Celebración del Día de Muertos en Ajijic: todos ganan
Un altar de muertos en Los Ángeles, California. Foto. Cortesía.
Desde 1999, el cementerio Hollywood Forever de Los Ángeles, es la zona cero de las celebraciones del Día de los Muertos, en mi ciudad natal. Dado que Los Ángeles tiene un 48 por ciento de población mexicana, se trata de un gran acontecimiento.
El condado y la ciudad de Los Ángeles gestionan cementerios públicos, como hacen las municipalidades en México, así que hay parcelas familiares y reuniones familiares de familias mexicanas y chicanas, como las hay aquí. Y, al igual que aquí, las familias prefieren que estén sólo ellas en la tumba.
Pero Los Ángeles es una ciudad medio mexicana y es la cuna de Hollywood, por lo que la iconografía y las costumbres del Día de Muertos están muy extendidas y son muy conocidas, lo que despierta curiosidad en las comunidades no mexicanas y provoca visitas a los cementerios, que pueden perturbar las reuniones personales.
La solución fue la típica de Los Ángeles: empezaron a celebrar el Día de Muertos en el Hollywood Forever Cemetery, uno de los mayores cementerios de la ciudad y donde están enterradas estrellas del cine y del rock, e invitaron a la gente a ir allí, en vez de a las tumbas familiares.
Y funcionó. Este año 50 mil personas asistieron durante todo el día y hasta altas horas de la noche, a la fiesta del Día de Muertos, en el cementerio Hollywood Forever, el pasado fin de semana.
La organización y producción de la celebración en el Hollywood Forever Cementery corre a cargo de una coalición conjunta mexicano-gringa, en la que participan promotores, agencias musicales, directores de espectáculos, proveedores de catering y productores de eventos de ambas comunidades, que trabajan juntos durante un año.
El producto final: el Día de Muertos Hollywood Forever, es muy respetuoso, con docenas de altares construidos por familias, empresas e instituciones que reciben a la gente en ellos y hablan de sus familiares o seres queridos. La galería de arte mexicano instalada en la cripta es impresionante este año, con más de 200 máscaras y pinturas del artista zacatecano, Rafael Coronel. Los trajes de los animadores y participantes son auténticos -con la ayuda de docenas de estaciones de pintura facial y guías de disfraces-.
Y, por supuesto, hay música: con Irene Díaz, Bomba Estéreo, Banda Las Angelinas, Bratty y Camila Fernández, como cabezas de cartel, respaldados por una docena de bandas locales, en los pequeños escenarios repartidos por el cementerio. Pero lo más importante es que 50 mil personas pasaron un día rodeadas de las auténticas costumbres, disfraces y espíritu del Día de Muertos, y no se entrometieron en los cementerios familiares locales.
Aquí en Ajijic, el Comité del Patronato Mexicano-Expatriota ha hecho lo mismo: crear un evento verdaderamente alegre para todos en Ajijic – expatriados, turistas y mexicanos – y desviar a los curiosos de los cementerios. Y lo han hecho reuniendo a los mexicanos y expatriados.
La banda Tlacuaches en La Cochera Cultural, tocando la música que los mexicanos han disfrutado durante décadas en el Día de Muertos.
Este año la celebración abarcó el Malecón y la plaza, con dos escenarios, dos desfiles, uno para los niños y otro para los adultos, tres bandas, Catrinas bailando y auténtica comida preparada por familias locales. Las bandas son locales mexicanas – pop rock por LUXR, dirigido por Elizzé Navarro, el Mariachi Real Ajijic y Sonora, para bailar hasta altas horas de la noche – de la manera mexicana (con un montón de expatriados uniéndose y quedándose hasta tarde).
No sé cuándo la celebración del Día de Muertos comenzó a migrar de los rituales privados en los cementerios a las reuniones públicas en Ajijic, pero me encanta. La reunión pública respeta a las familias y les permite estar con sus seres queridos difuntos y permite a todos entender y unirse a una de las fiestas más veneradas de México, preservando la autenticidad y las costumbres de México. Todos salimos ganando. En Ajijic y Los Ángeles.
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