Limpieza interior en Año Nuevo
Leticia Trejo es entrenadora personal y profesora de Yoga. Foto: Archivo Laguna.
Por Leticia Trejo.
Las vacaciones terminaron para muchas personas y, en algunos casos, hubo de todo: cenas abundantes, brindis copiosos, noches desveladas, y una serie de actividades que no acostumbramos de forma habitual. Algunas de las consecuencias de estas celebraciones navideñas y de fin de año es que quizás subimos algunos kilos (lo más común), pero algunas secuelas son un poco más graves.
Por ejemplo: puede incrementarse la acidez estomacal, provocando reflujo, agruras y ardores en el tracto digestivo. Podemos estar deshidratados lo cual genera boca seca, garganta irritada, dolores de cabeza y bajo rendimiento físico y mental. También podemos estar fuera de nuestro ritmo de sueño y nos esté costando trabajo dormirnos o levantarnos.
Sea cual sea el síntoma que te impide reiniciar el año con contundencia y energía es importante que sepas que, en estos casos, debemos ayudar a nuestros órganos excretores a que liberen las toxinas acumuladas y podamos sentirnos ligeros y fuertes.
La excreción es un proceso fisiológico que le permite al organismo expulsar sustancias que cumplieron su función en el cuerpo y ya no sirven, desechos celulares que deben salir de nuestro organismo ya que si se quedan dentro son tóxicas; este proceso de desintoxicación ayuda a mantener el equilibrio de la homeostasis (estabilidad) y la composición de los fluidos cómo la sangre, la linfa, la saliva, etc.
Los órganos que participan en la excreción del cuerpo humano son:
Pulmones. Expulsan el dióxido de carbono producido una vez que se ha realizado la respiración celular de todo el organismo.
Hígado. Expulsa al intestino productos tóxicos formados en las transformaciones químicas de los nutrientes, estos desechos se eliminan mediante las heces.
Glándulas sudoríparas. Junto con el agua, filtran productos tóxicos hacia la piel que la expulsa en forma de sudor, este proceso también ayuda a bajar la temperatura.
Riñones. Hacen una filtración selectiva de los compuestos tóxicos de la sangre.
La forma de ayudar a nuestros órganos excretores después de los excesos de las fiestas de Navidad y Año Nuevo es realizando las siguientes prácticas:
Tomar bastante agua, de dos a tres litros al día (depende mucho el peso, la estatura, la edad y el tipo de actividad que uno realiza). Esto evita que haya una alta concentración de sustancias nocivas que pueden incluso producir cálculos renales.
Evita el consumo excesivo de sal, no solo la que agregamos para dar sabor, sino la que se concentra en algunos alimentos cómo los mariscos, o aquellos que aumentan el ácido úrico.
Evitar el consumo de alcohol, pero también de medicamentos que hacen trabajar más al hígado.
Intentar dormir largo y tendido; la buena calidad del sueño ayuda al hígado y a los riñones en sus importantes funciones de desintoxicación. Hacer actividad física moderada, principalmente durante la mañana, es definitivamente una de las mejores formas de ayudar a limpiar al organismo.
Ir al baño en cuanto se sienta la necesidad. Una de las acciones que afecta de forma negativa al cuerpo es aguantarse las ganas de orinar o de defecar.
Iniciemos el año con una buena limpieza orgánica para recuperar la energía y el entusiasmo
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