Gastritis, acidez y reflujo
Leticia Trejo es profesora de Yoga y entrenadora personal. Foto: Archivo.
Por Leticia Trejo
Durante mi adolescencia, pasé por cuadros bastante graves de gastritis y acidez, algunas veces reflujo y recuerdo con claridad el miedo que me daba comer ciertos alimentos. Evité por algunos años tomar café, ponerle salsas (que tanto disfruto) a mi comida, comer pan, tortillas, quesos y crema… En fin, la lista era larga porque, en esos tiempos, hasta la lechuga me generaba molestias. Afortunadamente no me gusta depender de los medicamentos, así que ni siquiera me terminaba los antiácidos que me prescribían los doctores; en años recientes me enteré de lo peligroso que es tomar estos medicamentos que “alivian” el dolor que generan estos cuadros gastro-intestinales.
El pH es una medida que indica la acidez o la alcalinidad del agua, se define cómo la concentración de iones de hidrógeno en el agua y nosotros somos 75 % sustratos líquidos. Esto quiere decir que no debe pensarse en ácido cómo “malo” y alcalino cómo “bueno”, la nutrición adecuada para ti es vital para lograr un equilibrio óptimo. La escala para medirlo es del cero al 14 por lo que siete se considera un valor de pH neutro.
El nivel idóneo del pH en la sangre debe oscilar entre 7.35 y 7.45 pero la contaminación atmosférica, los malos hábitos alimenticios o el exceso de estrés acidifican y alteran ese pH, entonces ocurren desequilibrios graves como por ejemplo que la microbiota intestinal se salga de control, o que no podamos absorber las vitaminas del complejo B, tampoco los minerales, y tampoco el calcio, así que la osteoporosis puede tener cómo causa que la persona ha estado consumiendo antiácidos durante años, desequilibrando su pH. Otros síntomas de pH con alta acidez es disminución de la actividad del sistema inmune, pérdida de masa ósea y muscular, fatiga crónica, calambres y dolor muscular, caída del cabello, piel irritada.
Un buen equilibrio depende de la adecuada combinación de alimentos que dan reacciones alcalinas y alimentos que dan reacciones ácidas. Los minerales cómo el potasio, el calcio, el sodio y el magnesio forman reacciones alcalinas y se encuentran en las frutas y las verduras. Los alimentos que contienen hierro, azufre y fósforo cómo las carnes, el huevo, los lácteos y los frutos secos son promotores de la acidez.
Según algunos estudios se recomienda que la dieta esté compuesta de un 20 a 25 % de alimentos ácidos y de un 75 a 80 % de alimentos alcalinos. Así que sigue el pie la sugerencia de los nutriólogos de aumentar el consumo de frutas y verduras, o el plato con todos los colores, o según la Universidad de Harvard distribuir en nuestro plato de alimentos:
Color verde, que corresponde a los vegetales.
Color rosa, que corresponde a las frutas.
Color café o marrón, que corresponde a los granos integrales.
Color amarillo, que son las proteínas saludables.
Seamos creativos al comer las tres comidas del día, sé que no siempre es fácil o accesible, pero podemos ponernos cómo meta comer de forma saludable cinco días de la semana hasta que se convierta en un hábito continuo, salvo por esas contadas ocasiones que es inevitable salirse de la dieta sana, cómo en las fiestas navideñas o en las vacaciones.
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