El área del restaurante “Nueva Posada” se encuentra desierta.
Sofía Medeles/Manuel Jacobo (Ajijic, Jal.)- Con optimismo, los hoteleros han iniciado su reactivación económica en el municipio de Chapala; sin embargo, a falta de turistas no les ha ido del todo bien. Al contrario de los restauranteros, que sí han tenido una mejora en sus ingresos, durante esta primera semana de reapertura.
“No le veo ningún sentido a la reactivación económica en este giro; somos negocios enfocados al turismo y el turismo no tiene flujo, porque aún están los filtros sanitarios”, acotó Francisco, administrador del Hotel «Mis Amores», ubicado en la zona centro de Ajijic.
Francisco, administrador del Hotel «Mis Amores».
Para el entrevistado, lo complicado ha sido sobrevivir los dos meses que no pudieron ofrecer servicio, ya que la mayoría de negocios no contaban con ningún fondo que les permita seguir apoyando económicamente a sus trabajadores y «con los pocos apoyos gubernamentales, ha sido complicado”.
A esto se suma que los hoteleros han tenido que hacer gastos extras en la adquisición de tapetes sanitizantes, cubrebocas, geles desinfectantes, mascarillas, entre otros productos exigidos por las autoridades para poder reabrir. Todo esto sin la entrada de ganancias.
Tal es el caso del hotel «La Nueva Posada», que ha tenido enormes pérdidas y, aún así, ha invertido seis mil pesos en insumos sanitizantes. “En este recinto se cumplieron a rajatabla las medidas y lineamientos que fueron requeridos», añadieron los administradores.
La Nueva Posada en Ajijic.
Michael Hamilton Eager, gerente general del emblemático hotel, tiene una visión desoladora del panorama, pues no han tenido reservaciones desde el 23 de marzo y apenas, “de chiripa”, llegó una reservación, por lo que el hotel presiste con el capital justo para mantenerse.
A diferencia de los hoteleros, a los restauranteros les ha ido un poco mejor con el inicio de la Fase 0. Como al restaurante «Media Luna» que, pese a la baja de su clientela y con la anterior norma de entregar solo a domicilio, se han podido mantener a flote.
Mesas vacías en el restaurante Media Luna.
Eso sí, han dicho que “seguimos los lineamientos, mesas separadas, gel antibacterial y tenemos cubre bocas para quien lo necesite. Nos salió muy caro, pero cualquier gasto ahora es importante.”
Por otra parte, los intentos de acceder a los programas gubernamentales no han rendido frutos, pero al final de todo, los entrevistados no pierden la esperanza y siguen empeñados en no permitir que se derrumbe lo que han construido durante años.
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