Margarito Loza Parra. 1935-2023. Foto: Cortesía.
Armando Esquivel.- Las novilladas, una birria que le dio fama a Jocotepec, muchos amigos y un gran sentido del humor, fue parte de la vida de Margarito Loza Parra, conocido también como “El Tartamudo”.
“Mi papá era una persona muy sociable” contó una de sus hijas. Don Margarito, oriundo de San Pedro Tesistán y nacido el 20 de julio de 1935, falleció la noche del pasado 16 de junio. Con su esposa, Margarito tuvo siete hijos, de los cuales viven cuatro.
La hija de Margarito, Sobeida Loza Barragán, contó que su papá era muy “dicharachero”. “¿Tiene un chingo verdad?” le preguntó Sobeida a su hija, para luego recordar uno de sus dichos. “Mi papá siempre decía -miren bola de cabrones, tan gordos que me caen los ricos y voy para allá que vuelo-, ese era un dicho muy famoso que mi papá les decía aquí a sus amigos” contó Sobeida en entrevista, quien añadió que esa frase era concurrida cuando llegaban a visitarlo sus amistades más adineradas.
“Les hablaba a todo tipo de gente: ricos, pobres, a todos. Mi papá siempre decía eso, él tenía amigos de todos, todo mundo lo conocía aquí y yo creo que sí era una persona muy querida por las personas, por su forma de ser tan, tenía una chispa muy genuina, muy especial para tratar a las personas”, compartió Sobeida.
En la birrería, que lleva el nombre del apodo de Margarito “El Tartamudo”, las bromas tampoco faltaban. “A veces la gente le preguntaba -Margaro, ¿cómo está la birria?- está muy buena. -¿y el chivo que edad tenía?- dice, -no mijo soy birriero, yo no les pido el acta de nacimiento, me los traen y los mato, pero no, el acta de nacimiento no la trajeron”, contó entre risas la entrevistada.
Loza Barragán, hija de Margarito, recordó que el sazón que tenía su padre era especial, lo que le ganó bastante fama, pues los clientes esperaban para poder probar la birria. Inclusive, las dos televisoras más importantes del país lo buscaron para entrevistarlo, haciendo que la birria fuese un distintivo de Jocotepec.
“Hacían fila, la gente, para esperar para comer la birria de mi papá, pero eran filas y filas y filas de personas que venían, ya cuando mi papá fue muy conocido; de todas partes, venía gente de todas partes de la república solamente a la birria de mi papá” contó Sobeida.
La entrevistada aseguró que hasta la fecha no ha probado birria igual a la que hacía su padre. “Yo creo que como la birria de mi papá yo no he probado ninguna, esa es la herencia que nos dejó mi padre, saber hacer la birria, pero yo creo que nadie la hace como él, yo todavía tengo como el sabor y todo el recuerdo de su birria y sí estamos un poquito lejos de llegarle al sazón de mi papá”, aseguró Sobeida.
Fue el padre de Don Margarito quien inició con la venta de birria, enseñándole la preparación a su hijo, que la convirtió en todo un éxito. “De mi familia, el que empezó a vender birria era mi abuelo y dicen que él la vendía por las calles en una carreta y después se puso aquí por la plaza, aquí por los portales, pero él la vendía, creo que salía a las seis de la tarde”, recordó la entrevistada.
Antes de la birria, Loza Parra tuvo un paso por la tauromaquia, iniciando desde muy joven como novillero en las ferias, haciendo fama en la región y ganándose el reconocimiento de las personas, así como varios amigos en Mazamitla, La Manzanilla de la Paz, Concepción de Buenos Aires, Tuxcueca y otros municipios.
Después de un tiempo de casado, la mamá de Margarito, a su modo, le expuso su inconformidad de que siguiera en la tauromaquia. “Que un día llegó y había una fogata en el corral de la casa y que mi mamá ya le había quemado todos sus capotes, sus trajes de luces y todo, que para que ya se aplacara y dejó de torear”, contó Sobeida.
Sobeida dice tener un recuerdo muy presente, en un martes de carnaval en Jocotepec, día en que su papá entró al ruedo por última ocasión.
“Mi hermano el mayor, Sigifredo, era jinete, jinete de toros de reparo. Me acuerdo que mi hermano jineteó un toro aquí en la plaza de toros y mi papá bajó a toreárselo, fue la última vez que mi papá hizo eso, que toreó, y mi papá ya era grande. Lo tengo muy grabado porque yo me acuerdo que mi papá de los que ya cuando cansaba al toro, los hincaba y le ponía la frente con frente, chocaba su cabeza con la del toro, siempre, y yo me acuerdo porque todo el ruedo, todo, se llenó de sombreros de toda la gente que los aventaba y la gente de pie aplaudiéndole a mi papá, así duraron por varios minutos, pero fue algo muy emotivo y muy bonito, porque fue el último día que mi papá toreó”, contó Sobeida, quien dijo que el mayor de los hermanos, fallecido hace casi 12 años, era de los mejores jinetes de México y recorrió gran parte del país con destacadas participaciones en los rodeos.
Sobeida trabaja en la birrería, manteniendo la tradición de su padre, mientras que un nieto, a quien Margarito veía como hijo, es el encargado del restaurante, ubicado en los portales de la plaza.
Ailín Loza, nieta de Margarito, lo recuerda como un abuelo cariñoso y consentidor, que a sus nietos les compraba cosas a escondidas de sus papás y los llevaba constantemente de paseo, pero también les enseñó el valor del trabajo.
“Mi abuelo siempre nos enseñó a valernos por nosotros mismos. A nosotras que somos mujeres, a no ser unas mantenidas, siempre nos enseñó que tenemos que salir adelante nosotras. A los hombres también, siempre les inculcó que deben ser hombres de bien, hombres trabajadores. Pues como él en realidad, porque él nos puso ese ejemplo”, recordó la nieta.
De los nietos, son los varones los que saben preparar birria, cada uno con su toque personal, mientras que las mujeres, optaron por otros caminos.
“Casi todos mis primos, mi hermano también, saben hacer la birria, de hecho yo creo que todos, nada más las únicas que no sabemos somos las mujeres, de las nietas, porque mi mamá y mis tías, todas saben hacer birria”, dijo Ailín, quien también aseguró que como la birria de su abuelo no hay otra y que actualmente la que hace su mamá y se vende en los portales de Jocotepec, es la mejor que se puede encontrar.
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