No hay espacios para discapacitados, las banquetas no están adecuadas y las que están en muchas ocasiones se encuentran obstruidas por vehículos o por ciudadanos. La única vía amable con los discapacitados en la cabecera municipal es la Avenida Francisco I. Madero
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Manuel Jacobo (Chapala, Jal).- Martha es una joven de 19 años. vive en la colonia del Tepehua en el municipio de Chapala, que tiene una población de 48 mil 839 habitantes, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Es uno de los 2 mil 454 municipios que tiene el país y su población femenina supera con poco la población masculina.
Martha Catalina Guzmán Mexicano nació con meningocele con cefalea —una malformación causada por espina bífida o un defecto en la columna vertebral— y desde entonces ha estado postrada sobre una silla de ruedas, que según refirió su madre, era prestada.
Desde pequeña sus padres la llevaron a la escuela primaria, pero por falta de infraestructura para realizar sus necesidades básicas, la indiferencia de las personas que la rodean, aunado a que su padre o su madre la tenía que cargar para que ella pudiera asistir, nunca pudo terminar sus estudios básicos.
“La tenía que cargar cinco cuadras, ahí dejaba su silla encargada, me la entregaban y la llevaba hasta la casa, pero cuando ella creció, por su peso era imposible ir a la escuela y que ella continuara sus estudios”, expresó Catalina Mexicano, madre de Martha.
No obstante, desde que llegó la tienda de Soriana a Chapala, Catalina Mexicano López y su esposo se propusieron a comprar una silla en abonos, pero no lo lograron. Ahora, por fin después de lidiar con una silla prestada y con múltiples reparaciones, Martha cuenta con una propia.
Camioneta estacionada en un espacio que es exclusivo para discapacitados.
Sin embargo, ahora se encuentra con otra limitante: no hay espacios para discapacitados, las banquetas no están adecuadas y las que están en muchas ocasiones se encuentran obstruidas por vehículos o por ciudadanos.
La única vía amable con los discapacitados en la cabecera municipal es la Avenida Francisco I. Madero, en la cual se encuentran ubicados la mayor cantidad de espacios y mal ubicados, según el agente de Movilidad en Chapala, José de Jesús Vargas Michelle.
Otro de los factores que agotan a las familias que cuentan con una persona discapacitada son los bajos recursos que perciben y los altos costos que se generan con la enfermedad.
“Trabajamos los dos y a veces no nos alcanza”. Sus gastos en pañales, por ejemplo, ascienden a 500 semanales, puntualizó la mamá de Martha.
Aunque no existe censo que pueda medir la cantidad de personas que padecen una discapacidad, las trabajadoras del DIF Chapala dijeron que existe más gente con discapacidad que de la que realmente se cree que hay.
Pese que se tienen proyectos para que Chapala sea amable con los discapacitados, el proyecto no se ha concretado, y por ahora sólo existe la posibilidad de tener un ayuntamiento que permite dar trabajo a 16 personas con esta condición.
Martha pide más atención a sus demandas como habitante de Chapala, así como empleo para poder independizarse. Ella tiene el sueño de “poner su estética” para poder tener ingresos, o en su defecto tener un trabajo de oficina con su tercer grado de primaria.
Automóvil en la iglesia de Chapala obstruyendo estacionamiento a alguna persona discapacitada.
Chapala con pocos espacios para personas con discapacidad
En Chapala existen pocos espacios para brindar atención a personas con discapacidad. Uno de los centros de rehabilitación se encuentra en DIF Chapala, un lugar que da tratamiento a alrededor de 150 personas por año.
En DIF Chapala se atienden más personas con limitaciones que con discapacidad. La incidencia de personas que han recibido cirugías son las que más limitaciones tienen, seguidas de los que han tenido algún accidente, o adultos mayores con desgaste de cartílago en sus articulaciones, dos niños con parálisis y dos adultos con hemiplejías.
Uno de los principales retos que enfrenta el área de rehabilitación de la institución, según indicó María Teresa Rodríguez Hernández, es que los pacientes con discapacidad van por un tiempo y después dejan de asistir por diversos factores.
Aunque el área cuenta con distintas terapias, la frecuencia de vista de personas con discapacidad es baja. “Tenemos un área para dar hidroterapias, electroestimulaciones y mecanoterapias”, comentó Itzamar García.
Hay más frecuencia de personas de otros municipios que del mismo. “Tenemos pacientes de Jocotepec, Ixtlahuacán y Poncitlán”, en el que asegura que su vista se debe a la atención brindada, expresó María Teresa.
Una de las experiencias que han tenido las trabajadoras del DIF es que sus pacientes han dejado de venir porque no tienen forma de llegar. “Se iba a subir al camión, lo veían y lo dejaban porque se iba a tardar en subir”.
En Chapala existe un monopolio en autotransportes —Autotransportes Guadalajara-Chapala— y éstos no están adecuados para trasportar a personas con discapacidad. “No podemos usar el camión porque no están adecuados para los discapacitados”, comenta Martha.
Sin embargo, el transporte no es la única limitante al que se tiene que enfrentar Martha y las personas con discapacidad. Se enfrentan a la indiferencia, al comercio ambulante y a la falta de cultura.
El pasado martes 31 de octubre la presidenta del DIF Jalisco, Lorena Jassibe Arriaga, entregó 50 sillas de ruedas para distintas personas de siete municipios, cuatro adultos y un menor de Chapala se vieron beneficiados.
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