La famosa dopamina
Leticia Trejo es profesora de Yoga y entrenadora personal. Foto: Archivo.
Por: Leticia Trejo.
Hace muchos años se empezó a hablar de forma más general acerca de las hormonas. Antes se referían a ellas cuando se trataba de una mujer con un “desequilibrio” hormonal. Después se empezó a dar importancia a las hormonas cuando los problemas por estrés aumentaron o se empezaron a tomar en cuenta. Entonces se decía que había hormonas buenas y hormonas malas: el cortisol, la adrenalina y la noradrenalina eran las malas. La serotonina, las endorfinas y la dopamina, eran las buenas. Hoy solo nos vamos a referir a la dopamina.
La dopamina es un neurotransmisor de suma importancia para el sistema nervioso central en los mamíferos. Regula diversas funciones como la conducta motora, la emotividad y la afectividad. Es frecuentemente considerada como la causante de sensaciones placenteras y de relajación y resulta que se encuentra distribuida en diferentes regiones de nuestro cerebro y en cada zona desempeña un papel diferente.
Gracias a la dopamina el metabolismo se puede regular y es clave para los procesos de seducción, sexualidad y deseo. Ayuda a la memoria y a la creatividad. Las personas con una adecuada producción y distribución de dopamina son más extrovertidas y valientes. Cuando nos enamoramos aumenta la producción de dopamina (¿o cuando aumenta la dopamina nos enamoramos?).
Parece una super hormona, ¿verdad? Bueno, aquí es en donde hay que tener mucho cuidado porque si la dopamina está muy alta o muy baja genera varios problemas:
Dopamina muy alta: La persona puede ser propensa a tomar decisiones abruptas que representen un riesgo, disfrutar emociones fuertes, conductas intensas como aventarse de un paracaídas.
Dopamina muy baja: Está ligada a la obesidad ya que las personas con sobrepeso cuentan con menos receptores de dopamina en el cerebro, por lo tanto necesitan comer más para llegar a sentir un nivel de satisfacción y saciedad. Los niveles bajos de esta hormona están también relacionados con ansiedad para socializar y sentir apatía. Incluso se ha demostrado que también tiene que ver con la enfermedad de Parkinson.
Para mantener niveles saludables de dopamina se recomienda:
Evitar las bebidas estimulantes del sistema nervioso (incluido el café en exceso).
Practicar actividades que se relacionen con la alegría, por ejemplo bailar.
Tener un diario de gratitud, escribir tres o cuatro cosas por las que estás agradecido el día de hoy (y así cada día).
Disminuir el consumo en exceso de los tres venenos blancos: harinas refinadas, azúcar y sal refinadas.
Tener una rutina de preparación para dormir largo y tendido (cenar temprano y ligero, bañarse antes de ir a la cama, tener la recámara limpia y ordenada, dejar el celular lejos de la cabecera).
Me gusta pensar que no todos nuestros problemas tienen que ver con un “mal comportamiento” sino que ese comportamiento también puede ser provocado por un desequilibrio hormonal. ¿Y tú, cómo cuidas tus hormonas?
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