Zara Alexayewa Khiva St. Alban “La Rusa” fue para Ajijic una conservadora del lago y defensora del bienestar de los niños. En la foto porta un traje ruso. Foto: Arturo Ortega.
D.Arturo Ortega (Ajijic, Jal). -La Rusa murió en Ajijic en 1989 a la edad de 92 años y fue sepultada en un mausoleo que se dejó abandonado al tiempo y a la intemperie.
El lugar de descanso de este emblemático personaje habría permanecido en el olvido, sin embargo; en el 2014 el delegado de entonces, Héctor España Ramos emprendió una labor de gestión para restaurarlo.
España Ramos señaló que pidió permiso a la persona que heredó los bienes de la Rusa para poder intervenir el mausoleo, al cual se le reforzaron los muros para que no colapsara, se le hizo un nuevo enjarre en los muros exteriores y se reconstruyó la moldura que adorna la cornisa.
Mausoleo de La Rusa en el panteón de Ajijic. Foto: Arturo Ortega.
El artista Juan Navarro se habría encargado de pintar un mural que no se llevó a cabo. “La idea era ponerla como bailarina y del otro lado un letrero para las generaciones venideras en el que se incluiría un agradecimiento por enseñar a los pobladores a defender al lago y como amar a nuestro pueblo”, recordó Héctor.
Héctor aseguró que el proyecto no concluyó debido a que los trabajos se fueron prolongando hasta que surgieron reclamos de la población por la instalación de empedrado ahogado en cemento, en la zona centro, después se vinieron los tiempos electorales y ya no se pudo terminar.
En la actualidad el mausoleo de la Rusa permanece en pie con sus muros blancos y su puerta de herrería con adornos elaborados, mientras en el interior del espacio de tres metros por cuatro, en una pared deslavada, cuelga una cruz de madera en el que se puede leer “Sra. Rusa” y en el suelo de cemento, se ven tres floreros con flores de plástico de colores desteñidos.
La última morada de La Rusa ya no se ha dejado en el abandono pues las personas que suelen acudir a visitar a sus familiares al camposanto aseguran que el año pasado hubo personas que se encargaron de repinar los muros blancos del mausoleo.
Para Héctor España, La Rusa habría llamado la atención de las autoridades en sus tres niveles de gobierno para luchar en contra del derrame de contaminantes al lago, pero también enseñó a la gente a amar a su pueblo y eso fue lo que lo motivó a rescatar este espacio.
Pero, ¿Quién fue esta extranjera de carácter dominante que se mudó a esta parte del mundo y de quien se han contado tantas historias?
Zara Alexayewa Khiva St. Alban “La Rusa” fue para Ajijic una conservadora del lago y defensora del bienestar de los niños, una mujer de vestir elegante, que le gustaba cabalgar sobre su negro corcel por las calles de la población y que también fue copropietaria de una mina de oro.
Nacida en la ciudad de Nueva York en el año 1896, Khiva St. Alban pisó los escenarios de Brodway cuando aún era adolescente y más tarde se distinguió por sus actuaciones de teatro y sus interpretaciones de personajes femeninos en obras de Shakespeare.
A inicios de la primera Guerra Mundial probablemente en 1914, viajó a Europa y con el danzante danés Holger Mehner fundó el ballet “The Red Terror” (El Terror Rojo) con el que lo bailarines de ex corte rusa, realizaron varias presentaciones en Europa, Estados Unidos, Sudamérica y México.
The Red Terror realizó su primera presentación en el Teatro Degollado de Guadalajara en 1925, cuando Ayenara Zara Alexayewa, como se le conocía en el medio de la danza y Holger decidieron unas vacaciones que se prolongaron hasta el final de sus días.
En un principio, la pareja de bailarines vivió en Villa Reynara, en Chapala y para 1940 se habría mudado a la delegación de Ajijic, donde Zara fue copropietaria de una mina que se llamó “La Misericordia”, ubicada en el lugar que actualmente se conoce como Rancho del Oro.
Zara habría conocido a un ex oficial de Pancho Villa que se llamó Quilocho Retolaza, persona que le ayudaría a la administración de los recursos de la mina en defensa de sus contrapartes, quienes pretendían quitarle lo correspondiente de sus ganancias, durante la fiebre del oro de los años 30 en Ajijic.
Durante esta época Zara y Holger buscaron la manera de obtener recursos de la mina para regresar a los escenarios de Europa, pero sin obtener éxito y para 1944 su inseparable pareja de baile, muere en Guadalajara. Zara consideró a Holger no solo como su pareja de danza profesional, sino como un hermano.
