Otras hormonas
Leticia Trejo es profesora de Yoga y entrenadora personal. Foto: Archivo.
Por: Leticia Trejo.
La semana pasada escribí la columna completamente estresada, mi computadora murió y al intentar hacer la compra de una nueva, el banco bloqueó mi tarjeta; me agobió el hecho de no poder entregar a tiempo mi texto; fueron varios los detalles que incrementaron la producción de la hormona cortisol en mi organismo.
Afortunadamente tengo suficientes herramientas para evitar que las hormonas del estrés causen estragos en mi cuerpo, si no fuera así ese día hubiera perdido el sueño, o quizás me hubiera dolido la cabeza, habría tenido acidez estomacal así como poca tolerancia para los demás asuntos que se presentaron en mi día.
Tendemos a pensar que el cortisol es la única hormona que se dispara durante el estrés, pero no es así, también se produce adrenalina. Tanto el cortisol como la adrenalina tienen la tarea de activar energía almacenada hacia los músculos para poder responder a la emergencia, por eso aumenta nuestra frecuencia cardiaca, la presión sanguínea y la velocidad de la respiración.
Gracias a este sistema la humanidad ha sobrevivido a lo largo de los años ante situaciones catastróficas reales como pandemias, guerras, hambrunas y eventos extraordinarios de la naturaleza. Desgraciadamente esos mismos sistemas se activan por emergencias imaginarias o situaciones mínimas, eso quiere decir que hay una sobreproducción de estas dos magníficas hormonas, y ese estrés constante y sostenido dañará sin lugar a dudas al organismo. Estos son algunos de los síntomas:
Agotamiento
Alteración de los ritmos metabólicos (aumento excesivo del peso corporal o descenso del mismo sin causa aparente)
Hipertensión
Úlceras
Descenso de testosterona en los hombres (disfunción eréctil)
Ciclos menstruales irregulares en las mujeres
Baja del sistema inmune (mayor probabilidad de enfermedades infecciosas)
Depresión
Ansiedad
Trastornos del sueño
Adicciones
Comportamientos obsesivos-compulsivos
Al inicio mencioné que tengo algunas herramientas para regular mis respuestas naturales ante el estrés, y todos podemos hacer uso de ellas. La realidad es que vivimos dentro del estrés, así que más vale que la producción de cortisol y adrenalina sea por situaciones que valgan la pena; a todos nos conviene que existan desafíos en la vida que nos saquen de nuestra zona de confort, que nos estimulen a crecer, madurar y tomar las lecciones que esas situaciones nos dan y si estamos conscientes y presentes conectados con nuestro organismo podemos ayudarle a gestionar el estrés de forma positiva, ya que es muy común que en esos momentos nuestra mente quiera escaparse y evadirse, y lo hará a través de hábitos que nos perjudican, entonces ya no solo nos hacemos daño debido a la situación estresante sino también con esas “soluciones” que solo nos debilitan.
Darse un baño relajante, escuchar música suave, meditar, practicar ejercicios de meditación, darnos tiempo de disfrutar alguna actividad artística, pasar tiempo con nuestros seres queridos y la contemplación son algunas de las herramientas más comunes. De verdad, encuentra alguna o algunas para ti, y no las sueltes a menos que sea por salir de tu zona de confort y desarrollar tu gran potencial humano.
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