Es preferible ingerir alimentos generados por la naturaleza por encima de los manufacturados
Refrescos, embutidos y productos enlatados contienen un alto contenido calórico que deriva en enfermedades metabólicas. Entre los beneficios de una alimentación sana están el fortalecimiento del sistema inmune y la potenciación del intelecto.
Redacción.- Privilegiar en la dieta aquellos alimentos que son proporcionados por la naturaleza, como las frutas, las verduras, los granos y las semillas, es una buena manera de mejorar el estilo de vida.
Debido a que muchos cuadros clínicos agudos son producto de una enfermedad crónico-degenerativa, causada a su vez por malos hábitos alimenticios, como el sobrepeso u obesidad, o la diabetes mellitus, se recomienda desde edades tempranas la ciudadanía debe evitar en el mayor grado posible aquellos productos manufacturados, con grandes cantidades de productos químicos.
“Yo a veces lo digo de broma pero es una realidad: no hay árboles de refrescos, de embutidos, de productos enlatados, de lo contrario esa sería probablemente la dieta que más nos favorecería, la dieta normal. Debemos tener mucho cuidado con lo que ingerimos porque, por ejemplo, si un día revisan una botella de refresco se darán cuenta de que tiene unas 355 kilocalorías”, explicó, el jefe del Servicio de Urgencias del Hospital de Especialidades del Instituto Mexicano del Seguro Social en Jalisco, Ramón Iván de Dios Pérez.
La persona puede pensar que esa cantidad no es muy importante, pero si se toma en cuenta que alguien con un peso corporal de 70 kilos debe consumir entre mil 400 y mil 700 kilocalorías diarias, con un solo refresco se completaría la quinta parte de contenido calórico recomendando. En el cuerpo de quien ingiere uno o dos litros de refresco cada 24 horas se acumula una gran cantidad glucógeno.
“Los carbohidratos almacenados se convierten en eso, glucógeno, y se quedan en el hígado y los músculos para cuando el organismo los necesita, pero si no es así el glucógeno se convierte en grasa y empieza a formarse el tejido adiposo”, continuó. Por este motivo es que una dieta donde además abundan productos, como el pan o las galletas deriva en enfermedades metabólicas.
Una alimentación sana mejora el sistema inmune, así como el cardiovascular, el renal y proporciona mayor potencia al intelecto, ya que una persona bien nutrida genera mejores esquemas mentales. Además se retrasa o evita la aparición de patologías como el Alzheimer y la diabetes mellitus, siempre que se acompañe de actividad física moderada.
Foto: cortesía.
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