La Divina Providencia
Los fieles hacen una fila para recibir el pan como símbolo de la divina Providencia. Fotos: Lorena Sánchez
Por: María del Refugio Reynozo Medina.
El señor cura Carlos Enrique Medina Garibaldo, revive cada día primero del mes la antigua costumbre de rezar a la Divina Providencia. El domingo primero de enero es además el primer día del año y la misa es solemne; con un cantor que entona las alabanzas desde el lugar del coro en el segundo piso.
A la segunda llamada, el templo de San Cristóbal Zapotitlán se encuentra completamente lleno. No hay un solo asiento libre y decenas de personas se colocan en las jardineras de afuera, desde donde escucharán la primera misa del año.
Hoy no solo se pide auxilio a la Divina Providencia para que nunca falte en casa vestido y sustento. También son bendecidos los objetos personales y el agua.
Una mujer trae consigo unas figuras de yeso de la representación de la Sagrada Familia. Otra tiene unas botellas llenas de agua.
Otra trae unas imágenes de santos en unos cuadros. Y muchas más tienen en las manos las doce veladoras de La Divina Providencia.
El padre Carlos, invita a los feligreses a sacar sus monederos, para que no falte el sustento. Recién comenzada la celebración, avanza a cada uno de los lugares para bendecir con agua los objetos que los fieles ponen en sus manos.
Al finalizar la celebración el padre manda traer los 300 panes que han donado los fieles y están listos para los feligreses que hacen una fila y avanzan lento.
El primer día del año comienza aquí en medio de las cortinas tricolores; el templo huele a incienso y aun a flores de la reciente fiesta del 30 de diciembre a la Virgen de Guadalupe.
Decenas de veladoras arden en el espacio humeante entre cantos y alabanzas. Los hombres y mujeres se despiden llevando en las manos la sema de trigo, algunos la comen cargados de fe; otros se la llevan con enorme celo. Y muchas voces de mujeres y hombres de avanzada edad pronuncian con veneración: “la Divina Providencia se extienda en cada momento para que nunca falte en casa vestido y sustento”.
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