“El gobierno no tiene que poner albergues. El gobierno tiene que poner centros de salud animal”, María Aparicio Cid, miembro de Salud y Derecho Ambiental e impulsora de los Centro de Salud Animal
El último caso de rabia en el estado se registró en San Juan Cosalá en 2011. Foto: Miguel Cerna.
Miguel Cerna. – Con el objetivo de regular y controlar el problema social que representan los perros y gatos callejeros en el municipio y la Ribera de Chapala, activistas por los derechos de los animales proponen la creación de antirrábicos o Centros de Salud Animal en donde se aplique la eutanasia a perros no reclamados, atropellados, enfermos o agresivos.
“Yo lo que le tengo que decir a la gente es que no hay espacio ni economía que resista tanto animal abandonado, y que para los animales hay cosas peores que la muerte”, comentó María Aparicio Cid, miembro de Salud y Derecho Ambiental e impulsora de los Centro de Salud Animal.
Aparicio Cid explicó que, por ley, los municipios de Jalisco están obligados a habilitar este espacio en su jurisdicción, cuya finalidad es regular la fauna callejera ya que causan accidentes, dejan excrementos y pueden ser agresivos. Hasta el momento, sólo ocho de los 125 municipios cuenta con uno. Jocotepec es una población especialmente vulnerable debido a que el último caso de rabia en el estado se registró en San Juan Cosalá en 2011.
“La eutanasia a nadie nos gusta, pero se tiene que hacer. Sobre todo para crear consciencia en la gente de que los perros, siempre he dicho, nada tienen que hacer en la calle por salud pública” (sic), comentó la activista al reconocer que, pese a que quiere mucho a los animales, se tiene que atender el problema porque “la salud humana va a estar antes que todo lo demás”.
La eutanasia es un proceso que se aplica conforme a la Norma Oficial Mexicana NOM-033-SAG/ZOO-2014 Métodos para dar muerte a los animales domésticos y silvestres. Primero, se le aplica un tranquilizante al animal. Posteriormente, vía intravenosa, ya que el animal está tranquilo, se le aplica una sobredosis de barbitúricos [para] que le provoque un paro cardiorrespiratorio. Este proceso que te estoy diciendo es el mismo que se le aplica a los condenados a muerte en Estados Unidos. Es un método que no causa sufrimiento. El animal literal se queda dormido” (sic), explicó Aparicio Cid.
La activista reiteró que hace falta voluntad política de parte de las autoridades municipales para cumplir la ley. “El gobierno no tiene que poner albergues. El gobierno tiene que poner centros de salud animal”, sentenció.
Por su parte, Diego Palmeros Suárez, director de Ecología, informó que desde la administración pasada están trabajando para garantizar el cuidado y la protección animal, por lo que se encuentran en la primera etapa del proyecto que consiste en la concientización de niños de primaria. Además, en abril fue aprobado y publicado en la gaceta municipal el Reglamento Sanitario de Control y Protección a los Animales.
A pesar de la falta de recursos económicos, Palmeros Suárez manifestó que están trabajando de la mano de Protección Civil, encargados de recoger los animales reportados por los ciudadanos como agresivos o abandonados. Los perros son resguardados en un pequeño espacio habilitado para cinco canes en el parque vehicular en donde esperan a que los reclame su dueño. De no ser reclamados, se les busca un adoptante.
“En sí, lo que no queremos es sacrificarlo y darle una eutanasia”, comentó el titular de Ecología sobre el destino de los perros callejeros, quien reconoció que si bien lo ideal no es hacer un albergue, sí se tiene que promover la adopción y la esterilización. Hasta el momento se han atendido 10 llamados; cinco de los perros resguardados ya fueron reclamados.
Otra de las propuestas que Salud y Derecho Ambiental ofreció a los ayuntamientos de Chapala y Jocotepec dada su situación económica, fue la creación de convenios con algunos veterinarios para que apliquen esterilizaciones y eutanasias a cuenta del gobierno. Algo así como la creación de vales que los ciudadanos puedan canjear.
Para María Aparicio la situación se agrava porque la gente que viene de Guadalajara de visita piensa que en la ribera “Hay mucho gringo que va a adoptar perros”, pero tal cosa no es cierto, por lo que estimó que cada semana en el malecón de Jocotepec amanecen entre cinco y 10 nuevos canes abandonados.
Según sus estadísticas, todos los lunes se recogen 70 kilos de heces fecales de los 30 perros que viven en el malecón, aunado a los que vienen de visita. El malecón es un espacio en el que la gente acude a comer en el pasto, jugar fútbol o con los niños, por lo que representa un problema de salud pública.
“El problema se agrava porque hay una gringa que llega y les pone comida a todos esos perros del malecón. La autoridad no sabe qué hacer, así que no hace nada”, expresó su molestia a la comunidad norteamericana que quieren “venir a hacer aquí lo que no pueden hacer en su país”, pues consignó que Estados Unidos es el país que más eutanasias aplica en el mundo.
Tanto para el funcionario público como para la activista, los perros callejeros no representan un problema grave para la población comparado con otros municipios. “Te puedo asegurar que es la población que menos perros callejeros tiene, porque tenemos más de 15 años con campañas de esterilización y los resultados ya se ven”, notificó Aparicio Cid. Hasta el momento se han esterilizado a más de 10 mil animales, entre perros y gatos, por lo que consideró que ya hay un cambio en la consciencia de los ciudadanos que ahora hasta están dispuestos a pagar.
María Aparicio Cid, quien cree en la esterilización para combatir el maltrato, reconoció que los antirrábicos no son la única solución, si no una de las posibilidades que además cumple con la ley. “Son la antesala del infierno […] porque los trabajadores de los antirrábicos tienden a hacerse muy insensibles con los animales”, concluyó.
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