Este año el día de la Virgen de Dolores será este próximo viernes 11 de abril
Altar dedicado a la Virgen de Dolores. Foto: Sofía Medeles.
Sofía Medeles.- Una de las muchas tradiciones que pasan de generación en generación a través de los años en San Antonio Tlayacapan, llegando a contar incluso con más de doscientos años de historia, son los llamados «Incendios de Dolores», que hacen referencia a los tradicionales Altares de Dolores, una conmemoración al dolor de la Virgen María en temporada de días Santos.
En San Antonio, aunque los altares conservan algunos de los elementos característicos de la tradición que se realiza en varios puntos de México, se ha buscado que se acople a los rasgos del poblado, así como los productos y elementos que tenían en la zona.
“Para empezar, allá les llamaban incendios, porque iniciaron a hacerse en una época muy remota, donde al no haber luz y usarse una gran cantidad de velas, la gente creía que era un incendio, por lo que comenzaron a llamarlos Incendios de Dolores”, según contó Victoria Corona, habitante de la delegación de San Antonio Tlayacapan, artista y rescatadora de la historia de San Antonio.
Se usan elementos tradicionales que se comparten en otras delegaciones, por ejemplo, las manos y palomas de papel, así como la cárcel en la que se pone a Jesucristo. Por otro lado, la costumbre de “¿está llorando la Virgen?” frase tradicional para pedir agua fresca de diferentes sabores, también se usan en la localidad. «Cuando éramos niños, sabíamos en que casas hacían que sabores de aguas e íbamos. Que aquí hacían una muy rica de tamarindo, que allá una muy rica de arroz. Así es hasta hoy en día. Aquí seguimos haciendo la de piña con alfalfa que hacía mi mamá» compartió Victoria.
Por otro lado, lo que destaca de los altares de San Antonio son elementos como las ramas de sauce o pirul, que buscaban hacer un espacio fresco y agradable, aromático, agregando también ramos de manzanilla. En las ramas se coloca el llamado rehilete de rueda o volantines, que representa la alegría en el aire o dolor por el luto de la Virgen de Dolores, según los colores que se usen.
Aunque en los últimos años se sacan a las banquetas para ser expuestos ante los visitantes, en una época antigua solían ser dentro de las casas. «A veces hasta ponían cobijas en el suelo, para rezar los salves que se pedían. Se pedían siete visitas a siete altares y cuando menos las tres oraciones, el Padre Nuestro, una Señal de la Cruz y un Ave María».
Victoria resaltó la importancia de seguir con la tradición, ya que es parte de la identidad del pueblo y se ha llegado a perder con el paso del tiempo «San Antonio se ha distinguido por ser un pueblo muy creyente, muy puestos en su fe y cercanos a la iglesia. Lo que trajeron los colonizadores prendió en buena tierra y es una tradición que tiene mínimo 200 años […] nunca lo dejaremos de hacer. Es una tradición que avanza de familia en familia y de generación en generación y se sigue haciendo».
Durante la semana, la Delegación de San Antonio Tlayacapan, mediante sus redes sociales, invitó al poblado a sumarse a esta tradición, ya sea haciendo un altar en sus hogares, así como recorriendo los altares de la comunidad el próximo Viernes de Dolores, que será el 11 de abril.
Los comentarios están cerrados.
© 2016. Todos los derechos reservados. Semanario de la Ribera de Chapala