Para sorpresa de todos, en noviembre del año pasado, la bancada de Morena, en voz de la entonces legisladora Olga Sánchez Cordero (hoy senadora con licencia y secretaria de gobernación), presentó una iniciativa de ley para permitir de forma regulada la producción, venta y consumo de cannabis en sus diferentes variedades y formas de uso.
Expertos en el tema, consultados por los medios de comunicación durante esas fechas, preveían que la propuesta para crear la Ley General para la Regulación y el Control del Cannabis sería aprobada de forma rápida y sin que mediara obstáculo alguno, debido a que parecía contar con la venia del presidente López Obrador y de la bancada del partido gobernante en ambas cámaras del congreso federal.
Sin embargo, ahora parece que la disposición y el interés del gobierno por sacar adelante este importante tema ya no son los mismos. Lejos de avanzar en un asunto que ya ha sido debatido hasta el cansancio, el senado no ha hecho más que seguirle dando vueltas y más vueltas a una discusión que ya se antoja ociosa.
El primer foro de discusión fue organizado por la comisión de salud y bueno… se dijo todo lo que los expertos ya saben y lo que más o menos sabemos los medianamente informados. Esto fue en marzo.
En abril se ejecutó el segundo foro, convocado por la comisión de estudios legislativos, en voz de Jesusa Rodríguez. Se dijo lo mismo de siempre. Y ahora es la comisión de justicia la que está convocando a un nuevo foro, aún sin fecha definida.
Leopoldo Rivera, editor de la revista Cáñamo México, con quien platiqué antes de escribir este artículo, resume el sentir de la gran comunidad de organismos ciudadanos, investigadores, promotores y activistas independientes que luchamos por los derechos y las libertades civiles en general y la legalización de la mota en particular. Para él, el gobierno nos quiere dar “atole con el dedo”, pues prolonga innecesariamente el proceso y aumenta las probabilidades de que la iniciativa termine en la congeladora legislativa.
En respuesta al retraso y al enredo de los senadores, los promotores de la legalización en la Ciudad de México convocaron a una manifestación el pasado domingo treinta de junio, en el Zócalo capitalino. A manera de protesta, fumaron marihuana a sus anchas frente a Palacio Nacional durante cerca de doce horas continuas. También llevaron plantas y hasta semillas, para germinarlas simbólicamente en el corazón del corazón del país.
La legalización del cannabis en México debe avanzar ya. Resulta ilógico que nuestros vecinos y socios comerciales del bloque regional norteamericano, EEUU y Canadá, hayan dado pasos agigantados en este sentido en los últimos años, mientras que en México seguimos persiguiendo y criminalizando no solo a quienes comercian con este producto sino incluso también a los consumidores.
Además, no debemos olvidar que, en noviembre del año pasado, la suprema corte de justicia generó una nueva jurisprudencia, al avalar por quinta ocasión el cultivo recreativo de la planta como un derecho humano, por lo que de esa fecha en adelante ese mismo criterio deberá ser utilizado de forma obligatoria por jueces y tribunales federales en caso de amparos. Con ello el poder judicial ya reconoce el cultivo y el consumo como parte de los derechos ciudadanos en este país.
Esta necesaria legalización traería grandes beneficios a los habitantes de la ribera de Chapala. Debido a su perfil de zona turística internacional de descanso, aquí hay una nada despreciable cantidad de mexicanos y residentes extranjeros que hoy consumen de forma ilegal derivados de esta planta, ya sea de forma recreativa, médica o terapéutica. Todos ellos tendrían la posibilidad de dejar la clandestinidad y el sentimiento de estigmatización social.
En esta región, hay no pocos consumidores expertos que han logrado desarrollar sus propias habilidades para sembrar y crecer su consumo personal. Por mucho, la marihuana que proviene de cosechas particulares es de mucho mayor calidad que la que se consigue hoy en el mercado negro. En un esquema regulado, este conocimiento acumulado podría ser compartido, replicado e institucionalizado, de tal forma que pudiera generar empleo, recursos, impuestos y bienestar, en lugar de la corrupción y la violencia que hoy genera el esquema ilegal.
Por eso y muchos motivos más, resulta importante que la sociedad en general, consumidores y no consumidores, nos involucremos más en este tema, tratemos de estar cada vez mejor informados, derribemos prejuicios y de ser posible, generemos presión para que la bancada de Morena en el senado de la república cumpla con su compromiso y someta ya a votación esta iniciativa y haga valer con su voto la mayoría que tiene.
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