Sobrevivencia (instinto e intuición): estimulación, estrés, calma
Leticia Trejo es profesora de Yoga y entrenadora personal. Foto: Archivo.
Hace unas semanas una amiga me compartió un podcast de una chica de esas que se denominan “influencer” y que tiene muy buenos invitados. En esa ocasión la invitada era una nutrióloga que habló de la “gordofobia”. La verdad estuvo muy interesante, me gustó su punto de vista ya que comparto su idea de que debemos aprender a respetar al otro y, en este caso, a que las personas con obesidad se sientan incluidas y apreciadas en un mundo que rechaza a quienes se les considera de “talla grande”. En lo único en que no estuve totalmente de acuerdo es que ella decía que al comer nos dejáramos guiar por la intuición.
La intuición tiene que ver con el instinto, no es que sean lo mismo, el segundo es esa fuerza natural y totalmente primitiva que nos permite luchar para sobrevivir, la primera es una voz interna que se desarrolla y se nutre con todas las experiencias de vida desde que nacemos, entre más aprendizajes de las experiencias de vida, más herramientas para tomar mejores decisiones. Ambas nos ayudan a responder mucho mejor a los desafíos cotidianos.
Y aquí es en donde yo no estuve de acuerdo con la nutrióloga del podcast; cada día veo más disminuido el instinto de supervivencia en las personas: comemos cosas que nos dañan, si nos sentimos mal no cambiamos de comportamiento, no nos hacemos cargo de nuestro estrés, no vamos al psicólogo, no queremos hacer ejercicio, no nos queremos dormir temprano y menos levantarnos temprano, tomamos en exceso, fumamos, y etc. etc., no tiene fin la lista de comportamientos que van totalmente en contra del instinto de supervivencia, entonces, yo me pregunto, ¿si ya estamos perdiendo un instinto natural y primitivo, cuáles son las chances de que tengamos desarrollada una intuición refinada, atinada y precisa?
Para sobrevivir necesitamos ambas cualidades: Instinto e Intuición, que nos permitirían gestionar de forma eficiente el estrés, que ya hemos escrito aquí es una respuesta natural a nuestras actividades, pensamientos y forma de vida. El estrés es estimulante, nos saca de nuestra zona de confort, el filósofo Horacio decía: “la adversidad tiene el Don de despertar talentos que en la prosperidad hubieran permanecido dormidos”. Pero saber CUÁNTO estrés estamos dispuestos a soportar depende de tener buenos instintos, no hay otra forma de saberlo, las sensaciones y síntomas nutren al instinto, hacerles caso es reconocernos y tomar decisiones que nos permitan sobrevivir y vivir más y mejor.
Saber, sentir, experimentar CUÁNDO necesito calma y CUÁNTA calma necesito también es tarea de estas dos cualidades: instinto e intuición.
Por todo lo anterior me pareció que, en este podcast, la invitada, tenía y no tenía la razón; si una persona tiene bien desarrollados su instinto y su intuición entonces le va a ir muy bien decidiendo qué alimentos lo nutren, le dan energía y lo hacen sentir bien, y no solo eso, decidir qué le produce ansiedad por la comida, qué detona su estrés y qué lo lleva a tomar malas decisiones también serían parte de este “seguir sus instintos”. Pero, sin ser pesimista, creo que pocos individuos poseen esa capacidad entre la biología y la percepción.
Estimulación, estrés y calma en equilibrio nos ayudarán a tener una mejor calidad de vida, más disfrutable, más llevadera y desarrollando una intuición aguda y precisa.
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