Rosácea
Por Ili.
La rosácea o cuperosis es una afección crónica de la piel, pero en algunos casos también puede afectar los ojos. Esta condición está caracterizada por acné, enrojecimiento, engrosamiento de la piel de algunas zonas de la cara y capilares sanguíneos muy visibles.
Su causa es desconocida y por lo general se manifiesta entre los 30 y 50 años. Siendo más prevalente en personas de piel clara, aunque también puede afectar a personas de tez oscura. El diagnóstico de rosácea a veces puede no ser tan fácil de detectar, puesto que debe distinguirse del acné común y otros desórdenes dermatológicos.
Tanto mujeres como hombres pueden presentarla, pero curiosamente cuando se desarrolla en los varones tiende a manifestarse de una forma más severa. Una vez presentados los síntomas, estos pueden subsistir varias semanas o hasta meses, después se mitigan por sí solos y eventualmente reaparecen.
Los episodios de rosácea pueden verse exacerbados y desencadenados por la ingestión de comida muy picante y condimentada; por el consumo de alcohol y de vino tinto en particular; por la exposición deliberada a cambios climáticos con temperatura fluctuante extrema; por la exposición al sol, contacto con el viento; por actividad física, por llorar o encolerizarse; por el uso de productos cosméticos, en particular con muchos químicos y con fragancias, y por el régimen de medicamentos como los hipertensivos y los vasodilatadores.
La enfermedad de la rosácea es incurable, pero no es peligrosa y el tratamiento se enfoca más bien en el alivio de los signos y síntomas. Sin embargo, también hay que hacer cambios en la dieta, moderar el consumo de alcohol, evitar la exposición al sol y seguir una rutina específica para el cuidado de la piel.
Tanto la detección y diagnóstico como el tratamiento, deberá ser controlada y monitoreada por un dermatólogo. El profesionista le recetará medicamentos, los cuales de entrada sea probable que no sean del todo efectivos, puesto que en ocasiones es necesario probar diferentes fármacos en combinación o en diferentes concentraciones hasta encontrar la opción que mejor resultados le dé.
De igual forma, los resultados no son mágicos ni automáticos, se debe tener paciencia y constancia para obtener resultados aparentes y satisfactorios.
Algunos ejemplos de los medicamentos utilizados como parte del tratamiento incluyen, fármacos tópicos para la reducción del enrojecimiento de la piel como la isotretinoína, metronidazol e ivermectina; la ingesta de antibióticos orales como la doxiciclina y terapia con láser para reducir las lesiones vasculares (capilares en forma de patas de araña).
Como se mencionó antes, también es necesario identificar los factores desencadenantes en el estilo de vida, tales como los de la dieta para poder evitarlos. Abstenerse de usar maquillaje, a menos de que no sea el previamente consultado con su dermatólogo y limpiar la piel únicamente con los productos que él mismo le haya sugerido.
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