Grupo Sembradores de Vida, durante una reforestación. Foto: Daniel Estrada Aguayo.
Sofía Medeles.- Con tal de “regresar a la naturaleza un poco de lo que se le ha arrebatado”, el grupo Sembradores de Vida, fundado por Daniel Estrada Aguayo, se ha dedicado a reforestar espacios públicos, con árboles endémicos de la zona en las delegaciones de Ajijic y San Antonio Tlayacapan.
Daniel, de 39 años de edad, nativo de San Antonio Tlayacapan y que se dedica a la música, compartió a Semanario Laguna que la idea de sembrar árboles inició en su familia cinco años atrás, a raíz de los problemas que empezó a ocasionar el calentamiento global.
“De alguna manera, todos somos culpables de los problemas que estamos viviendo. Desde pequeños consumimos recursos naturales, y productos que, al ser creados, contribuyen a la destrucción de ecosistemas, ya sea la tala de árboles, etcétera. […] En estos tiempos, ya estamos viviendo las consecuencias con el aumento de temperatura, lo mínimo que podemos hacer es regresar a la naturaleza un poco de todo lo que le hemos arrebatado”, comentó Daniel.
Agregó que en el grupo están conscientes de lo necesarios que son los árboles para la humanidad y demás formas de vida, produciendo oxígeno, brindando alimento, funcionado como refugio, reduciendo la temperatura alrededor, atrayendo lluvias, por mencionar algunos beneficios.
Cuenta que iniciaron el proyecto con alrededor de cien semillas de diferentes árboles, y que mediante amigos que se fueron sumando, buscaron personas distinguidas por ser altruistas en la comunidad de San Antonio, nombró algunos como Victoria Corona, María de la O, Diego Castro y Karen Ramos, quienes fueron pilares de la formación de la idea, y que, a raíz de las primeras reuniones, fundaron Sembradores de Vida.
La dinámica del grupo consiste en sembrar árboles, actualmente en su mayoría nativos, entre los que se encuentran mezquites, guamúchiles, huajes, camichines, ahuehuetes, parota, ceiba, zapote, copal, tepehuaje, entre otras, en espacios vacíos en sitios como camellones, parques, plazas, orillas de la carretera y demás espacios públicos, para reducir la temperatura del entorno, y contribuir al beneficio de los ecosistemas.
Estos se cuidan hasta que alcanzan un tamaño considerable para ser plantados en un lugar definitivo durante la temporada de lluvias, asimismo, buscan colaborar con el gobierno municipal de Chapala, para que los continúen regando cuando el temporal de lluvias finalice.
El grupo inició plantando árboles ornamentales, algunos de ellos nativos, y otras especies introducidas adoptadas en la Ribera. Los árboles se han sembrado en el malecón de San Antonio, la unidad deportiva, las jardineras de la plaza, a la orilla de la carretera, y en la delegación vecina de Ajijic, en el malecón y jardineras que se encuentran a la orilla de la carretera. “Esperamos expandir nuestro alcance a más comunidades”, expresó Estrada Aguayo.
El grupo fue avanzando hasta crecer e incluir personas que han sido clave para el desarrollo de Sembradores de Vida, por mencionar a algunos. El grupo está compuesto por Marissa Paz, quien les ayudó con un proyecto de recolección de cascarón de huevo; Julio Carmona, que apoya con asesoramiento legal; Romana Miramontes, que es arbolista con años de experiencia en reforestación; Marco Llamas, que es agrónomo y les comparte su conocimiento en el cuidado de las especies y en la parte de combatir plagas; y Amanda Murray, que se encuentra a cargo de organizar la lista de personas que adoptan un árbol.
Comentó que en lo que resta del mes de julio, agosto y parte de septiembre, se encuentran en actividades de plantaciones.
Quien quiera sumarse a contribuir o formar parte del proyecto, tiene diferentes alternativas, que van desde participar en la reforestación, cuidar especies sembradas, donar material como tierra, abono, macetas, herramientas para cavar, preparando algún refrigerio para los participantes o prestando vehículos para el transporte de árboles. Los interesados podrán contactarse al número 33 1153 7587, o al grupo de Facebook “Sembradores de Vida”.
Finalmente, Daniel agradeció a la gran cantidad de personas que se han acercado a colaborar, entre sus familiares, amigos, músicos y conocidos, que son de todas las edades, desde niños hasta personas de la tercera edad.
“Han sido el motor para echar a andar este proyecto. Algunos por cuestiones de salud no pueden hacer un esfuerzo físico, pero ofrecieron su ayuda cuidando arbolitos hasta que alcanzaran el tamaño para ser plantados. También hubo personas que donaron material como tierra, herramientas, semillas y gran cantidad de árboles. Gracias a cada uno de ellos, el proyecto existe y se ha mantenido funcionando”.
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