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Jazmín Stengel.- Los abusos de acoso sexual en las escuelas son conocidos, sin embargo, pocos alumnos se atreven a levantar la voz ya sea por presión social o lo tedioso que resultan los procesos jurídicos. Así lo consideró la ex alumna de la Preparatoria Regional de Chapala de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Daniela Báez, quien lo vive en carne propia.
A dos meses de la denuncia por abuso sexual interpuesta en contra de David “N”., profesor de la misma preparatoria, la denunciante no puede creer lo tortuoso que resulta para las víctimas tener que comprobar el abuso del que fue objeto, luego de someterse a reiteradas pruebas para que prosigan las investigaciones.
Sin embargo, y a pesar de haber interpuesto la demanda en la Fiscalía Estatal, ésta bajó la carpeta de investigación al Ministerio Público de Chapala (MP), institución que ha citado incontables veces a Báez para solicitarle diferentes estudios físicos y psicológicos al respecto, algunos sin un sentido lógico para la afectada.
Como el hecho de tener que presentar un estudio ginecológico “bastante grotesco”, a pesar de que el abuso sucedió hace más de siete años, cuando Báez tenía 15 años de edad y el profesor cerca de cincuenta, en el 2015. Y es que, en México es la víctima quien se ve obligada a presentar todas las pruebas necesarias para comenzar un proceso jurídico.
En su caso, Daniela tiene que comprobar de manera minuciosamente lo sucedido. Como señalar las diferentes casas a las que asistían, horarios a los que iban y detalles de los que hacían dentro de las mismas, situación que se ha vuelto bastante incómoda y tediosa para la afectada.
Por su parte, la UdeG emitió un comunicado el pasado 15 de marzo informando la suspensión del profesor señalado, David “N”., hasta concluidas las investigaciones oficiales. Una vez, dada a conocer la sentencia del juez, la universidad también dictará la suya.
Es por eso que, Daniela llegó a comprender el por qué muchas de las víctimas se rehúsan a denunciar. Además, la presión social juega otro factor importante, ya que se debe tener la fortaleza para soportar los comentarios que la gente no involucrada rumora.
El pilar fundamental para que una persona afectada tenga el valor de levantar la voz y acusar a su agresor es tener un círculo de confianza y apoyo, Báez en su caso lo tuvo. Tras una fuerte experiencia comenzó a asistir al psicólogo quien fue el primero en detectar el problema y la marcha del 8M este año, le dio fuerzas para alzar la voz dentro de su familia y en la comunidad.
Este movimiento, más que el afán de dañar la reputación de las personas tiene la finalidad de concientizar a la sociedad, según han declarado en otras ocasiones para Laguna. “No se trata de cuánto pague o hasta dónde llegue”, reconoció Báez, ya que su único objetivo es que la gente reconozca que esas acciones están mal y dejen de justificarlas.
La madre de la afectada envuelta entre gritos y llanto durante la manifestación.
Jazmín Stengel.- Tras la manifestación convocada por la ex alumna de la Preparatoria Regional de Chapala, Daniela Baéz, el profesor señalado de abuso sexual, renunció voluntariamente a la institución, mientras la Universidad de Guadalajara (UdeG) manifestó que investigará el caso.
La protesta realizada el pasado 14 de marzo, comenzó en el plantel escolar, recorrió la avenida principal de Chapala, la Francisco I. Madero y finalizó frente al edificio del Ayuntamiento; en total, reunió alrededor de 200 personas, quienes con carteles escritos y gritando consignas exigieron justicia para la afectada.
«David acosador, Ramón encubridor», «La escuela no me cuida, me cuidan mis amigas», es lo que repetían las decenas de jóvenes, quienes llevaban pancartas donde se podía leer: «¿Maestros o Cerdos?», «Se cuida más la reputación que la seguridad de las alumnas» y «Quiero estudiar sin miedo», entre muchos otros.
“El profesor señalado se ha separado de su cargo voluntariamente y permanecerá fuera de sus funciones hasta que se concluyan las investigaciones correspondientes», se lee en el comunicado emitido por la Universidad de Guadalajara (UdeG) el 15 de marzo, al día siguiente de la manifestación.
Así mismo, en el documento, la Universidad destacó que se tuvo comunicación con la alumna afectada, así como su familia, para ofrecerles asesoría, acompañamiento y garantías para llevar a cabo el debido proceso.
Fue hasta el miércoles 16 de marzo que la afectada anunció, también en redes sociales, haber levantado su demanda de manera formal ante el Ministerio Público, como ante la Defensoría de los Derechos Universitarios DDU, dependencia de la máxima casa de estudios de Jalisco.
Durante la marcha del 14 de marzo, no sólo se escuchó el nombre del profesor David sino de otros cuatro maestros de la misma preparatoria, no obstante, la directora del Instituto Municipal de la Mujer, Alicia Medeles Córdova declaró que es el único caso al que se le ha dado seguimiento hasta el momento.
El docente fue señalado por una ex alumna por supuestos actos de abuso sexual cuando ella tenía 15 años, hace siete años, en el 2015. Daniela subió una publicación contando su caso en sus redes sociales.
En lo que ha dado a conocer públicamente la joven, se señala que en un periodo de nueves meses, el profesor David (que en aquellos años tenía 50 años) la llevó en siete ocasiones a dos casas que él rentaba en la colonia Plaza de Toros y Chapala Haciendas.
“Nos colocaba desnudos frente a una computadora y me tocaba o hacía que lo tocara. Es probable que tenga fotos y/o vídeo de nosotros (pues la cámara siempre tenía el foquito de encendido) “Después del primer encuentro fui con la psicóloga de la prepa la lic. Anel Padilla a contarle TODO, pues estaba confundida. Su respuesta fue «que si los dos queríamos entonces no estaba mal». Hoy entiendo que si quieres o no quieres, igual ES DELITO. Afortunadamente en el último encuentro un familiar de su esposa nos vio ingresar a la casa y fue a buscar a mi mamá. Se levantó una carta en la preparatoria, para dejar un antecedente. Sin embargo, por «cuidarme» a mí y mi «prestigió» no se procedió a nada”, fue lo escrito por la joven que durante la marcha se hizo acompañar por su mamá, quien desesperadamente gritaba por justicia.
Laguna contactó al profesor señalado para solicitar una entrevista, sin embargo la Universidad de Guadalajara le prohibió hablar sobre el caso hasta concluidas las investigaciones.
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