Blanca compartió a Semanario Laguna cómo divide su tiempo entre ser madre, mujer y trabajadora
Blanca, junto a sus hijos Christian y Suriel. Foto: Blanca Lizbeth Castañeda.
Sofía Medeles.- En el marco del Día de la Madre, muchas mujeres mayores recuerdan con nostalgia sus maternidades y cómo dedicaban sus días completos a sus hijos y el hogar. No obstante, esa imagen ya se ve lejana, ya que las maternidades se han transformado, teniendo que dividirse entre los trabajos, los hijos y sin dejar de lado a la mujer misma. Blanca Castañeda compartió cómo ha enfrentado estos retos.
Blanca Lizbeth Castañeda Pelayo, de 37 años, es originaria de El Grullo, Jalisco y llegó a Ajijic tras casarse; ahora tiene 14 años viviendo en el Pueblo Mágico. Concibió dos hijos: Christian Itiel Villa Castañeda, de 13 años y Suriel Villa Castañeda, de 11. Actualmente, trabaja como gerente de ventas y asesora publicitaria en el periódico ribereño Semanario Laguna.
Según compartió, desde que sus hijos eran pequeños, buscó un trabajo, aunque tuvo que dejarlo un año después, ya que decidió dedicarse de lleno a ellos, sobre todo porque presentaron problemas de salud relacionados con alergias, y comentó haberse sentido un poco frustrada porque a ella le gustaba trabajar, aunque contenta por tener la oportunidad de dedicarse a la maternidad.
Cuando fueron mayores, se dio a la tarea de volver al mundo laboral, integrando a su vida no solo el gusto de dedicarse a lo que le gusta, sino asumiendo los retos que implicó esto, por ejemplo, la separación con sus hijos. “Ahí fue cuando la que ocupó terapia de desprendimiento fui yo”, dijo entre risas.
“Mi convivencia familiar sí ha cambiado, tanto para mí como para ellos. Un día le dije a mi hijo más pequeño que iría al trabajo rapidito, pero iba a volver, y le preguntaba, ‘mi amor ¿estás seguro que estás bien?’ Me respondía: ‘sí mamá, sí’, hasta que me dijo, ‘mamá acuérdate que tú nos preparaste para esto, para cuando volvieras a trabajar’; mis hijos me ayudaron a tener esa seguridad para seguir”.
Más allá del soltar, tuvo que implementar una rutina para que tanto a ella como a sus hijos se les facilitara el día a día, usando, por ejemplo, un pizarrón con el menú de la semana, las tareas por hacer, las alarmas y agendas para recordar constantemente sus actividades.
“Las agendas, calendarios y colores, me han ayudado mucho porque soy visual, igual a ellos, a organizar sus actividades, les ahorra tiempo, entonces ellos ya tienen sus cosas marcadas, y se anticipan a ellos. De cierta forma, esta separación ha sido buena porque ellos ya son muy independientes, lavan su ropa, ya saben hacer comida, y hasta a veces me cocinan, señaló.
Sin embargo, Blanca Castañeda admitió que no todo es color de rosa: “A veces siento que no soy suficiente, me gustaría darle más tiempo a mis hijos. A veces los traigo conmigo y se cansan o se enfadan y les digo ‘mi amor, es para que vean el trabajo que hace su mamá’, y mi hijo muy lindo me dijo: ‘mamá, no tienes que demostrar nada, porque sé que trabajas muy duro por nosotros’. Ellos siempre me reciben con besos y abrazos, y es lo que me da fuerza para dar ese extra y darles el tiempo, aun cuando me siento cansada. Cuando estoy cansada y salgo con ellos como al cine, o a pasear en bicicleta, llego llena de energía”.
Aunque también afirmó que no a todas las mamás les toca igual, ya que considera que, en algunos casos, aún es difícil poder tener libertades maternales, como para que puedan estar en momentos importantes con sus hijos.
En ese aspecto, aseguró sentirse privilegiada, ya que el trabajo además de disfrutarlo mucho, le da la flexibilidad de ordenar su horario y poder seguir cumpliendo con eventos como las entregas de calificaciones, o festivales escolares. “Mi hijo fue Rey de la Primavera y estuve presente todo el día, me siento privilegiada de pertenecer a Semanario Laguna, y ojalá todas las mamás pudieran tener estas oportunidades”.
Además de dividirse entre su trabajo y sus hijos, también busca aprovechar cada momento para practicar sus hobbies. “Me gusta andar en bicicleta, salir a correr y el senderismo. Mis hijos a veces me acompañan, pero cuando no tienen clases, prefieren dormir un poco más, entonces aprovecho para hacer esas actividades que me gustan”.
Su consejo para las mamás que están buscando iniciar o continuar con su vida laboral es: “si sueltas, y le entregas a Dios, él te da todos los medios. La comunicación con Dios me ha ayudado muchísimo a soltar miedos. Mi consejo es que se animen, aun con miedo. Me dijeron, eres valiente porque aun con miedo lo logras y sales adelante con tus hijos. Entonces, yo creo que todas las mujeres somos valientes, así que a intentarlo, aun con miedo, y seguir aprendiendo de todos y todo. Solo anímense a decir sí a las oportunidades”.
Finalmente, entre lágrimas de conmoción y una gran sonrisa, dejó un mensaje de amor: “no existe un amor más puro que el de una madre hacia sus hijos, así sean como sean, y una mamá por un hijo, es capaz de dar la vida por verlos felices, a pesar de las circunstancias”.
Los comentarios están cerrados.
© 2016. Todos los derechos reservados. Semanario de la Ribera de Chapala