Atrapado en el tráfico del Pueblo Mágico
Por Patrick O’Heffernan.
Varias veces esta semana he estado atrapado en el centro de Ajijic detrás de un camión que trató de navegar por una calle obviamente demasiado estrecha y se quedó atorado entre los coches y postes de teléfono. Normalmente hay una persona afuera del camión dándole instrucciones: «retrocede un poco, ahora para y gira las ruedas, ahora avanza, ahora gira las ruedas…”, ya sabes el procedimiento.
No tengo problema en esperar a los camiones (o los coches) que se detienen para descargar personas, cajas, gasolina o carga, así funciona generalmente en una ciudad pequeña con calles estrechas. Pero sí me molesta cuando un enorme camión de bebidas, un camión de carga súper ancho, un camión de volteo o una pipa intentan circular por Colón, Corona o Carranza con centímetros de sobra, y a veces sin centímetros de sobra.
¿Por qué no pueden las empresas de bebidas enviar camionetas más pequeñas para dar servicio a las tiendas de las calles pequeñas? Lo hacen en otras ciudades. Sé que eso significa que tienen que volver al distribuidor para conseguir más producto, más a menudo, pero a la larga puede que ahorren tiempo y dinero. Y se ahorrarán que la gente se enfade con ellos por enviar un camión enorme para entregar una caja de refrescos.
Lo mismo ocurre con los vehículos de obras. Los camiones grandes no sólo se atascan en las calles pequeñas, sino que destrozan los adoquines, dejando baches. Y a veces causan otros daños. Hay un balcón en el segundo piso del apartamento contiguo a nuestra oficina. Al menos en dos ocasiones, los camiones altos han chocado contra él, arrancándole trozos y sin pararse a ofrecer pagar por ello.
La solución es bastante fácil: muchas ciudades restringen el tamaño de los camiones en las calles de los barrios. Usted ha visto las señales: “No se admiten camiones de más de cinco toneladas de peso o tres metros de altura”. Los ingenieros de tráfico tienen fórmulas para estas cosas y pueden aplicarlas en función de la anchura de la calle y su superficie. Cuando es absolutamente necesario que un vehículo más grande circule por una calle pequeña, obtienen un permiso y se les permite hacerlo por la noche o a primera hora de la mañana, después de que movilidad haya establecido la prohibición de estacionarse a lo largo de la calle para dejar espacio al camión. Más problemas, sí; más burocracia, sí; más tasas para el ayuntamiento, sí; pero menos desgaste para la calle, el barrio y los nervios de los conductores.
Antes de que me digas que no funcionará porque nadie hace cumplir las leyes de tráfico, puede que tengas razón. Pero me parece que las multas podrían complementar el presupuesto de movilidad: un incentivo para que las oficinas salgan a poner multas.
O puede que sea un ingenuo. Quizá a la gente no le importe tener que dar marcha atrás una manzana y dar una vuelta larga y conducir en sentido contrario, porque el camión de reparto de bebidas está atascado intentando doblar una esquina. A lo mejor no les importa cuando no es su coche el que se daña por un camión de basura que no puede dar vuelta en la esquina. Tal vez un trozo de balcón cada mes esté bien. Pero yo creo que no y no creo que sea sólo yo.
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