Tras la muerte de Holger, su amigo Quilocho se alejó de Zara con el tiempo.
El ex delegado de Ajijic, Héctor España y el retrato de La Rusa. Foto: Arturo Ortega.
Algunos testimonios de pobladores y artistas de la época como Everett Gee Jackson recuerdan a Zara montando sobre un caballo negro con el que a todo galope se le veía transitar las empedradas calles de la población.
Otras personas de la comunidad extranjera de los años sesenta recuerdan haber visto a Zara vestir terciopelo rojo, con un sombrero charro con bordados dorados y listón rojo satín, con una blusa rusa al cuello, con el dibujo de un dragón y botas rojas.
Quienes lograron conocer el interior de su casa que se ubica sobre la calle Independencia, se dice que tenía un jardín muy grande con árboles de eucalipto y muchas flores coloridas. Su casa estaba elegantemente amueblada y de sus muros colgaban imágenes de sus mejores tiempos de teatro y danza.
Para la década de los 80 se veía galopar a Zara con su sombrero de velo negro y sus cabellos grises al viento, como guardando luto de sus mejores tiempos, como si nunca hubiera superado la pérdida de Holger, ni tampoco las muchas estafas que sufrió desde su aventura siendo copropietaria de la mina.
Algunas fuentes señalan que el apodo de la Rusa se lo ganó debido a los atuendos que vestía siendo bailarina de la corte del Zar, otros a que en realidad tenía ascendencia rusa ya que su madre Angela Wells se habría casado con un hijo de la princesa Sofía de Rusia, sin embargo existen muchos aristas en torno a la leyenda de este mítico personaje que habitó en Ajijic.
Para saber:
En 1990 cuando La Nueva Posada abrió sus puertas al público al área de comedor se le llamó “La Rusa” donde existe una colección de fotografías y objetos personales.
La coordinadora Cecilia Rentería afirma que el espacio ha servido para que los diferentes artistas que se presentan cada domingo puedan vender alguna de sus obras o conseguir trabajos por encargo. Foto: Arturo Ortega.
D.Arturo Ortega (Ajijic, Jal). – Con pastel de chocolate, refresco, exposición de arte pictórico y una demostración de sonidos relajantes se llevó a cabo el festejo del primer aniversario del Jardín del Arte, un corredor cultural que se instala todos los domingos de 11:00 de la mañana a 2:30 de la tarde en la plaza de La Floresta.
Con una pequeña muestra de sonidos relajantes los visitantes del Jardín del Arte celebraron el primer año del proyecto. Foto: Arturo Ortega
El Jardín del Arte, surgió como un corredor para la exposición, venta y difusión del arte a través de la pintura, la danza, la poesía y otras expresiones, en un espacio arbolado y amplio como lo es la plaza del fraccionamiento La Floresta.
Aunque ya se había intentado activar el espacio en abandono para fines de exposición y difusión del arte por otros artistas, fueron la poeta, Elisa Ortíz Jiménez y la pintora, Cecilia Rentería, quienes, como coordinadoras del Jardín del Arte, dieron constancia y forma al proyecto a partir del 17 de julio del 2017.
Ayuntamiento, Delegación y Colonos del fraccionamiento han permitido el desarrollo del proyecto, que a lo largo de un año ha logrado la participación de exponentes de Chapala, Ajijic, Jocotepec, Ixtlahuacán de los Membrillos y Guadalajara.
El Jardín del Arte ofrece a los creadores un espacio para la exposición, venta y difusión de obra. Foto: Arturo Ortega.
Cecilia dice que a lo largo de este tiempo el proyecto ha resultado exitoso debido a que ha generado ingresos a los creadores a través de la venta de obra y en otros casos han obtenido trabajos por encargo para hacer murales u otras cosas.
La coordinadora asegura que la importancia de un espacio como el Jardín del Arte también sirve para influir a las nuevas generaciones a hacer cosas diferentes a estar conectados en internet por celular o computadoras, para que sean creativos y que puedan expresarse de otras formas a través de la pintura, música, poesía o danza.
Sin embargo, hasta la fecha el Jardín del Arte, no realizan talleres debido a que la plaza carece de un módulo de baños para niños.
Pintura, poesía, danza entre otras expresiones se podrán apreciar todos los domingos en el Jardín del Arte. Foto: Arturo Ortega.
Aun así, el espacio suele ser concurrido por extranjeros que radican en Ajijic, así como de turistas que pasean por el lugar, quienes cada domingo de 11:00am a 2:30 pm podrán disfrutar de un paseo dominical en el que se incluye una muestra del talento de los creadores de la ribera y otros lugares.
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