la confianza, particularmente en los mecanismos de resolución de disputas.
Mantener los aranceles de represalia en reserva
Si bien Sheinbaum evitó una represalia inmediata, México podría imponer aranceles a las exportaciones agrícolas, los productos energéticos, el acero y el aluminio de Estados Unidos. Tales medidas afectarían desproporcionadamente a sectores políticamente sensibles de Estados Unidos, dada la condición de México como el principal comprador de maíz y gas natural de Estados Unidos. Sin embargo, Sheinbaum priorizó el diálogo y afirmó: «Debemos actuar paso a paso, no adelantarnos».
Considerar todas las opciones y caminando sobre líneas finas
Su administración también está buscando formas de reducir la dependencia del acero estadounidense, incluidos planes acelerados para impulsar la producción nacional e incentivos fiscales para los fabricantes que utilizan metales de origen mexicano. Esta estrategia refleja la creciente influencia económica de México. Como principal socio comercial de Estados Unidos, el comercio bilateral de 798 mil millones de dólares que México mantuvo en 2024 le dio a Sheinbaum la libertad de defender con fuerza su postura, aunque, en el fondo, sabe que una guerra comercial a gran escala podría reducir el producto interno bruto (PIB) de México en un 3% para 2026.
Las próximas semanas pondrán a prueba si este enfoque puede evitar un costoso conflicto comercial o si las medidas de represalia se vuelven inevitables. De cualquier manera, la gestión de la crisis por parte de Sheinbaum ha consolidado su reputación como negociadora pragmática.
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